Con la crisis, la solvencia y la capacidad adquisitiva de los inquilinos ha mermado. Según un estudio sobre las operaciones en el mercado del alquiler en cuatro importantes provincias españolas (Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla), realizado por Alquiler Seguro, la primera empresa privada especializada en la protección a propietarios, se ha detectado que uno de cada cuatro potenciales inquilinos (27,78%) son morosos. Éstos aparecen inscritos en ficheros de morosidad, ASNEF o FIM. Ante estos datos, la deducción más lógica es que uno de cada cuatro inquilinos podría dejar de pagar sus rentas.
Por otra parte, un 58,40% han sido clasificados como inquilinos fiables y solventes que van a pagar sus rentas. Un 13,82% restante, a pesar de no aparecer en la lista de morosos, no cuentan con la suficiente solvencia económica como para asegurar que cumplirán con el pago religiosa de las rentas. “La crisis económica sumada a la falta de profesionalidad en la elección de los inquilinos ha elevado considerablemente la posibilidad de tener un inquilino moroso”, asegura el consejero delegado de Alquiler Seguro, Antonio Carroza. “Según nuestros datos, el incremento del alquiler se está convirtiendo al mismo tiempo en un foco de problemas con consecuencias económicas graves para muchos propietarios, en vez de una fuente segura de ingresos”, concluye Carroza.
Fuente: http://www.pisos.com/
Por otra parte, un 58,40% han sido clasificados como inquilinos fiables y solventes que van a pagar sus rentas. Un 13,82% restante, a pesar de no aparecer en la lista de morosos, no cuentan con la suficiente solvencia económica como para asegurar que cumplirán con el pago religiosa de las rentas. “La crisis económica sumada a la falta de profesionalidad en la elección de los inquilinos ha elevado considerablemente la posibilidad de tener un inquilino moroso”, asegura el consejero delegado de Alquiler Seguro, Antonio Carroza. “Según nuestros datos, el incremento del alquiler se está convirtiendo al mismo tiempo en un foco de problemas con consecuencias económicas graves para muchos propietarios, en vez de una fuente segura de ingresos”, concluye Carroza.
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