El diseño del banco malo, la sociedad con respaldo público que agrupará los activos dañados de la banca, coge velocidad. Está previsto que el Consejo de Ministros apruebe en apenas diez días, el 24 de agosto, la arquitectura del vehículo, en la que trabaja la consultora Álvarez & Marsal, en colaboración con Nomura, PwC y Cuatrecasas.
Una de las claves es definir qué activos podrán transferir las entidades al banco malo. El memorando del rescate bancario menciona, “en particular”, los inmuebles adjudicados y los créditos concedidos a promotores, pero también otros activos con signos de “fuerte deterioro”. Esto abre la puerta para sacar de balance el tercer gran foco de riesgo inmobiliario: el entramado de participaciones accionariales de los bancos en empresas promotoras.
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