Alemania tiene un déficit actual de casi 800.000 hogares, una cifra que previsiblemente va a aumentar con la llegada de cientos de miles inmigrantes. Encontrar una vivienda económica es complicado, principalmente en las ciudades más pobladas, donde la búsqueda de un sitio asequible para vivir puede llegar a convertirse en una auténtica pesadilla. Un estudio del instituto Pestel calcula que de aquí a 2020 el país necesita construir al menos 400.000 pisos nuevos cada año para cubrir la demanda. La llegada de refugiados, un reto a largo plazo para Berlín
El informe recomienda además que una de cada cinco nuevas viviendas sean de protección oficial para controlar las subidas de precios. Este año, se espera que finalice la construcción de 270.000 hogares en todo el país. Algo menos de la mitad se destinarán al alquiler y el resto se venderán. La distribución de los nuevos hogares no va por el mismo camino que las tendencias demográficas. Mientras las metrópolis de Alemania están construyendo muy pocos apartamentos, algunas áreas rurales sufren una oferta excesiva.
El Instituto Económico de Colonia ha calculado que el año pasado se construyeron cerca de 250.000 viviendas en todo el país. Sin embargo, solo 66.000 de ellas están en ciudades con más de 100.000 habitantes. La razón principal de esa tendencia es, junto con las bajas tasas de interés, que localidades secundarias y menos pobladas están tratando de aumentar su volumen de negocios y de captar residentes a través de áreas de construcción nuevas y baratas, lo que ha disparado la actividad de construcción. Sin embargo, cada vez más gente es atraída a las grandes ciudades, donde los terrenos para construcción son escasos.
La Federación alemana de Municipios también ha advertido este mes que será necesario construir un mínimo de 300.000 viviendas anuales para dar respuesta a la llegada de personas que piden asilo en el país. "Si damos por hecho que muchos de los refugiados se quedarán de forma permanente, pronto formarán parte del mercado de vivienda", explicó la presidenta de la asociación, Eva Lohse. La ministra de Construcción, Barbara Hendricks, ha pedido al Gobierno que aumente sustancialmente la financiación para la vivienda social.
Para los hogares de protección oficial que necesita construir, el Estado alemán tendría que invertir alrededor de 6.400 millones de euros, según el Instituto Pestel. El centro de investigación asegura que más de la mitad de este dinero, 3.600 millones, se recuperarán en forma de impuestos. Los refugiados van a necesitar pisos a precios razonables si pretenden establecerse en Alemania, pero la evolución del mercado inmobiliario germano parece ir en sentido contrario y los precios son cada vez más altos. Una encuesta de la Oficina Federal de Estadística indica que las familias alemanas destinan una media de 845 euros al mes en gastos de vivienda.
Fuente: http://www.eleconomista.es/