Las cifras hablan por sí solas. Con un paro que se mantiene por encima del 20% y a pesar de la deseada e incipiente recuperación económica, todavía son miles las familias que se enfrentan a serias dificultades para llegar a fin de mes. De hecho, más de 40.000 tuvieron durante el año pasado problemas para pagar la cuota de sus hipotecas, tal y como muestra la estadística de los registradores que, por primera vez, ofrece este dato anual.
Durante 2014, se anotaron en los registros más de 40.000 certificaciones por el inicio de ejecuciones hipotecarias a personas físicas –familias con o sin hijos, solteros, divorciados y una largo etcétera–, mientras que más de 24.000 personas jurídicas –empresas, sociedades...– tampoco pudieron hacer frente a sus compromisos hipotecarios con el banco. En total, algo más de 69.000 procedimientos iniciados.
“Sobre el conjunto del número de hipotecas que hay actualmente en vigor en España, es cierto que las cifras no son muy abultadas, pero no debemos olvidar que detrás de cada cifra hay un drama familiar y un grave problema social”, señalaba ayer la exministra de vivienda Beatriz Corredor, directora de Relaciones Institucionales del Colegio de Registradores.
Para que nos hagamos una idea de la dimensión de los datos, cada mes se conceden en España unas 10.000 hipotecas, mientras que desde enero de 2007 se han firmado en España 1,8 millones. Es decir, el número de hipotecas en problemas es muy pequeño si se compara con estas cifras, por mucho que sean miles de familias las que se encuentran en serios apuros económicos.
No todos los procedimientos terminan en desahucio
La ejecución hipotecaria es un procedimiento a través del cual se ordena laventa de un bien inmueble que estaba gravado con una hipoteca por incumplimiento del deudor de las obligaciones garantizadas con la hipoteca. Los bancos pueden iniciar el procedimiento de ejecución hipotecaria al tercer impago.
No obstante, el hecho de que se haya iniciado un procedimiento no significa que el afectado acabe perdiendo su vivienda. Es decir, no todas lasejecuciones hipotecarias que se inician terminan con el lanzamiento de sus propietarios –coloquialmente hablando, no todos son desahuciados– puesto que el deudor podría finalmente hacer frente al pago de la deuda, conseguir un acuerdo extrajudicial con el banco y acordar una dación en pago o conseguir, tras un acuerdo con la entidad financiera, refinanciar la deuda.
Los datos de los registradores no ofrecen detalles sobre la tipología del inmueble. Es decir, si se trata de procedimientos sobre una vivienda habitualo una segunda residencia, un garaje… Sin embargo, los datos del INE de hace dos meses sí revelaban que casi el 80% afectaban a viviendas habituales. Es decir, en las que viven, día a día, las familias.
El estallido de la crisis trajo consigo que miles de familias no pudieran hacer frente al pago de sus hipotecas, pero no todas se han visto afectadas por igual. Quienes mayores dificultades se han encontrado para pagarlas han sido quienes compraron en pleno boom inmobiliario. Es decir, quienes lo hicieron entre 2006 y 2009, cuando se alcanzaron los máximos en los precios de la vivienda y cuando se dispararon los tipos de interés. En 2007 y julio 2008, la principal referencia de las hipotecas en España escaló hasta el 5,393%, su nivel más alto, poniendo en serios apuros a cientos de familias.
Tal y como muestra el gráfico del INE, han sido precisamente las hipotecas firmadas en 2006, 2007 y 2008 las que mayor número de certificaciones por ejecuciones hipotecarias han recibido en los últimos doce años.
Fuente: http://www.elconfidencial.com