El precio de la vivienda en China ha aumentado levemente por cuarto mes consecutivo en agosto, un dato curioso puesto que China se encuentra inmersa en un proceso de desaceleración económica y luchando contra las turbulencias financieras. Además, entre los principales problemas de su economía se encontraba el estallido de la burbuja inmobiliaria, sin embargo parece que por el momento la burbuja sólo ha estallado parcialmente.
Según publica el Financial Times se ha extendido la hipótesis de que los inversores chinos están haciendo un cambio de fichas: están utilizando el dinero que 'sacan' de la renta variable para comprar casas. Los índices bursátiles del gigante asiático están sufriendo una oleada de ventas que ha conducido al Shanghai Composite a perder 2.000 puntos o, lo que es lo mismo, caer más de un 40% en pocos meses. La primera parte de la hipótesis sí que podría ser cierta.
Sin embargo, según el departamento de encuestas e investigación del diario británico no existe gran evidencia de que los chinos estén haciendo ese cambio de activos financieros por activos inmobiliarios. Según las encuestas realizadas por el financiero británico a inversores chinos no se ha encontrado evidencia de que estén cambiando acciones por ladrillo.
Un crecimiento desigual
Por otro lado, son varios los analistas que explican que el precio de la vivienda sólo está subiendo en las grandes ciudades, que son las que están liderando la subida global de los precios al tener un mayor peso ponderado en los índices de precios que construyen las autoridades de China.
No sólo existe desigualdad entre las ciudades sino que también la hay entre los tipos de vivienda. Mientras que el precio de los inmuebles de segunda mano está subiendo en casi todas la ciudades estudiadas, el de las viviendas de nueva construcción sigue descendiendo con fuerza en casi la mitad de la ciudades de muestra. En agosto el precio de la vivienda de nueva construcción se redujo un 2,3% interanual.
Para la vivienda usada, el precio en 16 urbes bajó en agosto respecto a julio, en 11 no se vio ningún cambio y en 43 el coste subió. Mientras que las de nueva construcción De las 70 urbes estudiadas, el precio de la nueva vivienda aumentó en 35 en agosto respecto al mes anterior, el 50 por ciento del total y cuatro más que en julio.
Por último, desde el Financial Times se explica que la caída del precio de la vivienda de nueva construcción ha paralizado la actividad de las empresas constructoras. Mientras que la demanda de inmuebles parece resistir a las turbulencias. Se está produciendo un ajuste entre la demanda y oferta de viviendas a nivel nacional, pero en algunas ciudades ya se necesita que se fabriquen nuevas viviendas. Sin embargo, las constructoras tardan de forma general unos seis meses en responder al incremento de los precios y comenzar a levantar nuevas viviendas.
Fuente: http://www.eleconomista.es/