El presidente de la patronal de la construcción asturiana (CAC-Asprocon), Serafín Abilio Martínez, reconoce que el sector pasa por un mal momento ante la caída de la contratación estatal. No obstante, el empresario se queja de que la caída de las inversiones afecta más a unas comunidades más que a otras. Respecto a la vivienda, Martínez cree que hay que analizar la demanda porque “no se puede edificar como se venía haciendo”.
¿En qué momento se encuentra la construcción?
Primero hay que diferenciar las tres actividades que engloba la construcción: infraestructuras, vivienda y la industria de servicios. En Asturias, CAC-Asprocon representa a los tres subsectores. A nivel de infraestructuras, hay una caída muy fuerte por los recortes presupuestarios y por la situación financiera, que limita mucho la contratación del Estado y de otras instituciones que dependen del mismo como son los ferrocarriles, puertos, etc.
La contratación pasa por malos momentos y además, el Estado está apurando ciertas inversiones en determinadas autonomías. Un ejemplo es el ferrocarril en Cataluña. También hay una fuerte disposición hacia mejorar las comunicaciones de Galicia. En Extremadura se terminó la norte-sur. Ahora quedan regiones periféricas como Asturias, que están bastante abandonadas por el Estado. Han bajado las inversiones, pero a unas comunidades les afecta más que a otras. Es necesario que Asturias pueda competir y no tener completada nuestra red de infraestructuras básicas nos perjudica terriblemente a todos los niveles relacionados con la competitividad.
Desde el Ministerio de Fomento creen que el proceso de reestructuración de la construcción pasa por la internacionalización.
Tenemos un capital de empresas y empresarios importantes en la construcción, con experiencia a nivel mundial. Pero esto sólo pueden hacerlo las grandes porque además de ser contratistas prestan otros servicios, lo que les beneficia a la hora de salir al extranjero. Van hacia la fuera con todas las de la ley, con capacidad y tienen una gran aceptación en países como Brasil, Panamá, Colombia.
¿Y qué soluciones hay para las pymes?
Dentro de las pequeñas y medianas empresas están los fabricantes de mortero, de vigas, de puentes, etc. Es decir, un conglomerado empresarial que representa a más de 30 oficios, al que la crisis le está afectando proporcionalmente mucho más que a las grandes compañías porque las pymes tienen menos soporte financiero, una limitación territorial y no puede competir a nivel nacional. Toda la industria auxiliar está pagando la bajada de la actividad, tanto de las infraestructuras como de la vivienda y no se están dando soluciones. Es el sector menos visible por su importancia y el menos llamativo pero es el que está pagando el pato de manera extraordinaria.
¿Las fusiones son una salida?
No creo que la solución vaya por ahí. La integración de la sociedad puede fortalecer la posición financiera de las compañías, también la concentración de calidades del producto e incluso, incrementar la producción aunque en definitiva es lo mismo, no hay actividad principal. Por otro lado, las fusiones dentro de la industria auxiliar son muy reducidas. No llegan al 1%.
Diversos informes apuntan a que la construcción registrará una caída de dos dígitos este año.
En 2010, se habían destruido cerca de un 13% de las empresas y este año superará ese porcentaje. Observando lo que ha pasado en años anteriores, este año volverá caer. Es difícil hablar de porcentajes, pero creo que cerca del 40% de la industria auxiliar puede desaparecer. Y lo más preocupante es que supone la pérdida de puestos de trabajo de personal altamente cualificado, muy especializado.
¿Cuál es la posición de la administración ante estos problemas?
El Estado no se está comprometiendo a nada. Ha ofrecido alguna orientación en cuanto a la combinación de financiación público-privada en algunos proyectos, pero tampoco está teniendo éxito esta idea. El Estado no opera en este juego de manera clara. Son las administraciones autonómicas las que están haciendo algo en este campo pero muy poco porque también la situación financiera es la que es y en estos momentos, los bancos buscan su solución, que es reforzarse y no abundar mucho el crédito.
Y el negocio de la vivienda tampoco está mucho mejor…
Para la vivienda, como todo en la vida, habría que haber atendido al mercado por lo que deberían haberse limitado ciertas actuaciones y determinados volúmenes de edificación en algunas zonas. Una muestra de ello está en todo el stock residencial acumulado en la zona del mediterráneo. Va a haber un antes y un después en la vivienda tras la crisis.
Ahora mismo hay que limitar la posición de los pisos, analizar la demanda porque no se puede edificar como se venía haciendo… Entre 2004 y 2006 se cometieron verdaderas brutalidades. Por ejemplo, los bancos concedían préstamos hipotecarios por el 100% del piso. En la actualidad, las entidades extienden a todas las regiones sus criterios de riesgo de las promociones cuando algunas comunidades han sido más responsables en materia de vivienda.
A comienzos de 2011, el Principado contaba con un stock de 3.800 viviendas nuevas, del que unas 800 están en la costa. El año que viene habrá que empezar a construir entre 2.000 y 3.000 pisos porque en lo que va de este ejercicio se han vendido cerca de 900 viviendas. Mientras que en Madrid se habla de un stock de 90.000 pisos. Luego está la situación financiera de las familias ante la incertidumbre laboral. Respecto a los precios, cada vez bajarán menos pero está claro que la vivienda cara va a desaparecer porque hay que abaratar los costes.
La construcción aportó el 9,2% del total del PIB español en 2010 frente al máximo del 10,8% que alcanzó en 2006. En su opinión, ¿cuál es el nivel idóneo?
El nivel idóneo cogiendo todo el sector (infraestructuras, vivienda e industria y servicios) rondaría el 12% del PIB. No obstante, la vivienda casi duplica a la inversión en carreteras. Por otro lado, unas buenas comunicaciones nos permiten ser más competitivos. En Asturias tenemos más salida de productos que entrada, lo que encarece muchísimo los retornos en el transporte por carretera.
Usted también es empresario, ¿cómo valora el hecho de ligar los salarios a la productividad?
No puede ser de otra manera. Tengo trabajadores responsables que cumplen y otros que no, pero si pagase más a uno que a otro en función de lo que producen tendría problemas con los sindicatos. Hay mineros en Asturias que cobran de 1.800 euros y los hay que ganan con 1.100 euros. Estos últimos, curiosamente foráneos, producen más que los mineros asturianos. Esto se explica porque en Asturias hasta los años 70, el 80% de la producción era pública y la empresa pública es lo que se sueña siempre por los salarios, el poco empleo y la poca responsabilidad que conlleva y en la región esto todavía no se ha corregido. Además, los sindicatos esto tampoco lo entienden. Nadie quiere hablar de productividad… ésta no afecta a la salud del individuo.
¿Qué espera del nuevo gobierno de Francisco Álvarez Cascos en Asturias?
La presión política que se ha hecho desde Asturias en estos últimos años ha sido relativa porque cuando el color político regional coincide con el central, el primero está a sus órdenes y no a las de los asturianos. Entonces llegamos a donde llegamos. Zapatero en su quinto año como presidente de Gobierno dijo que el AVE en Asturias estaría en el año 2009. También prometió un AVE para el Cantábrico, quitar el peaje del Huerna… Yo tengo mucha confianza en el ingenio y en la independencia política. Espero ver a Cascos peleando con Mariano Rajoy, por lo que no descarto que Cascos se presente a las elecciones generales.
Fuente: http://www.invertia.com/
¿En qué momento se encuentra la construcción?
Primero hay que diferenciar las tres actividades que engloba la construcción: infraestructuras, vivienda y la industria de servicios. En Asturias, CAC-Asprocon representa a los tres subsectores. A nivel de infraestructuras, hay una caída muy fuerte por los recortes presupuestarios y por la situación financiera, que limita mucho la contratación del Estado y de otras instituciones que dependen del mismo como son los ferrocarriles, puertos, etc.
La contratación pasa por malos momentos y además, el Estado está apurando ciertas inversiones en determinadas autonomías. Un ejemplo es el ferrocarril en Cataluña. También hay una fuerte disposición hacia mejorar las comunicaciones de Galicia. En Extremadura se terminó la norte-sur. Ahora quedan regiones periféricas como Asturias, que están bastante abandonadas por el Estado. Han bajado las inversiones, pero a unas comunidades les afecta más que a otras. Es necesario que Asturias pueda competir y no tener completada nuestra red de infraestructuras básicas nos perjudica terriblemente a todos los niveles relacionados con la competitividad.
Desde el Ministerio de Fomento creen que el proceso de reestructuración de la construcción pasa por la internacionalización.
Tenemos un capital de empresas y empresarios importantes en la construcción, con experiencia a nivel mundial. Pero esto sólo pueden hacerlo las grandes porque además de ser contratistas prestan otros servicios, lo que les beneficia a la hora de salir al extranjero. Van hacia la fuera con todas las de la ley, con capacidad y tienen una gran aceptación en países como Brasil, Panamá, Colombia.
¿Y qué soluciones hay para las pymes?
Dentro de las pequeñas y medianas empresas están los fabricantes de mortero, de vigas, de puentes, etc. Es decir, un conglomerado empresarial que representa a más de 30 oficios, al que la crisis le está afectando proporcionalmente mucho más que a las grandes compañías porque las pymes tienen menos soporte financiero, una limitación territorial y no puede competir a nivel nacional. Toda la industria auxiliar está pagando la bajada de la actividad, tanto de las infraestructuras como de la vivienda y no se están dando soluciones. Es el sector menos visible por su importancia y el menos llamativo pero es el que está pagando el pato de manera extraordinaria.
¿Las fusiones son una salida?
No creo que la solución vaya por ahí. La integración de la sociedad puede fortalecer la posición financiera de las compañías, también la concentración de calidades del producto e incluso, incrementar la producción aunque en definitiva es lo mismo, no hay actividad principal. Por otro lado, las fusiones dentro de la industria auxiliar son muy reducidas. No llegan al 1%.
Diversos informes apuntan a que la construcción registrará una caída de dos dígitos este año.
En 2010, se habían destruido cerca de un 13% de las empresas y este año superará ese porcentaje. Observando lo que ha pasado en años anteriores, este año volverá caer. Es difícil hablar de porcentajes, pero creo que cerca del 40% de la industria auxiliar puede desaparecer. Y lo más preocupante es que supone la pérdida de puestos de trabajo de personal altamente cualificado, muy especializado.
¿Cuál es la posición de la administración ante estos problemas?
El Estado no se está comprometiendo a nada. Ha ofrecido alguna orientación en cuanto a la combinación de financiación público-privada en algunos proyectos, pero tampoco está teniendo éxito esta idea. El Estado no opera en este juego de manera clara. Son las administraciones autonómicas las que están haciendo algo en este campo pero muy poco porque también la situación financiera es la que es y en estos momentos, los bancos buscan su solución, que es reforzarse y no abundar mucho el crédito.
Y el negocio de la vivienda tampoco está mucho mejor…
Para la vivienda, como todo en la vida, habría que haber atendido al mercado por lo que deberían haberse limitado ciertas actuaciones y determinados volúmenes de edificación en algunas zonas. Una muestra de ello está en todo el stock residencial acumulado en la zona del mediterráneo. Va a haber un antes y un después en la vivienda tras la crisis.
Ahora mismo hay que limitar la posición de los pisos, analizar la demanda porque no se puede edificar como se venía haciendo… Entre 2004 y 2006 se cometieron verdaderas brutalidades. Por ejemplo, los bancos concedían préstamos hipotecarios por el 100% del piso. En la actualidad, las entidades extienden a todas las regiones sus criterios de riesgo de las promociones cuando algunas comunidades han sido más responsables en materia de vivienda.
A comienzos de 2011, el Principado contaba con un stock de 3.800 viviendas nuevas, del que unas 800 están en la costa. El año que viene habrá que empezar a construir entre 2.000 y 3.000 pisos porque en lo que va de este ejercicio se han vendido cerca de 900 viviendas. Mientras que en Madrid se habla de un stock de 90.000 pisos. Luego está la situación financiera de las familias ante la incertidumbre laboral. Respecto a los precios, cada vez bajarán menos pero está claro que la vivienda cara va a desaparecer porque hay que abaratar los costes.
La construcción aportó el 9,2% del total del PIB español en 2010 frente al máximo del 10,8% que alcanzó en 2006. En su opinión, ¿cuál es el nivel idóneo?
El nivel idóneo cogiendo todo el sector (infraestructuras, vivienda e industria y servicios) rondaría el 12% del PIB. No obstante, la vivienda casi duplica a la inversión en carreteras. Por otro lado, unas buenas comunicaciones nos permiten ser más competitivos. En Asturias tenemos más salida de productos que entrada, lo que encarece muchísimo los retornos en el transporte por carretera.
Usted también es empresario, ¿cómo valora el hecho de ligar los salarios a la productividad?
No puede ser de otra manera. Tengo trabajadores responsables que cumplen y otros que no, pero si pagase más a uno que a otro en función de lo que producen tendría problemas con los sindicatos. Hay mineros en Asturias que cobran de 1.800 euros y los hay que ganan con 1.100 euros. Estos últimos, curiosamente foráneos, producen más que los mineros asturianos. Esto se explica porque en Asturias hasta los años 70, el 80% de la producción era pública y la empresa pública es lo que se sueña siempre por los salarios, el poco empleo y la poca responsabilidad que conlleva y en la región esto todavía no se ha corregido. Además, los sindicatos esto tampoco lo entienden. Nadie quiere hablar de productividad… ésta no afecta a la salud del individuo.
¿Qué espera del nuevo gobierno de Francisco Álvarez Cascos en Asturias?
La presión política que se ha hecho desde Asturias en estos últimos años ha sido relativa porque cuando el color político regional coincide con el central, el primero está a sus órdenes y no a las de los asturianos. Entonces llegamos a donde llegamos. Zapatero en su quinto año como presidente de Gobierno dijo que el AVE en Asturias estaría en el año 2009. También prometió un AVE para el Cantábrico, quitar el peaje del Huerna… Yo tengo mucha confianza en el ingenio y en la independencia política. Espero ver a Cascos peleando con Mariano Rajoy, por lo que no descarto que Cascos se presente a las elecciones generales.
Fuente: http://www.invertia.com/