Casi 35.000 viviendas habituales fueron embargadas el año pasado, un 7,4% más


El drama de los desahucios parece ir en paralelo al drenaje de los restos que todavía quedan de la última burbuja inmobiliaria. Así se desprende de los datos sobre ejecuciones hipotecarias publicados este jueves por el INE, pues en las correspondientes a viviendas seis de cada 10 (el 67,7%) iniciadas el año pasado se referían a créditos suscritos entre 2005 y 2008. Por años, los mayores niveles correspondían a 2007 (20,2%) y 2006 (17.3%).

El problema humano, no obstante, es que de los 70.078 embargos judiciales sobre casas iniciados el año pasado -casi un 6% más que el ejercicio precedente-, la mitad afectaban a viviendas habituales. Un total de 34.680 inmuebles donde residían personas, un 7,4% más que en 2013, pasaron técnicamente a manos de los acreedores, en la mayoría de los casos entidades financieras, aunque el desahucio -el último escalón de esta severa cadena- aún no se hubiera producido.
Los datos apuntan asimismo que el problema de los impagos hipotecarios afecta más a las viviendas de segunda mano (58.660, un 8,2% más) que a las nuevas (sólo 11.418, tras haber descendido un 4,3%). Otro punto a tener en cuenta es que de las casi 71.000 casas embargadas, el 64% (44.682) habían sido adquiridas (a través de la hipoteca correspondiente) por personas físicas y el resto por sociedades.
Llama la atención, además, que crecieran casi un 9%_las ejecuciones sobre inmuebles que no son la vivienda habitual de personas (10.002 en total el año pasado), es decir, segundas residencias.
El sustento, la prioridad
El propio presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, terció este jueves en este asunto. «No creemos polémicas falsas:_entre comer y pagar la hipoteca, por supuesto (elijo)_comer», dijo durante el acto de presentación del nuevo plan de formación financiera que la patronal desplegará a partir de la semana próxima en 100 colegios distribuidos por todo el país.
«Aquí no puede caber duda alguna», insistió Roldán, al admitir que la prioridad ha de ser siempre el sustento propio y básico. Lo hizo, eso sí, tras señalar que en dicho programa de formación no se hablará de cuestiones como las daciones en paga o los desahucios hipotecarios, bajo el argumento de que «son cosas suficientemente conocidas».
Tampoco vio conflictivo que los bancos quieran ahora enseñar a los jóvenes sus productos. «Cuanto mejor le va al cliente también a ellas», dijo Roldán, quien minusvaloró como «malentendidos» los problemas con las preferentes, los 'swaps' y las hipotecas multidivisa.
Fuente: http://www.finanzas.com/
 
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