Gracias a la fuerza y dirección de sus olas, las Islas Canarias han sido elegidas por una empresa noruega para probar en sus costas un convertidor capaz de transformar el movimiento del mar en energía eléctrica que podría servir para abastecer comunidades de vecinos.
Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote son las islas elegidas por la empresa Langlee Wave Power para instalar una planta de energía marina, una de las renovables más limpias y sostenibles y que, además, no produce impacto visual ni ambiental, según asegura la ingeniera y responsable del desarrollo de la firma en España, Alexandra de Marichalar.
Convertir Canarias, donde el debate de las prospecciones petrolíferas a 60 kilómetros de sus playas está abierto, en referencia mundial de la electricidad generada por la fuerza de las olas, es el objetivo de la empresa noruega.
Según los datos iniciales de esta empresa, el convertidor de olas, cuyo prototipo, que se ubicará en la costa noroeste de Gran Canaria, tendrá una potencia de 100 kilovatios, lo que podría abastecer a una comunidad de unas cien viviendas.
La profundidad del litoral y la calidad de un oleaje constante también han hecho que se decanten por Canarias, donde proveedores locales se podrían encargar de fabricar el generador y de extraer la energía. Así, se podrían crear entre 5 y 10 puestos de trabajo directos por cada megavatio instalado y unos 30 empleos indirectos, según los cálculos de esta empresa.
Estos convertidores de la energía de las olas, fabricados en una estructura flotante con dos especies de aletas que se mueven en función del movimiento horizontal de las olas y generan electricidad que se envía a tierra mediante un cable eléctrico submarino, se ubicarán a unos 800 metros de la costa y su impacto visual será nulo ya que estará semisumergido.
Anclados y sin vertidos
La técnico asegura que la afección a la flora y fauna del medio marino también será inexistente, pues estos generadores de energía están anclados al fondo de manera convencional y su mantenimiento se realiza en tierra, para así asegurar la ausencia de cualquier tipo de vertido al agua.
Convencida de que los proyectos de energía marina pueden generar riqueza mientras protegen el medio ambiente, la ingeniera de la empresa noruega indica que una vez se instale el prototipo de generador este año en Gran Canaria, se realizarán pruebas durante al menos un año para continuar con las de Tenerife y Lanzarote.
El objetivo, añade la especialista, es que estos parques sirvan para el autoabastecimiento de infraestructuras y determinadas zonas de las islas, como puede ser un puerto, una planta desalinizadora o una ciudad turística.
El alto coste de la energía eléctrica en el archipiélago, la dependencia energética exterior y el impulso de las energías renovables por parte de la Unión Europea, hacen que Canarias sea un lugar estratégico para el desarrollo de la energía a partir de las olas, concluye la ingeniera.
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