Amancio Ortega es mucho más que el multimillonario fundador de Zara. Con su lenta pero continuada compra de relevantes edificios en grandes ciudades del mundo, se ha convertido en uno de los mayores caseros de oficinas y grandes tiendas a través de su sociedad Pontegadea Inmobiliaria. Su última adquisición, la semana semana pasada, fue la compra de una histórica propiedad en el centro de Londres,Almack House, por alrededor de 300 millones de euros, según publicó el portal especializado Property Week citando fuentes del vendedor, el fondo Grosvenor Fund Management.
La capital británica se ha convertido, junto a Madrid y Barcelona, en el lugar favorito de Ortega para invertir. La mayor parte de sus apuestas están concentradas en edificios emblemáticos donde ejercer de casero, zonas muy comerciales, lugares ideales en los distritos financieros o de compras. Su nuevo inmueble de oficinas, remodelado en 2009, está ubicado en la calle King Street, en el céntrico y elegante barrio de St James’s.
La anterior gran compra de Pontegadea en el exterior fue en Nueva York, donde adquirió el histórico edificio Haughwout, situado en el Soho, por el que pagó más de 130 millones, según la prensa especializada.
Los expertos señalan las compras de Pontegadea como muy estudiadas, siempre bien localizadas y donde no importa la financiación, porque el dueño de Inditex no tiene escasez de recursos. Ortega dispone de una fortuna de 63.200 millones, según Forbes, gracias al 59% que controla de Inditex a través de las sociedades Pontegadea Inversiones y Partler.
A su vez, Pontegadea Inmobiliario canaliza las inversiones en ladrillo. En las últimas cuentas presentadas al registro, las de 2014, se señala que este family office cuenta con activos por valor de 4.231 millones. De esos, 1.329 millones son de inversiones inmobiliarias y el resto destinadas en otras sociedades.
Una de las últimas estrategias de Ortega ha sido, a su vez, que Pontegadea Inmobiliaria sea la matriz de otros vehículos en diversos países del mundo, como Reino Unido, Francia, Luxemburgo, Canadá, México o EE UU.
Estas inversiones en edificios generaron rentas por el alquiler de estos espacios, que dieron 182 millones de beneficios de 2014, casi el doble que un año antes.
Pontegadea es el casero de tiendas de Zara pero también de otros rivales, como varios establecimientos emblemáticos de Primark. Uno de los edificios de Oxford Street en Londres, cuenta con un negocio de la marca irlandesa. Igual ocurre en su inmueble de la Gran Vía 32 en Madrid, que adquirió hace justamente un año, y donde se ubica la megastore de la competencia.
Por el edificio de Oxford Street pagó 550 millones. Al otro extremo de la misma calle, la más comercial de la capital británica, Ortega compró Lumina House, donde se ubica un Zara. El inmueble está situado a la entrada del barrio de Myfair y de Bond Street, el área con los alquileres más caros del país, a más de 200 euros el metro cuadrado por mes, y por el que pagó 190 millones.
También en Londres se hizo en 2014 con la sede de la minera Rio Tinto, de 35.000 metros cuadrados, en la exclusiva St James Square, por 366 millones y una rentabilidad inicial del 3,89% (ingresos en un año respecto al precio de compra), según los datos de la firma JLL. A finales de 2013, Pontegadea también adquirió Devonshire House, por 560 millones, un gigantesco edificio comercial y de oficinas en Picadilly, frente al Hotel Ritz, que le otorga unos ingresos cercanos a los 25 millones al año, según esa consultora especializada.
Al otro lado del Atlántico también ha desembarcado con grandes operaciones. En Miami, pagó más de 320 millones por toda una manzana en la peatonal Lincoln Road, una de las calles más icónicas de Miami Beach.
Aunque sin duda, en España es donde más ha invertido. Además del edificio de Gran Vía 32, cuenta con otros en el exclusivo Paseo de Gracia de Barcelona, en uno de lo cuales está ubicada la tienda de Apple. Asimismo dispone de oficinas bancarias tanto en Madrid como en la capital catalana.
Otro de sus edificios más emblemáticos en su cartera es Torre Picasso en La Castellana, adquirida a FCC por 400 millones, y donde cuenta con inquilinos como EY, Google, Deloitte o Accenture.