Los recortes para lograr la estabilidad presupuestaria del Estado están complicando y mucho las cuentas de las familias que hasta ahora recibían una ayuda para pagar la vivienda. Cerca de 1.000 familias catalanas ya han visto como se les negaba la renovación de un subsidio del Plan Estatal de la Vivienda, y 8.000 más tendrán la misma suerte, según la Agencia de la Vivienda de Cataluña.
Esta ayuda, que en algunos casos cubría el 40% de la hipoteca, se concedió hace cinco años y se podía renovar para cinco más si las familias seguían teniendo dificultades económicas. Pero los recortes sociales del Ministerio de la Vivienda han cortado cualquier tipo de renovación.
Jesús Barragán es una de las personas que seguía cumpliendo los requisitos para renovar la ayuda y ahora se encuentra con el problema de que ingresa 426 euros al mes y tiene que pagar una hipoteca de 475 euros. Su caso es doblemente complicado, ya que Barragán, como 45 vecinos más, fue expropiado por el Ayuntamiento de Barcelona en 2007 de su piso de Torre Baró y realojado en una vivienda de protección. La Síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, reclamó ayer al Ayuntamiento que “haga alguna cosa” como responsable de la expropiación. Fuentes municipales aseguraron que ya han tomado cartas en el asunto.
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