El Gobierno de Mariano Rajoy quiere acabar con los pisos patera. El texto de reforma de la legislación urbanística que Fomento ha enviado a comunidades y Ayuntamiento recoge en su disposición adicional segunda una modificación del reglamento de población y demarcación de las entidades locales.La reforma obliga a los Ayuntamientos a “denegar las inscripciones [de empadronamiento] solicitadas en relación con viviendas en las que, teniendo en cuenta su superficie y el número de residentes que ya constan empadronados en la misma, se presuma imposible el mantenimiento de unas condiciones adecuadas de habitabilidad”. Es decir, guerra a los pisos patera.
Nunca ha dejado de haber polémicas en torno al padrón y los inmigrantes, especialmente, a raíz de la crisis. El Gobierno anunció el pasado abril que ya no bastará con estar empadronado para obtener la tarjeta sanitaria, sino que se exigirá la residencia fiscal: 150.000 extranjeros fuera del sistema sanitario, salvo las urgencias.
La idea de combatir el empadronamiento a través de inscripciones masivas en los llamados pisos patera no es nueva. El Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero llegó a comunicar a la Federación Española de Municipios y Provincias, en enero de 2010, su intención de introducir en la ley de Gobierno local mecanismos para que los Ayuntamientos denegaran el padrón por inhabitabilidad. Fue uno de los proyectos legislativos que el Gobierno de Zapatero dejó aparcado.
La propuesta del Ejecutivo de Zapatero venía precedida de una polémica en el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde el PP instauró un baremo por el que impedía empadronarse a los extranjeros con visado de turista o a quienes vivieran en un piso con menos de 20 metros cuadrados por persona. La propuesta del Gobierno socialista planeaba rebajar ese baremo a entre 10 y 15 metros por inquilino. Entonces fue bien recibida por los partidos mayoritarios, PP, CiU y PNV. Solo IU se opuso. Otros Ayuntamientos, como el de Vic (gobernado por CiU, PSC y ERC) intentaron vetar el empadronamiento a sin papeles, aunque luego recularon.
Fuente: http://www.elpais.com/
Nunca ha dejado de haber polémicas en torno al padrón y los inmigrantes, especialmente, a raíz de la crisis. El Gobierno anunció el pasado abril que ya no bastará con estar empadronado para obtener la tarjeta sanitaria, sino que se exigirá la residencia fiscal: 150.000 extranjeros fuera del sistema sanitario, salvo las urgencias.
La idea de combatir el empadronamiento a través de inscripciones masivas en los llamados pisos patera no es nueva. El Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero llegó a comunicar a la Federación Española de Municipios y Provincias, en enero de 2010, su intención de introducir en la ley de Gobierno local mecanismos para que los Ayuntamientos denegaran el padrón por inhabitabilidad. Fue uno de los proyectos legislativos que el Gobierno de Zapatero dejó aparcado.
La propuesta del Ejecutivo de Zapatero venía precedida de una polémica en el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde el PP instauró un baremo por el que impedía empadronarse a los extranjeros con visado de turista o a quienes vivieran en un piso con menos de 20 metros cuadrados por persona. La propuesta del Gobierno socialista planeaba rebajar ese baremo a entre 10 y 15 metros por inquilino. Entonces fue bien recibida por los partidos mayoritarios, PP, CiU y PNV. Solo IU se opuso. Otros Ayuntamientos, como el de Vic (gobernado por CiU, PSC y ERC) intentaron vetar el empadronamiento a sin papeles, aunque luego recularon.
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