El boom inmobiliario que vivió España entre 1999 y 2007 ha tenido y seguirá teniendo consecuencias importantes en dicho mercado. Y es que según las estimaciones de Bankinter hay unas 700.000 viviendas a la venta, de estas unas 100.000 no se podrán vender nunca salvo que se apliquen descuentos de derribo por su difícil ubicación. Aquí puede consultar el documento completo sobre las perspectivas del mercado de la vivienda
A pesar de este dato, en dicho informe recalcan que se está produciendo un cambio de ciclo en el sector de la construcción: "Este elevado stock de viviendas a la venta no será un impedimento para que se reactive la actividad constructora, debido a la desigual distribución de este excedente". La actividad constructora se reactivará en las localizaciones prime en las que la oferta de viviendas a la venta ya es casi inexistente.
Los precios comenzarán a repuntar
"Los visados de obra nueva aumentaron un 6,7% en los 10 primeros meses de 2014, lo que sugiere que el número de viviendas iniciadas volverá a crecer en 2015 hasta una cifra aproximada de 50.000 viviendas, un nivel todavía muy inferior a las 760.000 iniciadas en 2006".
Con estos datos sobre la mesa y la mejora de los indicadores económicos, "la recuperación del sector inmobiliario será un hecho a lo largo de 2015, la demanda de la vivienda se consolidará, el número de transacciones subirá un 15%. Todo ello se traducirá en un aumento de precios que se concentrará en ubicaciones selectivas y a lo largo de 2016 se generalizará", destaca el informe.
Los obstáculos
Aunque la recuperación del sector parece casi asegurado, tendrá que lidiar contra dos obstáculos: "La tasa de paro continuará siendo superior al 20% durante los dos próximos años", por un lado. Por otro, "el descenso de la población provoca que la demanda estructural estimada de vivienda nueva se vaya reduciendo".
Aún así, como se ha subrayado en los párrafos anteriores la recuperación del sector se consolidará en 2015-2016 gracias a varios factores que catalizarán la demanda: La mejora de la economía y la confianza de los agentes económicos; la dinamización de las ventas de vivienda usada; las mejoras progresivas en el crédito y el coste de la financiación, entre otras cosas, gracias a las intervenciones del BCE; y gracias al mayor atractivo de la vivienda como bien de inversión. Los bajos precios han disminuido el riesgo de las pérdidas pro la caída del valor real de la vivienda.
Ya en 2011, el mismo Bankinter advirtió de que en España había unos 200.000 inmuebles que serían imposibles de vender si no se producían descuentos superiores al 50% respecto a los precios de 2007.
Fuente: http://www.eleconomista.es/