Es un lujo al alcance de pocos, pero comprar una vivienda al contado es uno de los hechos que marcan el mercado inmobiliario en este momento. Según un informe de la Universidad Pompeu Fabra, el 58,43% del total de compraventas de viviendas usadas se pagaron al contado durante el tercer trimestre del año, porcentaje que supera el 60% en ciudades como Barcelona.
Los compradores son, en general, pequeños y medianos inversores mayores de 55 años, capaces de abonar el precio íntegro de la vivienda, sin tener que pasar por la entidad bancaria para contratar una hipoteca. Son personas que desconfían del sistema financiero y consideran que sus ahorros no están seguros del todo en el banco. Por ello, prefieren invertir "en ladrillo", en pisos pequeños y antiguos, con precios muy rebajados, del 50% al 70%.
Razones para comprar al contado hay muchas. Eroski/Consumer apunta unas cuantas: Al pagar al contado, aunque el comprador no puede beneficiarse de ninguna desgravación fiscal (solo se aplica al formalizar una hipoteca), se ahorra dinero. No tener que constituir una hipoteca, ni pagar los intereses a lo largo del tiempo, compensa más que las posibles cantidades que podría deducirse de Hacienda, pues la desgravación fiscal no cubre el ahorro que supone el pago al contado.
Además, la comisión de apertura de la hipoteca, los intereses de las cuotas, el plazo fijado para amortizar el préstamo, los gastos de tasación, la contratación obligatoria de tarjetas de crédito y de seguros de vida y hogar por parte de la entidad, etc. elevan el coste total de la vivienda hasta en un 50%, con respecto a la compra al contado.
Contratar una hipoteca es una opción poco recomendable, debido al riesgo y los desequilibrios que existen hoy en día en el mercado financiero, a los altos intereses a los que se presta el capital y a las bajas rentabilidades que las entidades ofrecen por las inversiones. Abonar una casa al contado ofrece más posibilidades para negociar con el vendedor y conseguir el inmueble a un importe adecuado, que puede suponer una rebaja sobre el precio de mercado entre el 15% y el 20%.
Hay que tener en cuenta las circunstancias del comprador y el vendedor para calcular la posible rebaja en el coste del piso. En la actualidad, el mercado inmobiliario se encuentra en una situación de necesidad: muchos de los que venden tienen urgencia por hacerlo y, en numerosas ocasiones, están dispuestos a una rebaja en el precio. La vivienda se ha convertido en un activo considerado como valor refugio. En el futuro, las casas pueden bajar de importe pero, al menos, seguirán siendo bienes tangibles.
En cambio, el dinero depositado en una entidad bancaria puede disminuir de manera considerable e, incluso, desaparecer. Quienes pretenden adquirir un piso al contado, han de tener en cuenta que es probable que los precios de nuevo suban y el inmueble valdrá más en el mercado.
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