En lo que va de año, se han amontonado los grandes nombres de inversores internacionales, que han apostado fuerte por el ladrillo español. Ya sea mediante compras directas o a lomos de Socimi –vehículos cotizados de inversión inmobiliaria– gigantes como Baupost, Pimco o Fidelity han colocado en su punto de mira al sector inmobiliario español, en concreto al sector terciario: oficinas, locales, centros comerciales y hoteles.
La inversión en bienes terciarios fue el año pasado casi de 5.000 millones, el doble que en 2012 y el monto más alto desde 2008, según datos de la consultora CB Richard Ellis. Lejos en todo caso de los 10.000 millones de 2007, último año antes del pinchazo de la burbuja.
Patricio Palomar, director de estudios y estrategia de inversión de CB Richard Ellis, apunta a un trasvase de inversión desde otros países a España. Ciudades como Londres o Dublín, donde el valor de los inmuebles cayó con fuerza durante los primeros años de la crisis, ya están prácticamente en los mismos niveles de rentabilidad que antes de 2007, según el estudio de la consultora. “Más inversión en estos países conlleva un riesgo importante de burbuja”, señala Palomar.
En lo que va de año, destaca la compra por parte de Baupost, uno de los mayores hedge funds del mundo, de ocho centros comerciales en España por 160 millones. Por otro lado, Banco Sabadell ha cerrado un acuerdo con London & Regional Properties, por el que la firma británica adquiere uno de los mayores inmuebles comerciales de Madrid. Si continúa este ritmo, en CB Richard Ellis prevén que la inversión al final del año alcance los 6.000 millones.
Estos movimientos estarían sirviendo para revitalizar la demanda y detener la caída de la rentabilidad de los inmuebles terciarios en España. El mercado parece entender que ya ha tocado suelo, lo que abre la puerta a la estrategia de comprar ahora barato para lograr luego a una rentabilidad mayor.
Según los datos de la consultora inmobiliaria BNP Paribas Real Estate, durante el primer trimestre del año los precios de las rentas en las ubicaciones prime aumentaron por primera vez en cinco años. En la zona de negocios de Madrid, por ejemplo, lo han hecho en un 4%.
Expectativas de rentabilidad alta y riesgo bajo son los ingredientes que están despertando el apetito inversor. Las Socimi son el ejemplo prototípico. Estos vehículos de inversión inmobiliaria, que están protagonizando las primeras salidas a Bolsa del año, cuentan en su accionariado con pesos pesados del mundo de la inversión y se han marcado objetivos de rentabilidad muy jugosos. Lar España aspira a un 12% a través de una inversión en oficinas, centros comerciales e inmuebles industriales.
Gestoras de Pimco, la mayor de renta fija del mundo, o UBS dominan casi el 50% de los 400 millones suscritos. Hispania, gestionada por el grupo Azora y que se guarda la carta de convertirse en Socimi, también centrará su cartera en el sector terciario. Su expectativa de rentabilidad es aún mayor. Esperan que tras su revalorización y desinversión se alcance un objetivo del 15%. Cuanta entre su accionariado con nombres como Soros y Paulson, Morgan Stanley o Fidelity.
El 70% de la inversión provino de manos extrajeras
De los casi 5.000 millones de euros invertidos el año pasado en oficinas, locales y centros comerciales en España, más del 70% vino de manos extrajeras. Y casi la mitad, 1.582 millones, provino de Estados Unidos.
La mejora de la percepción de España se notó desde mediados del año pasado en una vuelta de los inversores a la deuda pública española. Desde el cierre de agosto de 2012, los inversores no residentes en España han comprado deuda soberana española por más de 103.000 millones. A cierre de febrero, tenían 295.282 millones, cerca de los máximos absolutos de 298.139 millones alcanzados en diciembre. Más allá de los mercados financieros, las inversiones foráneas en sectores productivos crecieron en términos brutos un 8,8%, hasta los 15.812 millones de euros, según datos de la Secretaria de Estado de Comercio. La apuesta por las actividades inmobiliarias fue de 1.787 millones, un crecimiento de 66,7% con respecto al año pasado.
El año pasado se cerraron operaciones sonadas, como el alquiler con opción a compra de Torre Foster en Madrid a un fondo soberano de Abu Dhabi, dueño de Cepsa. También movió ficha el fondo Emin Capital, que acordó la compra de la torre Agbar en Barcelona por unos 200 millones de euros, con la intención de convertir la torre en un hotel de lujo.
El estudio de CB Richard Ellis destaca que actualmente y tras la mejora de la deuda pública española, el diferencial de rentabilidad entre la inversión en el sector inmobiliario terciario y los bonos soberanos alcanza los 200 puntos básicos.
Fuente: http://www.cincodias.com/