Los inversores extranjeros también están entrando en el negocio residencial de la tercera edad. Tratan de aprovechar las dificultades que atraviesan muchas pequeñas empresas que, por la crisis e impagos de la Administración para cumplir con la Ley de Dependencia, se han visto obligadas a cerrar centros o mantenerlos con un número creciente de camas vacías.
Inversores que conocen las proyecciones oficiales de población: la cuarta parte de la población española tendrá más de 65 años en una década. Diez millones de mayores españoles, más decenas de miles de jubilados extranjeros que siguen pensando en España como un lugar para pasar el tramo final y para los que existe todo un mercado residencial, desde la pequeña residencia a los grandes resorts de lujo.
Operaciones como la que acaba de anunciar la empresa holandesa Habidrome para promover, junto a la valenciana Sierra Vistazul, 140 viviendas asistenciales en la localidad alicantina de Denia, o la compra, por parte de la francesa Maisons de Familles, del 57% de Adavir —uno de los grupos españoles punteros en este sector— dan una idea del cambio que se está produciendo en la estructura tradicional del sector en España, muy atomizado y dominado por las pequeñas empresas. En general, estos grupos foráneos que están tomando posiciones en este sector, como ya lo habían hecho otros como Orpea, Bupa o los fondos Paramount o Magnum, buscan ofrecer productos elitistas para cubrir la demanda de mayores con alto poder adquisitivo.
En su último informe sobre las residencias de la tercera edad, la consultora DBK concluye que el sector moverá en España en 2014 unos 2.325 millones de euros, un 3% menos que el año pasado, debido a que "el desfavorable contexto económico seguirá provocando el abandono de la actividad por parte de algunos pequeños operadores, de tal modo que continuará acentuándose la concentración de la oferta". El proyecto de Denia está enfocado a mayores de 55 años y extranjeros, sobre todo holandeses, que ya residen en España o piensan hacerlo en breve. Apartamentos de gran lujo, con servicio asistencial sanitario permanente y a domicilio, atendido en holandés. Las viviendas están diseñadas para personas con movilidad limitada, de manera que permitan ser modificadas en función de las necesidades del cliente.
La promoción de las viviendas la hacen de forma conjunta la promotora valenciana y Habidrome, que cuenta con el respaldo de socios, entre ellos Achmea, compañía holandesa de seguros de salud y jubilación, que da servicio a más de cuatro millones de asegurados y forma parte del grupo internacional Eureko. De cara al futuro, una vez que la situación económica mejore, el grupo holandés tiene previsto ofrecer este producto a mayores españoles.
Sí serán españoles los mayores que vivan junto a sus hijos en alguna de las viviendas que Luanvante y Tilmon llevan a cabo en el barrio de Los Molinos, en Getafe. Un novedoso proyecto, el de la "Opción Senior" dentro del Residencial Cervantes, "donde los abuelos disfrutarán de un apartamento independiente dentro de la vivienda compuesto por un dormitorio, sala de estar y baño propio, y con un acceso directo a la cocina", explica Juan Alfonso de la Calle, asesor de la promotora.
La parcela fue adquirida al Banco Popular en julio de 2013, y desde noviembre están en marcha las obras de los 58 pisos. Son viviendas libres de uno a cinco dormitorios, con precios similares al módulo de tipología de protegida a precio limitado en Getafe, entre 121.000 y 354.000 euros. "De momento hay dos familias interesadas, pero antes tienen que vender el piso en el que viven ahora", asegura De la Calle. Soluciones que nada tienen que ver con las vicisitudes por las que están atravesando otros muchos mayores españoles que no pueden permitirse optar a una de estas viviendas apartamentos.
Representan la otra cara de la moneda. La que ha provocado que entre enero y abril haya aumentado un 80% el número de jubilados que buscan a alguien con quien compartir su casa por motivos económicos, según el portal Easypiso.com. La mayoría de los perfiles creados por jubilados indica que aceptan compartir piso con cualquier rango de edad, por lo que no les importa vivir con compañeros mucho más jóvenes. Respecto a las razones por las que los usuarios más mayores deciden buscar un piso para compartir, la responsable de Comunicación del portal, Maya Harruna, comenta que "en muchos casos se trata de razones económicas, pero en otros la motivación de los jubilados es la búsqueda de compañía. Son personas que afirman en sus descripciones que se sienten solas". A muchos otros no les ha quedado otra que abandonar los centros en los que residían al no poder hacer frente a los gastos que supone la estancia en una residencia de la tercera edad, en una media de unos 1.600 euros mensuales y del doble si se trata de una cama en alguno de los establecimientos más elitistas.
La plena ocupación de que gozaba el sector hace un par de años ha ido disminuyendo poco a poco. En la Comunidad de Madrid hay cerca de un 30% de camas disponibles, las que han dejado vacantes casi 10.000 mayores. El desempleo al que se ven abocados los descendientes está detrás de este aumento de las camas vacías en los centros de la tercera edad. A nivel nacional, Sar, Quavitae, Ballesol, Eulen, Sanitas Residencial y el Grupo Amma lideran un sector en el que también cuentan con una presencia notable Sanyres (del Grupo Prasa), Geriatros, Care, Caser, Adavir, Artevida, Casablanca, Valdeluz o Personalia.
Residencias y el ‘efecto Erasmus’
Las residencias para mayores no son las únicas que acusan la crisis. También ha afectado a las de estudiantes. Tienen en los alumnos que llegan a España de la mano del Programa Erasmus a un buen número de clientes. No en vano son en torno a 40.000 los que llegan cada curso a alguna de las universidades, por lo que cualquier modificación en la cuantía de estas becas puede incidir en la salud de un sector que, a pesar de los ingresos a la baja por una moderada caída del grado de ocupación, sigue facturando más de 400 millones de euros anuales.
A finales de 2013 operaban en España 1.102 residencias universitarias y colegios mayores, que contaban con 90.297 plazas, 674 más que en 2011, según la consultora DBK. La mayor parte de la oferta corresponde a residencias universitarias, con 909 centros y 65.434 plazas, mientras que los colegios mayores totalizaban 193 establecimientos y 24.863 plazas.
Madrid es la comunidad autónoma con mayor número de plazas, con el 21,2% del total. Le siguen Cataluña y Castilla-León, ambas con el 14,3%, y Andalucía (12,4%). Estas cuatro comunidades autónomas concentran más de la mitad de la capacidad total.
En los próximos años se mantendrá la tendencia de moderado incremento en el número de plazas como consecuencia de la creación de nuevas residencias de estudiantes. Así, a finales de 2015 la capacidad total podría situarse en torno a las 92.000 plazas, unas 1.700 más que en 2013, según el informe. Pero falta por cuantificar cómo afectará el recorte de Erasmus.
La gestora de fondos Azora se convirtió hace tres años en el mayor operador del sector al adquirir las 25 residencias de la compañía Resa. Cuenta con más de 8.000 plazas, con Madrid, Cataluña y País Vasco como principales mercados.