La construcción ha salido ya de la UVI hospitalaria en la economía española, pero aún tardará en ser dada de alta e incorporarse de pleno a la nueva dinámica marcada por un Producto Interior Bruto (PIB) que creció un 1,4% en 2014 y superará el 2% en 2015. Así lo apuntan los indicadores sintéticos de actividad que recoge el Ministerio de Economía para tratar de anticipar cuál será la próxima coyuntura.
El llamado indicador sintético de la construcción por el lado de la oferta (Iscof) terminó el año pasado peor de cómo lo empezó -con una caída de casi dos puntos, para una tasa de 79,2 respecto a un valor medio de 100-, aunque aún por encima de los datos de 2013, cuando el sector empezó a tocar suelo. Hablamos de un marcador adelantado que se basa en parámetros como el número de afiliados a la Seguridad Social en esta actividad, su peso en la producción industrial, las ventas de las grandes inmobiliarias a nivel nacional, el número de viviendas iniciadas, la confianza del consumidor y el tipo de interés de las hipotecas sobre casas.
Si analizamos las tasas de variación anual, se observa la misma ralentización en la recuperación incipiente del sector, que se inició el año pasado con los primeros resultados positivos desde 2007. El índice Iscof subió un 1,7% en 2014, frente al descenso del 7,1% en 2013, que puso fin a la serie de caídas iniciada en 2008 (-13,3%). El ritmo de esa mejora, sin embargo, ha disminuido. La subida del 0,9% con la que cerró el ejercicio es la más leve de los cuatro últimos trimestres, que tuvo su mejor dato en el alza del 2,7% entre abril y junio.
En términos intertrimestrales, no obstante, la perspectiva es algo mejor para la oferta pues tras los descensos registrados en primavera y verano, de octubre a diciembre se observó un repunte de seis décimas. Fue, no obstante, apenas una quinta parte del crecimiento con que comenzó 2014 (2,9%) respecto a 2013.
Todo eso, por el lado del vendedor. En la parte del comprador, los datos permiten traslucir que el despertar de la construcción será aún bastante lento. El indicador de demanda (Isco) terminó el año mejor de lo que lo empezó (con 72,3 puntos sobre una media de 100), pero muy por debajo del dato de 2008 (142,1 puntos).
En tasas de variación anual también se observa ese cambio positivo:_la caída del 3,2% con que empezó 2014 transmutó a finales del mismo en una subida del 1,9%. La diferencia aquí es que tras el verano se empezó a acusar un cierto empeoramiento, que se tradujo en un retroceso intertrimestral del 0,4% entre octubre y diciembre.
Cautela con la vivienda
Y reduciendo el análisis sólo a la demanda de vivienda (según el indicador ISV), la perspectiva apenas cambia. Alcanzó el mejor nivel a mediados de año (con una subida de medio punto al cierre de junio) y concluyó con un crecimiento mínimo del 0,1% respecto al tercer trimestre que, en tasa interanual, supuso una subida del 1,8% frente al 2,7% precedente.
A la vista de los datos, parece abonarse la prudencia que sostienen desde la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), donde están representadas más del 90% de las tasadoras que operan en el mercado. Según su último estudio, 2015 no traerá precisamente más casas ni grúas por doquier como apuntaban los analistas más optimistas.
«La actividad constructora aún está en mínimos históricos, con los precios de las casas alcanzando el valle de la contracción iniciada en 2008», recuerdan los autores del informe. El problema, apuntan, es que la creación de empleo todavía es débil y el acceso al crédito hipotecario restringido, lo que provoca que se esté embalsando una demanda de compradores potenciales cercana a los 900.000 hogares, que no saldrá al mercado hasta que cambien esos dos condicionantes. «Sólo entonces, y nunca antes -advierten- llegará la mejora al mercado inmobiliario».
Esa cautela acompaña a los directivos del sector, según la última encuesta de KPMG_que incluye también a la banca, Sareb y el sector público. El 70%_estima que la salida de la crisis inmobiliaria aún tardará uno o dos años, tanto en términos de demanda como de normalización de la financiación. Para la absorción de la oferta acumulada -en torno a 700.000 casas nuevas, según la Fundación de Estudios Inmobiliarios (FE)-, más de la mitad (56%) piensa que se tardará más de dos años. Y_en el empleo, el 90%_cree que mejorará pero sin llegar al 14% que representaba antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.
Fuente: http://www.finanzas.com/