El 'banco malo' deja en el aire el empleo en inmobiliarias de bancos rescatados


El Gobierno negocia con Bruselas el diseño de la sociedad de gestión de activos -el conocido como banco malo-. A la espera de conocer la estructura final, más de un millar de empleados de las inmobiliarias de los bancos rescatados temen por su futuro laboral. La nueva sociedad podría contratar a algunos de ellos para aprovechar su conocimiento del mercado.

Desde que la banca cerró el grifo del crédito y abrió el del ladrillo, el sector financiero se ha convertido en la primera inmobiliaria del país y sus empleados han pasado de vender hipotecas, a enseñar pisos. Esta situación es más grave si cabe en las cajas de ahorros nacionalizadas, lastradas por una estructura sobredimensionada y un empacho de crédito con promotores.

Durante los últimos trimestres, cientos de trabajadores han ido migrando de la actividad bancaria tradicional al asesoramiento inmobiliario. Además, con la última reforma impulsada por el Ministerio de Economía, las entidades se han visto obligadas a crear sociedades de gestión independientes para este tipo de activos.

En el caso de Novagalicia (controlada desde hace casi un año por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, FROB), cerca de 450 empleados trabajan en la Unidad de Gestión de Activos Singulares, según fuentes sindicales. "Lo que más nos preocupa del diseño del banco malo es qué pasará con el personal de la nueva unidad, porque aún no sabemos si, cuando empiecen a transferirse activos, algunos de estos empleados serán trasladados y en qué condiciones", explica Luis Mariño, responsable CC OO en la entidad.

Sumando estos empleados de Novagalicia, con los de Bankia Habitat, los de CX Inmobiliaria (filial de Catalunya Caixa) y los de Banco de Valencia, el número de trabajadores cuyo futuro está en el aire supera holgadamente el millar. Además, buena parte del personal de oficinas está dedicado a la venta de casas.

De acuerdo con fuentes financieras, el FROB ha sondeado la posibilidad de trasladar a parte de estas plantillas a la nueva sociedad de gestión inmobiliaria, para aprovechar así el saber hacer acumulado durante los últimos años. El banco malo también buscará asesoramiento externo de consultoras especializadas.

Compromisos de retorno

Cuando este personal se trasladó de sus puestos anteriores a las nuevas filiales inmobiliarias, en muchos casos se alcanzaron compromisos de retorno. "En nuestra entidad, muchos empleados de la caja pasaron a la inmobiliaria con un compromiso de mantenimiento de su puesto de trabajo", explica Montse Delgado, secretaria de la sección sindical de Comisiones Obreras en Catalunya Caixa. "Confiamos en que algunos de ellos puedan ser reubicados en sucursales".

La entidad catalana, también controlada por el FROB, cuenta con más de 200 personas dedicadas a la comercialización de inmuebles, además de trabajar con 200 agentes de la propiedad inmobiliaria (API) que colaboran estrechamente con el grupo. Su actividad en esta materia ha sido muy activa y, durante el primer semestre del año, han vendido o alquilado cerca 4.000 viviendas, un 42% más que un año atrás.

La tipología y el volumen de activos tóxicos que se trasladarán al banco malo es todavía una incógnita, pero las cifras serán en cualquier caso muy elevadas. Tan solo el grupo BFA-Bankia acumulaba al cierre de 2011 cerca de 40.000 millones de euros en activos inmobiliarios problemáticos: 10.500 millones de crédito promotor en mora, otros 10.000 millones en crédito promotor con riesgo alto de entrar en mora (subestándar), 8.700 millones de activos adjudicados, 7.900 millones de préstamos morosos para particulares... El nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, ya explicó en la última junta de accionistas que tenía la intención de desprenderse de 30.000 millones de euros de activos de baja rentabilidad.

Bankia cuenta con más de 300 profesionales que trabajan exclusivamente en labores administrativas del área inmobiliaria, 80 de los cuales fueron trasladados en marzo desde los departamentos centrales del grupo.

Uno de los temores en caso de que se materialicen los traslados de personal al banco malo es qué ocurrirá cuando esta sociedad termine su cometido -está previsto que tenga una vida útil de 10-, y termine de deshacerse de ladrillo acumulado por el sector bancario. Sin embargo, las malas perspectivas del negocio bancario tradicional hacen que su futuro tampoco esté garantizado en las antiguas cajas.

Cronología del 'banco malo'
Un proceso tasado en el memorándum

Agosto: el memorándum contempla que en este mes las autoridades españolas "prepararán un plan general y un marco legislativo para el establecimiento de este mecanismo de segregación de activos".

Otoño: las autoridades españolas adoptarán la legislación precisa en otoño a fin de garantizar que la entidad esté en pleno funcionamiento para noviembre.

31 de diciembre: antes de que concluya el año, las entidades intervenidas o nacionalizadas deberían haber completado "el traspaso de los activos deteriorados a una entidad externa de gestión de activos".

30 de junio de 2013: las entidades que hayan recibido una apoyo público puntual deberán plantearse derivar activos al banco malo si aún mantienen las ayudas.


Variopinta tipología de activos
El Memorándum de Entendimiento (MoU) firmado entre España y la Comisión Europea especifica la obligación de los bancos españoles de desprenderse "rápidamente" de sus activos problemáticos, para que los gestione una sociedad de gestión de activos.

Según reza el texto, "esto afecta especialmente a los préstamos para promociones inmobiliarias y los activos de hipotecas ejecutadas". También afectará a otros activos "si se advierten signos de un grave deterioro de su calidad", lo que podría incluir créditos a empresas.

Dado que se transferirán tanto inmuebles (promociones en curso, viviendas, garajes, oficinas, solares...), como créditos, el banco malo deberá tener una forma jurídica específica que le permita gestionar de forma eficiente toda la tipología de activos que deberá gestionar. Además, su configuración societaria tendrá que favorecer la llegada de capital privado, uno de las aspiraciones de Bruselas.

Cuando los bancos vendan a la nueva sociedad sus activos -a un precio equivalente a su "valor económico a largo plazo"- recibirán una participación limitada en la entidad, bonos emitidos por ella y garantizados por el Estado, efectivo o títulos de alta calidad.

El MoU contempla que el banco malo opere "a pleno rendimiento" en noviembre.


Interés de fondos especializados
Las empresas especializadas en la gestión de carteras en mora también están expectantes ante la creación del banco malo, un organismo al que podrían aportar sus conocimientos. "El éxito de esta nueva sociedad dependerá de su capacidad para gestionar correctamente cada tipo de activo: cuándo conviene vender rápido para obtener liquidez, cuándo es mejor esperar a vender en el largo plazo, cuándo debe contratar a una empresa para que ponga en valor la propiedad...", explica Rafael Gonzalo, director general del Link Financial, filial española de un grupo británico.

De acuerdo con la opinión de este experto, hay varios fondos de inversión europeos y norteamericanos muy interesados en participar en el proyecto. "Es fundamental que entre capital privado para aportar credibilidad, y que haya unos gestores solventes que puedan tomar decisiones de forma independiente".

Firmas como Carval Investors, Apollo Investment Corporation, Fortress y Cerberus, que gestionan miles de millones de euros, llevan meses evaluando operaciones en el mercado español. También están podrían participar en el proyecto las plataformas de gestión de cobros, como Gescobro, Gesif, Lindorff o el grupo Link Financial.

Fuente: http://www.cincodias.com/
 
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