El sistema de calefacción central tal y como se conoce hoy en día, según el cual todas las viviendas de uno o varios edificios comparten la misma instalación y después pagan en función de los metros de superficie de cada casa, llega a su fin. El Gobierno ultima la transposición de una directiva europea, con un año de retraso eso sí, según la cual todos los países comunitarios deberán contar antes del 1 de enero de 2017 con elementos de medición individual de todas las energías, calefacción, agua caliente o frío en aquellos edificios donde aún persisten los sistemas centralizados.
En España, se estima que se verán afectadas por esta nueva normativa hasta 1,7 millones de casas, la mayor parte antiguas. A partir de la entrada en vigor del real decreto elaborado por el Ejecutivo, cuya aprobación está prevista para el próximo 5 de junio, todas esas viviendas estarán obligadas a instalar contadores de agua y calefacción o medidores individuales en cada radiador.
De este modo, cada vecino pagará el consumo real de calefacción y agua caliente que haya registrado, en lugar de hacerlo con los criterios que se venían aplicando hasta ahora, como por ejemplo los metros cuadrados de su piso. Es, en definitiva, trasladar a la calefacción y el agua caliente el sistema de pago que ya tienen otros suministros básicos como la luz, el teléfono o el gas.
El porqué de esta medida parece evidente: gracias a los medidores individuales se consiguen significativos ahorros de energía del 25% de media al año o, traducido en dinero, de unos 224 euros para una familia media y se reducen en 2,4 millones de toneladas las emisiones contaminantes de CO2, según un estudio realizado por la Universidad de Alcalá para Ista, líder mundial en la instalación y gestión de estos dispositivos.
Es lo ocurrido en países como Alemania, Bélgica o Dinamarca donde 150 millones de estos mecanismos llevan funcionando desde hace décadas en más de 30 millones de viviendas con calefacción central, aclara Ignacio Abati, consejero delegado de Ista en España.
Dos posibles instalaciones
Se pretende acabar con las comunidades de vecinos donde mientras unos se quejan de pasar frío, otros admiten tener que abrir la ventana en pleno invierno por no poder regular de manera eficaz la temperatura que desean. ¿Qué deben hacer quienes vivan en un inmueble con un sistema de calefacción central? Primero, conocer bien las dos opciones posibles y después acudir a empresas certificadas y con garantías de ofrecer un trabajo profesional.
Si su calefacción central es en anillo, quiere decir que la entrada y la salida del agua son únicas para cada vivienda. Son los casos de edificios más nuevos, incluso aquellos construidos después del reglamento de 1997. Se calcula que serán unas 600.000 las casas de este tipo que tendrán que instalar un contador de calorías por piso. Ese dispositivo tendrá un coste de unos 400-450 euros por casa si se compra y unos 130-140 euros al año si se opta por alquilarlo.
Si todas las viviendas comparten la entrada y salida del agua, algo muy habitual en los edificios más antiguos, se trata de un sistema en columnas y deberán instalar un repartidor de costes en cada radiador, pero no reemplazar éstos ni la caldera, que sí es conveniente revisar para comprobar suequilibrado. El coste por vivienda en este caso es algo inferior, de unos 320 euros por casa en compra y 90 euros al año en alquiler. Hasta 1,1 millones de pisos se encuentran ahora en esta situación. Esos repartidores emitirán una señal sobre la temperatura y consumo en cada habitación, lo que permitirá elaborar recibos individualizados.
Qué hacer si algún vecino se opone
La realización de obras de cualquier envergadura en las comunidades de propietarios ha sido siempre motivo de conflicto ante la resistencia de algunos vecinos a financiar trabajos que consideran innecesarios. Ahora, la negativa no ha lugar, puesto que se trata de un cambio normativo de obligado cumplimiento, a partir del 1 de enero de 2017.
De tal modo, que se establece un sistema sancionador por el que se impondrán multas que oscilarán desde los 1.000 a los 10.000 euros. Si algún vecino manifestara su oposición a instalar los repartidores de costes o los contadores individuales, podrá negarse a ello, pero ha de saber que además de arriesgarse al pago de la sanción, su recibo de calefacción será equivalente al de la vivienda que consuma más con el nuevo sistema. Es decir, esa negativa no le va a salir a cuenta desde el punto de vista económico, recuerda el consejero delegado de Ista, Ignacio Abati.
Desde esta empresa admiten que se abre a partir de ahora un nuevo nicho de negocio para las empresas de este sector que podría generar hasta 2.000 nuevos puestos de trabajo y confían en que las distintas administraciones realicen campañas divulgativas de concienciación porque son muchos los beneficios que se pueden obtener y la inversión se recupera en muy poco tiempo, en menos de año y medio. Además, regiones como Madrid o Asturias contemplan ayudas para financiar estas compras de hasta 15 euros por radiador.