Lleva un mes en el cargo, pero se siente como en casa. Y es que la compañía ya era su casa. Ramón Sotomayor (Bilbao, 1964) ocupa desde el 1 de abril la presidencia de Thyssenkrupp Elevator para el sur de Europa, África y Oriente Medio. Pero su trayectoria en el grupo alemán viene de largo: hasta ahora era director general de la compañía de ascensores en España, pero ya antes había ocupado cargos de responsabilidad en el holding en Estados Unidos y Portugal. Es un hombre de la casa. Su casa.
Sotomayor llega al nuevo cargo con dos grandes retos que afrontar. Por un lado, estar a la altura para ser el relevo de uno de los grandes del sector: sustituye a Javier del Pozo, que abandona sus funciones ejecutivas voluntariamente después de 27 años con cargos de responsabilidad en la empresa. Por otro, hacer coherente y sostenible una estrategia de negocio para mercados geográficos tan variopintos como los que tiene bajo su mando y en una coyuntura económica tan removida como la actual.
“La crisis no se superará a corto plazo, así que debemos adaptar nuestra estrategia al mal momento económico. Y al tiempo debemos diseñar nuestras actuaciones en función del mercado al que nos dirijamos”, explica Sotomayor. “No podemos actuar igual en mercados con gran potencial de crecimiento y en otros que ahora parecen estancados y claramente en crisis”. Entre los primeros, Oriente Medio, Turquía, Norte de África… Entre los peor parados, claro, España, el tercer mayor mercado del mundo en el sector de la elevación, pero ahora en horas bajas.
“En las regiones en que el sector inmobiliario sigue creciendo, Thyssenkrupp lucha por hacerse con contratos de nuevas instalaciones. Pero en los mercados en crisis orientamos todos nuestros esfuerzos a ganar cuota en el negocio de los servicios, en el mantenimiento”, apunta el nuevo presidente. Flexibilidad para sobrevivir.
El parón español
España, mercado natural de la división de Thyssenkrupp Elevator que encabeza Sotomayor, es uno de los destinos maduros que más ha sufrido, en forma de fuerte caída del negocio, el frenazo inmobiliario. “En el mercado español el negocio de nuevas instalaciones ha caído un tercio desde 2006. Y se seguirá cayendo, la tendencia de los próximos años será la de perder aún un poco más de facturación en nuevas instalaciones”, admite el directivo, que, no obstante, ve el vaso medio lleno.
“De momento, conseguimos compensar la merma de estos ingresos con la subida del negocio de mantenimiento y modernización”. Y, en principio, parece que lo podrá seguir consiguiendo gracias a la decisión del Gobierno de promover la rehabilitación mediante la ampliación de las desgravaciones fiscales para este tipo de obras. “Existen oportunidades de negocio en las ayudas locales y estatales a la rehabilitación y accesibilidad de los edificios”, subraya Sotomayor.
Flexibilidad, adaptación…, o simplemente hacer de la necesidad virtud, pero parece que Thyssenkrupp tendrá que seguir centrándose unos cuantos años más en estos negocios alternativos para hacer frente al persistente parón de la promoción inmobiliaria en el mercado español. El sector inmobiliario, según las estimaciones del ejecutivo, de momento no arrancará en España. “El mercado no se estabilizará y alcanzará la normalidad hasta dentro de tres años. En 2011 y 2012 el negocio seguirá cayendo, y sólo crecerá ligeramente en 2013 y 2014”.
En cualquier caso, que nadie sueñe con volver a los años dorados del ladrillo. Para España se acabaron y no regresarán. “Los niveles del boom inmobiliario son cosa del pasado Es imposible volver a esos datos de ventas”, alerta Sotomayor. “El objetivo es estabilizarse en los niveles que se alcanzaron entre 2000 y 2004, no más”.
--JAVIER DEL POZO CEDE EL TIMÓN--
Javier Del Pozo ha pasado 27 de sus 61 años en los despachos de Thyssenkrupp. El pasado 1 de abril cedió los trastos a su número dos y abandonó sus funciones ejecutivas como presidente de la división de elevadores para el sur de Europa, África y Oriente Medio. Del Pozo dejó la presidencia, pero no saldrá de la compañía: continuará en ella como vicepresidente no ejecutivo y como miembro de su consejo de administración.
“Era una decisión que tenía tomada desde hace tiempo. Necesitaba equilibrar el tiempo que dedico a la vida profesional y lo que queda para la vida personal. En este trabajo son demasiadas las semanas con siete días laborables, y necesitaba más tiempo para mí”, explica Javier del Pozo. “Ahora se podía hacer el relevo. Era un buen momento tras los peores momentos de la crisis y porque había un sucesor potente, que permitía además dar paso a gente más joven al frente de la empresa”.
Del Pozo ha postergado su salida de la primera línea de la compañía hasta ver cumplido uno de sus grandes proyectos. El pasado 18 de marzo, Thyssenkrupp Elevadores inauguraba el que se convertirá en uno de sus mayores centros industriales. La compañía abrió las puertas en Móstoles (Madrid) de una fábrica de ascensores y un centro de I+D+i.
Se trata sólo del primer paso de un proyecto que, en los próximos años, se completará con otras dos fases de ampliación, hasta alcanzar cerca de 60.000 metros cuadrados de superficie. En dos años se ejecutarán la segunda y tercera fases de ampliación, para sumar a la planta un centro de logística, las oficinas del grupo y un centro de formación. La inversión total del proyecto alcanzará los 52 millones de euros.
Fuente: http://www.expansion.com/