Han sido vasos comunicantes y, tras los miedos de la crisis, continuarán cruzándose. Banca y 'ladrillo' seguirán en buena medida de la mano -de hecho, algunas inmobiliarias han vuelto a intermediar en busca de crédito para sus clientes, aunque pueden cobrarles una comisión (de hasta el 5%)-, entre otras cosas porque la primera ya es un jugador más del mercado, «con una cuota relevante», apunta Nuria Bustamante, analista de Bankia.
Según el Banco de España, las entidades financieras cerraron 2014 con 83.409 millones de euros en activos inmobiliarios adjudicados, sobre todo por impagos. Fueron, en su mayoría, de las propias constructoras inmobiliarias, aunque un 20% corresponden a ejecuciones por hipotecas fallidas (incluidos desahucios). En 12 meses drenó su 'stock' embalsado en 16.600 millones. Bankia, Popular, Caixabank y Santander acumulan aún más de la mitad:_cerca de 45.000 millones.
«Se han convertido involuntariamente en protagonistas», insiste Bustamante, lo que explica su interés por reactivar el mercado inmobiliario de forma ágil pero sin caer en los excesos de un pasado no lejano. La sospecha generalizada, no obstante, es que a la hora de financiar la compra priorizan -con condiciones mejores- sus propias viviendas frente a las de terceros.
Parece normal hasta cierto punto, aunque en el sector lo matizan. «No ha habido una restricción 'per se' en los préstamos para casas que no sean propiedad del banco», señala Augusto Monte, director de Comercialización de Solvia, filial inmobiliaria del Sabadell. «Lo que priorizamos realmente es la solvencia» -apostilla-, esa especie de Santo Grial del que la banca viene hablando desde inicios de la crisis
Pero, ¿en qué consiste? Según Samuel Población, director nacional de Residencial de la consultora CBRE, el perfil de comprador que está moviendo el mercado, con una tasa de paro del 24,3% de la población activa (según el INE), es de una persona con «poder adquisitivo medio alto, recursos propios considerables y estabilidad laboral».
«La prueba del nueve»
El crédito para comprar una vivienda sube -20.000 millones de euros hasta julio, un 26% más que hace un año-, pero lejos de los importes anuales superiores a los 100.000 millones que se dieron entre 2002 y 2007. Aún así, Mikel Echavarren, consejero delegado de la consultora inmobiliaria IREA, considera que los aumentos de dos dígitos en la concesión de hipotecas (se firman una media de 20.000 anuales desde enero) son «la prueba del nueve» de que el mercado «está claramente en un buen momento».
La banca dice financiar ya, de media, el 80% del precio de una casa. Los notarios, contratos en mano, rebajan el nivel al 70%. El tipo de interés, eso sí, atractivo: entre 2,2% y 2,1%, su mínimo desde 2002.
Fuente: http://www.finanzas.com/