No hay nada nuevo en constatar la evidencia de la crisis del mercado inmobiliario en España. Nunca una actividad tan importante para la economía española, que se convirtió con diferencia en el principal destino del crédito de la banca, ha sufrido un colapso de tal envergadura. Pero ¿cuánto ha significado este retroceso para el PIB español? Hoy desvelamos que los españoles destinaron en 2012 a comprar viviendas nuevas la cifra más baja en términos nominales desde 1998. Es decir, un retorno al pasado que ha llevado este mercado a los tiempos en que todavía circulaba la peseta. Se trata de un retroceso sin precedentes. Antes de la crisis, los hogares gastaban el equivalente al 9% del PIBen la adquisición de casas. Ese porcentaje apenas representa hoy el 2%. Más que un dato, se trata de una preocupante constatación, porque ninguna otra actividad ha sustituido tal carencia ni, previsiblemente, lo va a hacer en el futuro inmediato.
Los 25.385 millones que los españoles destinaron a comprar vivienda nueva en 2012 solo son comparables en la lista anual con los 23.787 millones destinados al mismo concepto hace 15 años. Y si se toma en cuenta la inflación, el retroceso todavía es mayor, lo que no hace sino agrandar el problema.
En términos de ingresos públicos, el impacto de este proceso da vértigo. En 2006, la vivienda nueva suponía el 28% del gasto total sujeto a IVA de los hogares españoles. Hoy, el porcentaje se ha reducido al 8,4%. Así, el gasto en vivienda nueva representa en estos momentos la cifra más baja de la serie histórica de Hacienda, que se inicia en 1997.
El enorme peso del mercado inmobiliario supuso en los años del boom una inyección sin precedentes a las arcas públicas y un desincentivo a pinchar la burbuja. Y no porque a las autoridades les faltasen señales: mientras la recaudación por IVAascendía a casi 56.000 millones en 2007, solo dos años más tarde caía a menos de 34.000 millones. Ante este batacazo los Gobiernos de Zapatero (primero, en 2010), y de Rajoy (en 2012), elevaron el tributo para recuperar la recaudación, pero a riesgo también de un hundimiento del consumo que persiste.
El retroceso del mercado a niveles de hace tres lustros ha dejado en el camino muchas más víctimas que el sector inmobiliario, y ha abocado casi a la extinción al sector de los materiales de la construcción. Como ejemplo, los fabricantes de cerámica estructural (ladrillo y teja), muchos de ellos transformados en simples almacenes. De las 430 empresas que operaban en 2007 solo quedan activas 220.
Ante todos estos datos, el mercado de la vivienda presenta una fotografía en blanco y negro, cuando no en sepia, mientras sus precios siguen en busca del suelo. Todo indica que aún falta tiempo para tocar fondo, un precioso tiempo que se ha perdido por la exasperante lentitud del ajuste.
Fuente: http://www.cincodias.com/