Nunca hubo tanta oferta de vivienda en alquiler en el mercado. La crisis ha puesto en alquiler miles de viviendas que no se venden y a muchas familias lejos de poder comprar una casa. Hay pues mucha oferta, más demanda y una nueva normativa para regir los arrendamientos.
De modo que nunca como hoy el alquiler fue la apuesta más adecuada. Con tanto piso en alquiler –solo el 17% de la población reside en una vivienda arrendada– se abre un territorio hasta ahora casi insospechado en España, el de renegociar el precio del alquiler.
Cada vez se dan más casos de familias y particulares que ante la bajada de los alquileres se proponen cambiar de vivienda o, precisamente en ese escenario, plantear a su casero una bajada del alquiler que pagan mensualmente. Y muchas lo consiguen, cosa que hace solo 3 o 4 años era impensable.
Renegociando: fortalezas y ventajas
Siguiendo lo apuntado por Consumer, estos son las fortalezas del inquilino para conseguir una rebaja:
•Negociación
Cuando un inquilino cuenta con un historial de buen pagador, buen comportamiento, cuidado del inmueble y no ha dado problemas al arrendador, es mucho más plausible conseguir esa rebaja. Para ello, deberá conocer el contrato y sus cláusulas al detalle.
•Nueva realidad del mercado
Según datos del portal inmobiliario Fotocasa, el precio medio de los alquileres ha descendido en torno al 25% desde el estallido de la burbuja inmobiliaria a finales de 2007. Si el inquilino dispone de otras ofertas de alquiler en una zona similar o próxima, le será más sencillo renegociar el precio ante la posibilidad de su marcha.
•Más facilidades para dejar la vivienda
Con las nuevas medidas del anteproyecto de Ley, los inquilinos podrán dejar la vivienda arrendada en cualquier momento del contrato, avisando de su marcha con un mes de antelación al casero y sin ningún perjuicio económico u obligación a pagar por ley una indemnización económica. El inquilino cuenta así con una importante arma en la negociación.
Aunque pueda parecer lo contrario, renegociar el precio del alquiler tiene ventajas no solo para el inquilino, también para el arrendador:
•Menores ingresos, pero seguros
Aunque pierda ingresos, mantiene a unos inquilinos que no le han ocasionado problemas, pagan a tiempo y con los que está satisfecho. Esta es la principal baza también para el arrendatario, porque dadas las dificultades económicas actuales, muchos propietarios están dispuestos a aceptar disminuciones ante inquilinos que les aportan confianza, seguridad y que responden a sus exigencias.
•Remuneración constante
El inmueble continúa rentando todo el tiempo sin interrupciones, cosa que no ocurriría si tuviera que alquilar el piso a nuevos inquilinos.
•Evita gastos y molestias
Elude la búsqueda de nuevos inquilinos, reformas o tener que formalizar un nuevo contrato. En última instancia, evitará un proceso de desahucio.
¿Es necesario un nuevo contrato?
Es legal renegociar el precio del alquiler, pues hay libertad de pacto para establecer la renta y pactarla cuantas veces se desee; pero siempre y cuando haya convenio o acuerdo entre las partes, inquilino y arrendador. Ahora bien, ¿ha de firmarse un nuevo contrato?
Caben dos posibilidades. En caso de que se modifique la renta de forma indefinida, sí será preciso formalizar un nuevo contrato.
En cambio, si con el nuevo acuerdo se pacta una rebaja respecto a la renta anterior durante un periodo de tiempo determinado, no es necesario formalizar un nuevo contrato. Solo será necesario incluir un anexo o cláusula adicional en el contrato donde se detalle y especifique el nuevo acuerdo. Deberá presentar el nuevo precio de arrendamiento, el tiempo estipulado, el número de cuotas... todo lo que sea preciso, pues los expertos recomiendan plasmar por escrito cuantos pactos se alcancen.
Fuente: http://www.20minutos.es/
De modo que nunca como hoy el alquiler fue la apuesta más adecuada. Con tanto piso en alquiler –solo el 17% de la población reside en una vivienda arrendada– se abre un territorio hasta ahora casi insospechado en España, el de renegociar el precio del alquiler.
Cada vez se dan más casos de familias y particulares que ante la bajada de los alquileres se proponen cambiar de vivienda o, precisamente en ese escenario, plantear a su casero una bajada del alquiler que pagan mensualmente. Y muchas lo consiguen, cosa que hace solo 3 o 4 años era impensable.
Renegociando: fortalezas y ventajas
Siguiendo lo apuntado por Consumer, estos son las fortalezas del inquilino para conseguir una rebaja:
•Negociación
Cuando un inquilino cuenta con un historial de buen pagador, buen comportamiento, cuidado del inmueble y no ha dado problemas al arrendador, es mucho más plausible conseguir esa rebaja. Para ello, deberá conocer el contrato y sus cláusulas al detalle.
•Nueva realidad del mercado
Según datos del portal inmobiliario Fotocasa, el precio medio de los alquileres ha descendido en torno al 25% desde el estallido de la burbuja inmobiliaria a finales de 2007. Si el inquilino dispone de otras ofertas de alquiler en una zona similar o próxima, le será más sencillo renegociar el precio ante la posibilidad de su marcha.
•Más facilidades para dejar la vivienda
Con las nuevas medidas del anteproyecto de Ley, los inquilinos podrán dejar la vivienda arrendada en cualquier momento del contrato, avisando de su marcha con un mes de antelación al casero y sin ningún perjuicio económico u obligación a pagar por ley una indemnización económica. El inquilino cuenta así con una importante arma en la negociación.
Aunque pueda parecer lo contrario, renegociar el precio del alquiler tiene ventajas no solo para el inquilino, también para el arrendador:
•Menores ingresos, pero seguros
Aunque pierda ingresos, mantiene a unos inquilinos que no le han ocasionado problemas, pagan a tiempo y con los que está satisfecho. Esta es la principal baza también para el arrendatario, porque dadas las dificultades económicas actuales, muchos propietarios están dispuestos a aceptar disminuciones ante inquilinos que les aportan confianza, seguridad y que responden a sus exigencias.
•Remuneración constante
El inmueble continúa rentando todo el tiempo sin interrupciones, cosa que no ocurriría si tuviera que alquilar el piso a nuevos inquilinos.
•Evita gastos y molestias
Elude la búsqueda de nuevos inquilinos, reformas o tener que formalizar un nuevo contrato. En última instancia, evitará un proceso de desahucio.
¿Es necesario un nuevo contrato?
Es legal renegociar el precio del alquiler, pues hay libertad de pacto para establecer la renta y pactarla cuantas veces se desee; pero siempre y cuando haya convenio o acuerdo entre las partes, inquilino y arrendador. Ahora bien, ¿ha de firmarse un nuevo contrato?
Caben dos posibilidades. En caso de que se modifique la renta de forma indefinida, sí será preciso formalizar un nuevo contrato.
En cambio, si con el nuevo acuerdo se pacta una rebaja respecto a la renta anterior durante un periodo de tiempo determinado, no es necesario formalizar un nuevo contrato. Solo será necesario incluir un anexo o cláusula adicional en el contrato donde se detalle y especifique el nuevo acuerdo. Deberá presentar el nuevo precio de arrendamiento, el tiempo estipulado, el número de cuotas... todo lo que sea preciso, pues los expertos recomiendan plasmar por escrito cuantos pactos se alcancen.
Fuente: http://www.20minutos.es/