Del sector de la construcción de viviendas, el catalizador de crecimiento económico y empleo durante una década, ya no quedan sino los cimientos. El estallido de la burbuja, que alentó una expansión desaforada entre 1997 y 2007, ha resultado para las constructoras (y los que las financiaban) un potente explosivo de efectos retardados. El sector encadena tres años en derribo, hasta llegar a unas cifras casi irrelevantes: en 2010 se comenzaron 63.090 viviendas de precio libre, ni un 10% de las 665.000 de 2006, el año álgido del boom inmobiliario.
A la borrachera del ladrillo le sigue ahora la peor de las resacas.El descenso en el número de viviendas de precio libre iniciadas en 2010, un 21,5% menos que el año anterior, con ser notable, es mucho más moderado que en los dos ejercicios precedentes. Entonces se pasó de empezar 532.117 casas (2007) a comenzar la obra de apenas 80.000 (2009).
No hay precedentes en la serie estadística del Ministerio de Fomento, que arranca en 1990, de una intensidad tan baja. Los datos recopilados por los colegios de arquitectos a partir de los visados concedidos, que sirven como aproximación a las viviendas iniciadas, permiten bucear hasta 1960. Solo en los dos primeros años de aquella década se registró el comienzo de tan pocas casas de precio libre. Pero en 1960 vivían en España 30 millones de personas, ahora más de 47 millones. Y medio siglo atrás, el número de turistas extranjeros no llegaba a tres millones.
El año 1960 fue el banderazo de salida para una etapa de expansión en el sector inmobiliario; 2010 será, en el mejor de los casos, el punto de partida de una travesía del desierto, para digerir el millón de viviendas nuevas sin vender acumulado, según cálculos del Banco de España.
Otra diferencia notable: hace medio siglo, la construcción de vivienda protegida, impulsada por los planes desarrollistas del régimen de Franco, llegó a duplicar el número de casas de precio libre iniciadas. Ahora, el parapeto de la vivienda de protección oficial (VPO) da para mucho menos. Es cierto que el año pasado se comenzaron casi tantas obras de vivienda protegida (algo más de 60.000) como de precio libre, algo inédito en las últimas décadas. Pero el recorte de la inversión pública y las dificultades de financiación han provocado aquí también un retroceso significativo: se iniciaron un 33% menos de viviendas protegidas que en 2008.
Tras tres años de caídas a plomo, la construcción de vivienda de precio libre se ha convertido en muchos territorios en una actividad testimonial. En la Comunidad Valenciana se empezaron en el trienio 2004-2006 más de 85.000 casas y pisos al año, en 2010 fueron apenas 4.000. En algunas áreas del levante como Castellón (464 viviendas libres iniciadas el año pasado) o Almería (385) se empezó la construcción de menos casas que en provincias castellanas con serios problemas de despoblamiento. Ambas provincias, cuando eran el epicentro del boom registraban más de 22.000 viviendas iniciadas al año. Toledo, que llegó a rondar las 30.000 al calor del desarrollo de la capital, ahora no pasa de 2.000.
La actividad se concentra ahora en la culminación de obras iniciadas. En 2010 se terminaron 218.572 viviendas de precio libre, apenas un tercio de las que se acababan en 2006. Pero se vendieron solo 170.000 casas nuevas, con lo que el stock -y la presión para que los precios bajen más que el 13% acumulado en tres años de leves descensos- vuelve a aumentar.
Fuente: http://www.elpais.com/
A la borrachera del ladrillo le sigue ahora la peor de las resacas.El descenso en el número de viviendas de precio libre iniciadas en 2010, un 21,5% menos que el año anterior, con ser notable, es mucho más moderado que en los dos ejercicios precedentes. Entonces se pasó de empezar 532.117 casas (2007) a comenzar la obra de apenas 80.000 (2009).
No hay precedentes en la serie estadística del Ministerio de Fomento, que arranca en 1990, de una intensidad tan baja. Los datos recopilados por los colegios de arquitectos a partir de los visados concedidos, que sirven como aproximación a las viviendas iniciadas, permiten bucear hasta 1960. Solo en los dos primeros años de aquella década se registró el comienzo de tan pocas casas de precio libre. Pero en 1960 vivían en España 30 millones de personas, ahora más de 47 millones. Y medio siglo atrás, el número de turistas extranjeros no llegaba a tres millones.
El año 1960 fue el banderazo de salida para una etapa de expansión en el sector inmobiliario; 2010 será, en el mejor de los casos, el punto de partida de una travesía del desierto, para digerir el millón de viviendas nuevas sin vender acumulado, según cálculos del Banco de España.
Otra diferencia notable: hace medio siglo, la construcción de vivienda protegida, impulsada por los planes desarrollistas del régimen de Franco, llegó a duplicar el número de casas de precio libre iniciadas. Ahora, el parapeto de la vivienda de protección oficial (VPO) da para mucho menos. Es cierto que el año pasado se comenzaron casi tantas obras de vivienda protegida (algo más de 60.000) como de precio libre, algo inédito en las últimas décadas. Pero el recorte de la inversión pública y las dificultades de financiación han provocado aquí también un retroceso significativo: se iniciaron un 33% menos de viviendas protegidas que en 2008.
Tras tres años de caídas a plomo, la construcción de vivienda de precio libre se ha convertido en muchos territorios en una actividad testimonial. En la Comunidad Valenciana se empezaron en el trienio 2004-2006 más de 85.000 casas y pisos al año, en 2010 fueron apenas 4.000. En algunas áreas del levante como Castellón (464 viviendas libres iniciadas el año pasado) o Almería (385) se empezó la construcción de menos casas que en provincias castellanas con serios problemas de despoblamiento. Ambas provincias, cuando eran el epicentro del boom registraban más de 22.000 viviendas iniciadas al año. Toledo, que llegó a rondar las 30.000 al calor del desarrollo de la capital, ahora no pasa de 2.000.
La actividad se concentra ahora en la culminación de obras iniciadas. En 2010 se terminaron 218.572 viviendas de precio libre, apenas un tercio de las que se acababan en 2006. Pero se vendieron solo 170.000 casas nuevas, con lo que el stock -y la presión para que los precios bajen más que el 13% acumulado en tres años de leves descensos- vuelve a aumentar.
Fuente: http://www.elpais.com/