Los promotores, una carga mayor que los particulares para la banca en Galicia


«En Galicia, el problema de la morosidad, es relativamente pequeño con respecto al resto de España. Por fortuna, aquí sigue primando la cultura de pagarle al banco». Es la opinión de un miembro de la nueva caja única gallega con respecto al alto número de ejecuciones hipotecarias que se registran en la comunidad. «Es mucho más importante el índice de morosidad entre los promotores que entre las familias», apunta la misma fuente. Pese a ello, el ritmo de ejecuciones hipotecarias supera en Galicia las 2.000 al año, un fenómeno que se disparó durante el 2009 y que se ha mantenido este ejercicio.
Por encima de esas ejecuciones se hallan daciones en pago, acuerdos bilaterales entre bancos y particulares mediante los cuales la entidad se queda con el bien inmobiliario y condona la totalidad de la deuda. Según las entidades, el número de daciones en pago se ha incrementado sustancialmente en los dos últimos años, si bien su uso es más común con promotores que con familias.
La moratoria de los 500 metros, una ley promulgada por la anterior Xunta que prohibía construir en una franja de medio kilómetro desde la línea de costa, es valorada ahora por algunos analistas financieros como «una bendición», según admite uno de ellos desde A Coruña. El frenazo que sufrió la construcción en algunas zonas de Galicia se hubiera traducido en una carga de morosidad suplementaria que ahora no sufren las entidades.
En general, el mayor nivel de impagos se viven en las comunidades autónomas del sur y el este de España, con un mayor desarrollo inmobiliario: Valencia, Murcia y Baleares, están a la cabeza con un 7,3%, en tanto que Galicia (3,8%), Cantabria (3,7%) y el País Vasco (2%) son las zonas donde mejor se cumple con el banco, confirmando la solidez del negocio en la cornisa cantábrica. Este índice de morosidad tiene un reflejo muy similar en las ejecuciones hipotecarias. Solo en la provincia de Murcia se registraron el año pasado más del doble de las registradas en toda Galicia. De ahí que los portavoces de las entidades bancarias gallegas relativicen el problema: «Si el cliente ha bajado su nivel de ingresos, pero quiere seguir pagando, el banco le facilita fórmulas. Obviamente, si no ve posibilidad de cobro, embarga», señala una fuente de la nueva caja gallega.
Las entidades, que se han ido haciendo con importantes stocks de viviendas, de promotores, pero también de particulares, se encuentran ahora con una normativa mucho más estricta por parte del Banco de España, que obliga a provisionar en un año la deuda que el cliente deja de pagar. Por ello los bancos se ven obligados a vender los pisos rápidamente para liberar esas cantidades.

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/
 
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