La señora L.L. es dueña de un importante bufete de abogados de Shanghái y el año pasado decidió gastarse 650.000 euros en la adquisición de dos propiedades en España. Una en Sevilla y otra en Barcelona, con el único requisito de que estuviesen localizadas cerca de zonas universitarias. En realidad fue su hija de 27 años, graduada en la Shanghai International Studies University, quien pensó que sería una buena inversión y encabezó el proyecto.
"La chica estudió español en Sevilla y después cursó un máster en Barcelona. Estando allí, convenció a su madre y a varios socios del bufete para invertir en la compra de inmuebles que se ubiquen cerca de universidades españolas", explica Eloy Ramos, gerente de Taiyangfangdichan, una empresa que pone en contacto a inversores chinos con propietarios españoles y que el año pasado intervino en unas 100 compraventas.
Compran casas cercanas a festivales turísticos con renombre en el extranjero, como la Tomatina
Como otros inversores del gigante asiático, esta familia planea adquirir inmuebles para después alquilárselos a jóvenes chinos, buscando cubrir la demanda de los miles de estudiantes orientales que desembarcan cada año en España y que se topan con una primera barrera cultural a la hora de buscar alojamiento. "Para 2016, la señora L.L. ha puesto el punto de mira en otras ciudades universitarias donde hay presencia china, como pueden ser Madrid, Salamanca y Valencia", comenta Ramos.
Ocurre que algo más del 0,5% de las transacciones inmobiliarias que se realizan en España tiene detrás un inversor chino. Y mientras otros extranjeros, como británicos o escandinavos, optan por casas en la costa, los chinos están comprando propiedades en lugares a menudo insospechados. Cerca de los centros universitarios, por ejemplo, pero también alrededor de atractivos turísticos con cierta fama en el extranjero.
Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo...
Otro de los clientes de Taiyangfangdichan, el señor W., ha estado reuniendo dinero mediante 'crowdfunding' para crear una especie de cooperativa turística. Han comprado ya en Pamplona y en Bilbao, por su cercanía a los Sanfermines y la Semana Grande. También en Valencia, para estar al lado de las Fallas y de la Tomatina de Buñol. En Sevilla, por la Feria de Abril... así como en Cádiz, Tenerife y Las Palmas, donde se celebran los Carnavales. "La mayoría de estas propiedades se alquilan después a compaisanos para sacar una rentabilidad".
En ocasiones, la inversión lleva aparejado todo un proyecto de vida. "La familia F. contactó con nosotros para comprar una casa en Barcelona que estuviese entre los 500.000 y 700.000 euros, buscando obtener de paso el permiso de residencia. Durante los tres días que estuvieron en Barcelona viendo inmuebles, se decidieron por comprar dos pisos cuya suma asciende a 620.000. Uno de ellos ubicado en la zona de L'Eixample y el otro en la Avenida Diagonal", comenta Ramos.
Quieren que su hijo aprenda castellano e inglés para dominar los tres idiomas más importantes del mundo e internacionalizar sus negocios
La primera casa la han alquilado para obtener una rentabilidad. En la segunda vive la señora con su hijo de ocho años. Mientras, el marido ha regresado a China y solo se reúnen en fechas especiales y vacaciones. "No es el primer caso que vemos de este estilo. Invierten aquí para que sus hijos crezcan en España. En concreto, estos clientes quieren que su hijo aprenda castellano e inglés para dominar los tres idiomas más importantes del mundo y estar muy formado para internacionalizar la empresa familiar".
Esta división estratégica de la unidad familiar china resulta todavía anecdótica en España, pero está a la orden del día en países como Estados Unidos, Reino Unido o Australia. "Lo apuestan todo a la educación de su único hijo y están dispuestos a vivir separados para ello".
Bodegas y amigos
Los inversores chinos buscan también inmuebles muy concretos. "Por ejemplo, una de nuestras oficinas en España se encuentra en Cádiz precisamente por este motivo, dado el creciente interés en realizar operaciones de compraventa de bodegas, siendo el marco de Cádiz una de las zonas que cuentan con más inmuebles de este tipo".
La señora H., dedicada al negocio del arte, pasó a finales del año pasado dos semanas en España visitando varias bodegas. Finalmente, adquirió una en Zaragoza, adyacente a un edificio con unas 30 habitaciones. "Se enamoró de esta bodega, ya que además de funcionar como negocio, dispone de estancias para poder alojar a sus amistades, y así invitarles a pasar unas vacaciones en España".
*(Los compradores consultados para este reportaje exigieron permanecer en el anonimato por discreción y por temor a secuestros, robos o extorsiones. Por ello, optamos por utilizar solo las iniciales)