Después de la tormenta siempre llega la calma y, a veces, hasta brilla el sol». De esta forma poética, que choca sobremanera en un análisis sobre el llamado 'ladrillo' español, encabezan los profesionales del sector inmobiliario el último gran barómetro sobre su actividad. Una vez trasladadas estas buenas sensaciones a los fríos números, para los profanos en la materia bien daría la sensación de que el optimismo se ha desatado entre constructoras y promotoras, puesto que la gran mayoría de ellos estima que en 2016 se edificarán más del doble de viviendas que en los dos últimos años.
Cifras en mano, hablamos de que durante el presente ejercicio se levantarán -o, al menos, comenzarán las obras correspondientes dado que cada proyecto conlleva una duración distinta- entre un mínimo de 100.000 casas (la gran mayoría, pisos) y un máximo al que no se pone techo, si bien se sitúa por encima de las 350.000. Así, al menos, lo estiman siete de cada 10 ejecutivos inmobiliarios (el 72,3%). No obstante, casi la mitad de los consultados (47,4%) sitúa ese marco entre las 100.000 y las 175.000 unidades.
Solo con que se superara ese umbral ya estaríamos hablando de más del doble de la viviendas iniciadas durante los dos últimos años: casi 35.000 en 2014 y cerca de 50.000 en 2015 (hasta noviembre, según los últimos datos del Ministerio de Fomento, superaban las 44.500). De hecho, si nos remontamos cuatro ejercicios atrás (34.300 casas en 2013 y 44.200 en 2012), bastaría con que se cumpliera la meta de las 175.000 unidades para superar con creces ese saldo acumulado (163.400 casas).
Y todo ello 'olvidándonos' de casi una cuarta parte de los encuestados -la consultora especializada CBRE ha entrevistado a casi un centenar de los principales directivos del sector inmobiliario en España-, que son aún más optimistas. Uno de cada cinco (el 19,7%) piensa que se podría llegar a las 250.000 casas iniciadas y nunca menos de 175.000, mientras que el 5,2% restante no espera que se baje del cuarto de millón de unidades y tienen su horizonte máximo más allá de las 350.000.
Son, sin duda, números mareantes si se tiene en cuenta la evolución reciente de este negocio, que en apenas tres años vivió su gran desplome. Así, de las casi 760.000 viviendas que se empezaron a construir en 2007 (su récord histórico lo alcanzó en 2006, con casi 820.000), más del doble de las que ahora se ven como el nuevo 'nirvana' del ladrillo a corto y medio plazo, se pasó a solo 91.400 en 2010. Desde entonces la caída, aunque todavía continúa, se ha ido moderando hasta prácticamente tocar suelo.
En contraposición con las expectativas de estos ejecutivos, la cifra de casas que se terminan de construir cada ejercicio no parece dar lugar a mucho optimismo. De las 667.300 concluidas en 2007 se pasó a 196.500 en 2010, y de ahí el número cayó a poco más de una cuarta parte (45.800) durante 2014. Y_los últimos datos de Fomento tampoco resultan más halagüeños: entre enero y octubre de 2015 apenas se habían terminado 37.500 viviendas, un 5% menos que un año atrás.
Los precios ya tocan suelo
En la evolución de precios del mercado, sin embargo, la estadística sí parece más acompasada con las previsiones que hacen los profesionales del sector. De un lado, el último informe de la tasadora Tinsa apunta una subida media del 1,1% en enero, llegando a incrementos del 5,5% en Baleares y del 3,2% en Canarias. Por otro, ocho de cada 10 ejecutivos (82,9%) tienen claro que el coste de las casas ya tocó suelo, aunque casi una quinta parte (17,1%) todavía espera descensos -en la mayoría de los casos, inferiores al 10%-.
Pero la evolución será bastante desigual a nivel territorial. Así, en Madrid y Barcelona el ajuste se da ya casi por finalizado en la encuesta, mientras en la cornisa cantábrica (primera vivienda) y los principales núcleos urbanos interiores se van acercando a su suelo. Por contra, en general las segundas residencias seguirán bajando, si bien de forma menos acusada en el arco mediterráneo. Veremos hasta donde sube ese sol que vaticinan los directivos del sector.
