El crowdfunding irrumpe en el mercado del ladrillo en España y los pequeños inversores parecen tener cabida en un espacio que hasta ahora estaba copado por grandes fortunas y proyectos estratosféricos. Invertir con 500 euros en el bolsillo es ahora posible con Housers, que se define como “la primera plataforma online de crowdfunding inmobiliario en España”.
Con la idea de crear un fondo al alcance de la mayoría para invertir en inmuebles y asumiendo el éxito que estaban alcanzando estas plataformas en países como EE UU o Inglaterra, Antonio Brusola y Álvaro Luna decidieron apostar por un proyecto que, en apenas un mes de vida, ya cuenta con 800 usuarios.
La plataforma, adaptada a la nueva Ley de Crowdfunding aprobada en abril de 2015, se dirige fundamentalmente a la compra de viviendas. Con un mínimo de 500 euros en cuatro proyectos distintos o 2.000 euros en uno solo, se puede comprar una participación en una vivienda y recibir los ingresos mensuales por el alquiler, más una plusvalía cuando esta se venda. Asimismo, se pueden financiar proyectos inmobiliarios a corto plazo, de construcción o reforma de inmuebles, con el objetivo de conseguir “productos de inversión de bajo riesgo con unas rentabilidades altas por alquiler y venta”, según explica la compañía.
Los tipos de inmueble que ofrece la web son, hasta ahora, viviendas y locales, aunque también están estudiando adquirir naves industriales en función de “cómo se comporte cada activo en el mercado”. “La vivienda tiene más potencial de revalorización pero el local tiene menos coste de mantenimiento. Son dos productos bastante diferentes”, asegura Brusola, uno de sus fundadores. Es por ello que la compañía espera que se obtengan unas rentabilidades brutas superiores al 7% anual y que los inmuebles tengan una revalorización del 35% cuando se lleve a cabo su venta.
“Lo intentamos comprar entre un 10% y un 20% por debajo del precio del mercado para que con una pequeña subida podamos venderlos por un 35%”, comenta, quien también afirma que la seguridad de la inversión es “bastante alta porque es un producto físico y la pérdida está muy acotada”, añade Brusola. “Puede que no se gane si hay una bajada, por ejemplo, del 10% en el precio de la vivienda en los próximos años, pero al alquilar el inmueble al final compensas ese posible descenso”, asegura.
Con esta iniciativa, Housers tiene previsto comprar más de 1.500 viviendas y conseguir 300 millones de euros con unos 10.000 inversores en tres años. Además, la compañía estudia una ampliación de capital en octubre, un mes después de que se produzca el lanzamiento final de la plataforma en septiembre. Y es que pese a que la idea surgió en diciembre del año pasado y la web se abrió hace un mes, la nueva Ley hizo que el proyecto se retrasara al tenerlo que adaptar a los nuevos procesos que requería la misma.
Con la normativa, los límites de inversión se establecen en 3.000 euros por proyecto y en un máximo de 10.000 euros invertidos en un periodo de 12 meses para los inversores no acreditados. Además, obliga a las plataformas a colaborar con entidades de pago o con el Banco de España para que haya cuentas segregadas y los inversores no depositen su dinero directamente en las plataformas. Por esta razón, Housers se ha unido a LemonWay, una entidad de pago europea que opera a nivel internacional, lo que le permite acceder a inversores extranjeros, especialmente en EE UU, Gran Bretaña y Alemania, países en los que la fórmula del crodwfunding inmobiliario está más desarrollada.
Una iniciativa pionera en EE UU
En EE UU han surgido Prodigy Network, Real Crowd o Fundrise, tres plataformas pioneras en financiación empresarial inmobiliaria que ofrecen, además de viviendas y locales, la posibilidad de invertir en otros inmuebles como oficinas y hoteles.
Aunque el funcionamiento es similar al de la web española, las cantidades mínimas de inversión ascienden hasta los 20.000 dólares (unos 18.000 euros) en el caso de Prodigy Network, quien ha llevado a cabo seis proyectos internacionales con una recaudación de más de 300 millones de dólares (más de 270 millones de euros) provenientes de 6.200 inversores en todo el mundo, una cifra similar a la que se ha propuesto alcanzar Housers.
La firma estima así que el mercado del crowdfunding en España alcanzará más de 250 millones de euros en 2016, de los que el 15% irán destinados a proyectos inmobiliarios, con un crecimiento superior al del resto de sectores.
Fuente: http://www.cincodias.com/