Muchos españoles estamos pagando una hipoteca que más bien parece un acuerdo de esclavitud hacia un banco, como si hubiésemos vendido el alma a una entidad determinada. Muchas de las condiciones en las que aceptamos las hipotecas, son abusivas y obligan la permanencia del cliente.
Pero ¿y si uno decide cambiarse de banco y contratar una hipoteca en otra entidad que le ofrece unas prestaciones mejores? Esto es lo que queremos comentaros hoy desde Estrategias de Inversión.
El concepto que se debe aplicar cuando se cambia de entidad es el de la subrogación. Esto consiste en que otra entidad adquiera todos los derechos deberes de una hipoteca ya existente, constituida con anterioridad. Este cambio puede afectar a la parte deudora (el cliente) o la parte acreedora (el banco), y este último caso es el que nos ocupa.
Imagina que las condiciones de tu hipoteca en tu banco / caja actual son bastante peores que las que te ofrece una entidad distinta. No consigues llegar a un acuerdo con tu banco y decides marcharte.
Este fenómeno se dio en muchos casos a finales de los 90, debido a la bajada de intereses que se produjo con respecto a los años 80, donde muchos usuarios se encontraban ante la tesitura de anular una hipoteca para poder abrirse una nueva en otra entidad distinta, ya que las condiciones que le ofrecían eran mucho mejores. Como el banco / caja actual les tenían ''atados y bien atados'' a través de altas comisiones, muchas veces no compensaba realizar tanto gasto para cambiar la hipoteca, sin embargo, un malestar general seguía estando presente.
Hoy en día, muchas entidades bancarias asumen los gastos del cambio, y ofrecen muy buenas condiciones para aquellos clientes que domicilien su hipoteca en su banco.
Entre las prestaciones que nos ofrecen, podemos encontrar que no nos cobren comisión por la apertura de la hipoteca, un 0% de comisión por subrogación de deudor y de comisión por cambio de condiciones, al igual que no suelen exigir ningún tipo de compensación al banco por desistimiento en la hipoteca.
Esto es una gran ventaja para el usuario o cliente, ya que podemos cambiar de banco sin ningún tipo de problema. Y también obliga a las entidades a competir por ganarse la clientela, ya que si dan esa facilidad, no nos obligan a permanecer en una determinada entidad para siempre.
Estamos en tiempos de crisis y los bancos deben de ajustar sus ofertas para poder sobrevivir a estos huracanes de la actualidad que desequilibran todo lo establecido y las subrogaciones se han convertido en uno de sus mayores caballos de batalla.
Fuente: blogs.estrategiasdeinversion.com/
Pero ¿y si uno decide cambiarse de banco y contratar una hipoteca en otra entidad que le ofrece unas prestaciones mejores? Esto es lo que queremos comentaros hoy desde Estrategias de Inversión.
El concepto que se debe aplicar cuando se cambia de entidad es el de la subrogación. Esto consiste en que otra entidad adquiera todos los derechos deberes de una hipoteca ya existente, constituida con anterioridad. Este cambio puede afectar a la parte deudora (el cliente) o la parte acreedora (el banco), y este último caso es el que nos ocupa.
Imagina que las condiciones de tu hipoteca en tu banco / caja actual son bastante peores que las que te ofrece una entidad distinta. No consigues llegar a un acuerdo con tu banco y decides marcharte.
Este fenómeno se dio en muchos casos a finales de los 90, debido a la bajada de intereses que se produjo con respecto a los años 80, donde muchos usuarios se encontraban ante la tesitura de anular una hipoteca para poder abrirse una nueva en otra entidad distinta, ya que las condiciones que le ofrecían eran mucho mejores. Como el banco / caja actual les tenían ''atados y bien atados'' a través de altas comisiones, muchas veces no compensaba realizar tanto gasto para cambiar la hipoteca, sin embargo, un malestar general seguía estando presente.
Hoy en día, muchas entidades bancarias asumen los gastos del cambio, y ofrecen muy buenas condiciones para aquellos clientes que domicilien su hipoteca en su banco.
Entre las prestaciones que nos ofrecen, podemos encontrar que no nos cobren comisión por la apertura de la hipoteca, un 0% de comisión por subrogación de deudor y de comisión por cambio de condiciones, al igual que no suelen exigir ningún tipo de compensación al banco por desistimiento en la hipoteca.
Esto es una gran ventaja para el usuario o cliente, ya que podemos cambiar de banco sin ningún tipo de problema. Y también obliga a las entidades a competir por ganarse la clientela, ya que si dan esa facilidad, no nos obligan a permanecer en una determinada entidad para siempre.
Estamos en tiempos de crisis y los bancos deben de ajustar sus ofertas para poder sobrevivir a estos huracanes de la actualidad que desequilibran todo lo establecido y las subrogaciones se han convertido en uno de sus mayores caballos de batalla.
Fuente: blogs.estrategiasdeinversion.com/