La rehabilitación energética de los edificios a través de un mejor aislamiento, utilización de energías renovables o equipamientos más eficientes podría generar hasta 100.000 empleos estables en 2020, según estimaciones del estudio Generación de empleo en la rehabilitación energética del parque de edificios y viviendas, financiado por la Fundación Biodiversidad y elaborado por ISTAS-CCOO y la Universidad Politécnica de Madrid.
Según el estudio, para conseguir estos objetivos de empleo sería necesario un plan de estímulo a la rehabilitación que superase las barreras que hoy existen, como la normativa, que es insuficiente, la falta de estímulos fiscales o la lentitud a la hora de adaptar la legislación europea.
La rehabilitación permitiría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y supondría un importante ahorro energético. De hecho, se calcula que el plan, de una duración de treinta años, podría permitir el ahorro de alrededor de 600 millones de barriles de petróleo de energía final y 300 millones de toneladas de CO2 equivalente.
De esta forma, supone un potencial enorme que permitiría disminuir de forma proporcional la dependencia energética de España y los costes vinculados con los compromisos adquiridos a nivel europeo e internacional de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe pone de manifiesto que España tiene un parque sobredimensionado relativamente joven y poco eficiente desde el punto de vista energético con más de 25 millones de viviendas, de las que un tercio son viviendas secundarias o vacías. De hecho, asegura que sería posible rehabilitar 565.000 viviendas al año, de modo que en 2040 se habría rehabilitado el 58% del parque existente actual.
La puesta en marcha de estas medidas requeriría una inversión de 12.500 millones de euros anuales a partir de 2020, una apuesta que, según el estudio, "vale la pena" porque los países que primen ahora la eficiencia energética serán quienes lideraren tecnológicamente en el futuro.
Según CC.OO., habría que desarrollar normativa específica que definiera la certificación energética para los edificios existentes, un sistema de inspección técnica energética de edificios, uno de financiación y unos objetivos de rehabilitación obligatorios acompañados de programas ambiciosos de ayudas. Además, se necesitan medidas fiscales y de apoyo a las energías renovables enfocadas a las instalaciones térmicas de los edificios.
Fuente: http://www.europapress.es/
Según el estudio, para conseguir estos objetivos de empleo sería necesario un plan de estímulo a la rehabilitación que superase las barreras que hoy existen, como la normativa, que es insuficiente, la falta de estímulos fiscales o la lentitud a la hora de adaptar la legislación europea.
La rehabilitación permitiría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y supondría un importante ahorro energético. De hecho, se calcula que el plan, de una duración de treinta años, podría permitir el ahorro de alrededor de 600 millones de barriles de petróleo de energía final y 300 millones de toneladas de CO2 equivalente.
De esta forma, supone un potencial enorme que permitiría disminuir de forma proporcional la dependencia energética de España y los costes vinculados con los compromisos adquiridos a nivel europeo e internacional de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe pone de manifiesto que España tiene un parque sobredimensionado relativamente joven y poco eficiente desde el punto de vista energético con más de 25 millones de viviendas, de las que un tercio son viviendas secundarias o vacías. De hecho, asegura que sería posible rehabilitar 565.000 viviendas al año, de modo que en 2040 se habría rehabilitado el 58% del parque existente actual.
La puesta en marcha de estas medidas requeriría una inversión de 12.500 millones de euros anuales a partir de 2020, una apuesta que, según el estudio, "vale la pena" porque los países que primen ahora la eficiencia energética serán quienes lideraren tecnológicamente en el futuro.
Según CC.OO., habría que desarrollar normativa específica que definiera la certificación energética para los edificios existentes, un sistema de inspección técnica energética de edificios, uno de financiación y unos objetivos de rehabilitación obligatorios acompañados de programas ambiciosos de ayudas. Además, se necesitan medidas fiscales y de apoyo a las energías renovables enfocadas a las instalaciones térmicas de los edificios.
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