Irlanda –otro país en plena crisis y, como España, con bajo índice de alquileres– también intenta poner freno al drama de los desahucios. En un intento de acabar con "uno de los problemas más graves" que afronta el país, el Gobierno irlandés ha anunciado medidas para ayudar a los ciudadanos a pagar sus hipotecas y evitar así los desahucios. "Los desahucios deben ser y serán la última opción", asegura el Ejecutivo.
El retraso en el pago de hipotecas es un grave problema en la República de Irlanda, con 94.500 hipotecas con pagos atrasados por más de 90 días y 23.500 durante más de 720 días, según las últimas estadísticas.
El ministro de Finanzas, Michael Noonan, ha expuesto esos planes, elaborados en conjunción con el Banco Central y que obligarán a los bancos a reestructurar la deuda de sus clientes en un plazo corto de tiempo. Los retrasos "causan inquietud a las familias y es también un obstáculo para el desarrollo económico", dice el Gobierno, que ha introducido también una nueva ley sobre insolvencia.
En cuanto a las medidas anunciadas, se obligará a las entidades a negociar con los clientes en dificultades un plan de pago sostenible a largo plazo, evitando soluciones temporales que sólo alargan la agonía. Hasta ahora, los bancos irlandeses han demorado las soluciones porque les favorecía a nivel contable, al no tener que declarar como pérdidas impagos de hipotecas que aún no habían sido reestructuradas.
Para junio de este año se espera que los bancos hayan propuesto soluciones viables para un 20% de los clientes que no pueden pagar (las medidas no cubren a los que "no quieren pagar"). Para septiembre, el porcentaje debe elevarse al 30% y llegar al 50% a finales de año, a fin de que estas personas "puedan ver un futuro mejor".
Vigilar a los bancos
El Banco Central de Irlanda supervisará la actuación de los bancos, medirá trimestralmente los resultados y tendrá potestad para penalizar, incluso con la obligación de aumentar las reservas de capital para impagos, si las entidades no buscan activamente soluciones con los ciudadanos.
Irlanda también creará un Servicio de Insolvencia, que actuará de mediador entre los acreedores y los deudores. Además, se permitirá a las personas que no puedan cumplir con los pagos de sus hipotecas que permanezcan en sus hogares -evitando así el desahucio- con un sistema por el que pagarán un alquiler más asequible.
Hasta ahora, y tras años de negociaciones, menos de un centenar de hipotecas se habían dividido en partes para facilitar el pago a los clientes, de forma que puedan retomarlo cuando su situación mejore. Para las personas que pueden pero no quieran pagar, el Gobierno irlandés prevé medidas diferentes que incluyen, como último recurso, el embargo de la propiedad.
Irlanda aceptó en 2010 un rescate internacional por 85.000 millones de euros tras recibir un golpe en sus finanzas a raíz de la crisis crediticia y del euro, que provocó el estallido de su burbuja inmobiliaria.
Fuente: http://www.20minutos.es/
El retraso en el pago de hipotecas es un grave problema en la República de Irlanda, con 94.500 hipotecas con pagos atrasados por más de 90 días y 23.500 durante más de 720 días, según las últimas estadísticas.
El ministro de Finanzas, Michael Noonan, ha expuesto esos planes, elaborados en conjunción con el Banco Central y que obligarán a los bancos a reestructurar la deuda de sus clientes en un plazo corto de tiempo. Los retrasos "causan inquietud a las familias y es también un obstáculo para el desarrollo económico", dice el Gobierno, que ha introducido también una nueva ley sobre insolvencia.
En cuanto a las medidas anunciadas, se obligará a las entidades a negociar con los clientes en dificultades un plan de pago sostenible a largo plazo, evitando soluciones temporales que sólo alargan la agonía. Hasta ahora, los bancos irlandeses han demorado las soluciones porque les favorecía a nivel contable, al no tener que declarar como pérdidas impagos de hipotecas que aún no habían sido reestructuradas.
Para junio de este año se espera que los bancos hayan propuesto soluciones viables para un 20% de los clientes que no pueden pagar (las medidas no cubren a los que "no quieren pagar"). Para septiembre, el porcentaje debe elevarse al 30% y llegar al 50% a finales de año, a fin de que estas personas "puedan ver un futuro mejor".
Vigilar a los bancos
El Banco Central de Irlanda supervisará la actuación de los bancos, medirá trimestralmente los resultados y tendrá potestad para penalizar, incluso con la obligación de aumentar las reservas de capital para impagos, si las entidades no buscan activamente soluciones con los ciudadanos.
Irlanda también creará un Servicio de Insolvencia, que actuará de mediador entre los acreedores y los deudores. Además, se permitirá a las personas que no puedan cumplir con los pagos de sus hipotecas que permanezcan en sus hogares -evitando así el desahucio- con un sistema por el que pagarán un alquiler más asequible.
Hasta ahora, y tras años de negociaciones, menos de un centenar de hipotecas se habían dividido en partes para facilitar el pago a los clientes, de forma que puedan retomarlo cuando su situación mejore. Para las personas que pueden pero no quieran pagar, el Gobierno irlandés prevé medidas diferentes que incluyen, como último recurso, el embargo de la propiedad.
Irlanda aceptó en 2010 un rescate internacional por 85.000 millones de euros tras recibir un golpe en sus finanzas a raíz de la crisis crediticia y del euro, que provocó el estallido de su burbuja inmobiliaria.
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