El mercado inmobiliario se despereza tímidamente gracias a la incipiente reapertura del crédito bancario. Los últimos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) revelan que la compraventa de viviendas en la ciudad creció después de cuatro años de caída continuada, a años luz de los picos estratosféricos de 2007 y 2010. El primer semestre de este año se cerró con 660 operaciones, más del 10% del total de Galicia y un 13% más de pisos vendidos en los mismos meses del año anterior.
El último informe del Consejo General del Notariado, en primavera, ya avanzaba la reactivación del sector inmobiliario a nivel local. El INE lo confirma computando 660 transacciones entre enero y junio frente a las 583 de 2013, cuando la curva tocó fondo, según la revisión de las estadísticas desde hace siete años.
Los movimientos comerciales en A Coruña supera incluso la cifra de 2012, con 632 compraventas entre enero y junio, y se acerca a la de 2011, con 719. En todo caso, los números están todavía muy lejos de los años del frenesí, cuyos picos se registraron en el año 2007 y 2010. El número de compraventas de aquel año casi triplica el actual (1.789). En 2010, se firmó un registro similar con 1.538 operaciones contabilizadas en esos seis meses.
El sector inmobiliario constata dicho repunte, que descansa "al 100%", interpretan, en la apertura de los créditos por parte de las entidades bancarias, sumado a familias que habían ahorrado a la espera de mejores precios y a que los bancos abriesen la mano.
Es el análisis que hace el presidente de los agentes inmobiliarios coruñeses, Herminio Carballido. "Si no hay crédito, esto no se puede producir", comenta. Los objetivos, comenta Carballido, son fundamentalmente viviendas usadas con precios económicos y dentro del casco urbano. Comenta además que las tasaciones de los bancos están siendo "bastante acordes, bastante ajustadas". La mayoría de inversiones de los particulares que están adquiriendo viviendas en la actualidad no suponen grandes cantidades. "Son de 130, 150 o 200 mil euros", estima el portavoz de la asociación, "antes eso no existía". Las características deseadas: que estén en buen estado, de en torno a los diez años de antigüedad y que no tengan que realizar obras importantes a corto plazo.
Carballido también habla de una nueva figura, la del inversor que adquiere edificios enteros, pero no deshabitados, sino con el objetivo de tener una rentabilidad inmediata a través de los alquileres. En un tercer apartado estarían todos los edificios que se rehabilitan y que se venden gracias a la plusvalía de la reforma ya terminada la obra o incluso con los trabajos sin terminar.
Casi sin nuevas promociones a la vista, lo que pasa a ser más infrecuente es la venta de promotores de pisos a estrenar. Sí se dan casos, "con ofertas muy a la baja" en zonas como O Burgo o Feáns, pero no es lo habitual. Las preferencias están ahora dentro del casco urbano, sea en el centro o en los barrios.
Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/
