Aunque el 2015 es para muchos un año de transición, lo cierto es que el verano marcará buena parte de lo que sucederá en el próximo bienio. La situación previa al verano apunta a ser moderadamente optimista, de hecho el director de BBVA Real Estate, Agustín Vidal-Aragón, ha afirmado que si se mantienen los indicadores económicos de crecimiento económico y de empleo, la recuperación del sector inmobiliario será "más rápida de lo que se preveía".
Como razón-síntoma lo tenemos en el mercado hipotecario, especialmente en el precio. El coste de las hipotecas se convirtió en la forma que tenían los bancos de decir “NO”. De hecho, en el peor momento de la crisis y escalada de morosidad, las grandes entidades comercializaban sus hipotecas a diferenciales desorbitados como Euribor + 3%. El descenso lento pero continuo –la mayoría de las entidades ofrecen tipos medios alrededor de Euribor + 1,25%) está animando las compras y de hecho, con los datos de marzo, la concesión de hipotecas está creciendo a una tasa del 27,6% anual. Todo ello con un descenso de la morosidad global del 12,5% al 12,09%.
Demanda, oferta y precios
La importancia de este segundo semestre tiene como referente lo sucedido en 2014. Si en los primeros meses fueron de estabilización en el segundo fue de arranque en la mejora en los indicadores básicos del sector que se espera que acelere a lo largo del año para acabar en recuperación en 2016. Estos tres puntos clave son la oferta, demanda y precio, y en todos ellos se esperan mejoras.
Demanda: Sigue aumentando ligeramente, pero se espera –y necesita- una gran mejora. El punto débil sigue siendo el más importante, la demanda nacional. Si hay buenos síntomas en grandes ciudades, pero falta generalizarse. Esta se conseguiría si mejora el crecimiento económico y esencialmente el empleo. Con ello, si los bancos siguen abriendo y concediendo préstamos, se producirá un impulso al alza. Lo que si es positivo y el verano será un buen termómetro, es la demanda de vivienda de extranjeros. Esta se centra fundamentalmente en costa y el crecimiento del 23,5% en 2014 está ayudando a que vaya descendiendo el enorme stock de segundas residencia. Se necesita mantener estas tasas para poder llegar al equilibrio en una de las zonas que acumula más problemas.
Oferta: El parón del sector ha sido duro y prolongado, y ha supuesto incluso que el nivel mínimo de “aportaciones” de nueva construcciones se haya alcanzado en los últimos meses de 2014. A pesar de ello, en 2015 si se nota ligera mejoría y nuevas viviendas a la venta. Ya hay datos que lo avalan. Aumenta la construcción de primera residencia, las peticiones de visados de construcción y el empleo. Con todo y a pesar de un stock de vivienda sin vender sea muy elevado, especialmente en algunas provincias, este año y especialmente el último semestre sea de recuperación.
Por último en los precios, también hay movimiento positivo en 2015 y este se resume en equilibrio. Los datos avalan ya que la caída de precios ha finalizado (acumulando tasas del 30-35% desde enero de 2008) y el movimiento es ligeramente al alza. Si se consolidan las mayores compras y acceso a financiación en un entorno de mejora de la renta disponible (descenso del desempleo) entraremos en un entorno de estabilidad al alza. No hay que preocuparse por grandes subidas. El enorme stock de vivienda disponible irá amortiguando cualquier impacto en un mercado en el que no existe el riesgo de recalentamiento.
Fuente: http://www.cincodias.com/