Los plazos de pago de las empresas y las administraciones del país duplican, triplican y hasta cuadruplican –según el sector– la media europea.
La economía española lleva en su ADN el deshonroso gen de la morosidad, tan arraigado como el virus del ladrillo y tan visible como el paro juvenil o la falta de competitividad. Y si hay un sector que tradicionalmente haya practicado esa costumbre nacional del impago comercial, ése es el de la construcción. Las empresas del sector han sorteado buena parte de las dentelladas de la crisis financiándose a costa de sus proveedores.
Tanto es así, que las constructoras españolas demoran sus plazos de pago el triple que la media de la Unión Europea, según un estudio de la consultora líder en Europa en gestión de crédito, Intrum Justitia, al que ha tenido acceso EXPANSIÓN. El informe constata que el plazo real de pago de las constructoras europeas a sus proveedores asciende en 2010 a 60 días, justo el tope fijado por la Directiva europea. Pero en España la cifra se dispara a 177 días. Tres veces más. Ejemplo: una empresa alemana presta un servicio a una constructora el 1 de noviembre, y el importe de la factura se le abona el 31 de diciembre. Una española no cobra hasta el 26 de abril.
Y si el sector privado es mal pagador, las administraciones públicas son difícilmente calificables. En la obra pública española es más fácil adjudicarse la licitación que cobrar las certificaciones a tiempo: los poderes públicos se demoran 216 días, de media.
La sanidad
Este problema se traduce en casi el doble de plazo que los 120 que les permite la nueva Ley de Morosidad, como norma excepcional y transitoria, en 2010. Y más del triple de los 60 días de la media del sector público europeo. Tampoco sale bien parada España en la comparación con la UE en lo que respecta al sector inmobiliario: el plazo medio de pago entre las empresas nacionales es de 71 días, y el de las comunitarias, 40.
Pero el sector más moroso es el de la sanidad. Los servicios públicos de salud españoles abonan sus facturas 251 días después de emitirlas. Todo un récord, frente a los 62 días de la UE. Y eso que la media comunitaria incluye a España, que empeora el dato. Todas estas demoras se traducen, claro, en un lastre para las empresas que las sufren.
Las pérdidas por impagados se incrementaron del 2,4% de la facturación de las empresas en 2009 al 2,6% en 2010. “A primera vista, el incremento puede parecer pequeño, pero las pérdidas por impagados se traducen en tener que incrementar las ventas significativamente”, apunta el informe de Intrum Justitia, elaborado con una encuesta a más de 6.000 empresas de la UE.
Sectores con más pérdidas
Los sectores más afectados en la Europa comunitaria son el de los servicios profesionales que prestan las profesiones liberales, fundamentalmente autónomos, y el de las inmobiliarias, con un porcentaje de pérdidas por impagados en 2010 del 4%. Les siguen la educación (3,5%) y los servicios financieros (3%).
Sectores aparte, el gran afectado tiene un nombre: pyme. “El problema es que las pequeñas y medianas empresas reciben poca o nada de ayuda por parte de la legislación nacional o europea para hacer frente a los problemas de impago, que son un problema y un gasto que no tendrían porque costear las empresas, organizaciones, ni la sociedad en general”, agrega el informe
La noticia positiva, es que los días de retraso han disminuido con respecto a 2009... un día. Algo es algo.
Fuente: http://www.expansion.com/
La economía española lleva en su ADN el deshonroso gen de la morosidad, tan arraigado como el virus del ladrillo y tan visible como el paro juvenil o la falta de competitividad. Y si hay un sector que tradicionalmente haya practicado esa costumbre nacional del impago comercial, ése es el de la construcción. Las empresas del sector han sorteado buena parte de las dentelladas de la crisis financiándose a costa de sus proveedores.
Tanto es así, que las constructoras españolas demoran sus plazos de pago el triple que la media de la Unión Europea, según un estudio de la consultora líder en Europa en gestión de crédito, Intrum Justitia, al que ha tenido acceso EXPANSIÓN. El informe constata que el plazo real de pago de las constructoras europeas a sus proveedores asciende en 2010 a 60 días, justo el tope fijado por la Directiva europea. Pero en España la cifra se dispara a 177 días. Tres veces más. Ejemplo: una empresa alemana presta un servicio a una constructora el 1 de noviembre, y el importe de la factura se le abona el 31 de diciembre. Una española no cobra hasta el 26 de abril.
Y si el sector privado es mal pagador, las administraciones públicas son difícilmente calificables. En la obra pública española es más fácil adjudicarse la licitación que cobrar las certificaciones a tiempo: los poderes públicos se demoran 216 días, de media.
La sanidad
Este problema se traduce en casi el doble de plazo que los 120 que les permite la nueva Ley de Morosidad, como norma excepcional y transitoria, en 2010. Y más del triple de los 60 días de la media del sector público europeo. Tampoco sale bien parada España en la comparación con la UE en lo que respecta al sector inmobiliario: el plazo medio de pago entre las empresas nacionales es de 71 días, y el de las comunitarias, 40.
Pero el sector más moroso es el de la sanidad. Los servicios públicos de salud españoles abonan sus facturas 251 días después de emitirlas. Todo un récord, frente a los 62 días de la UE. Y eso que la media comunitaria incluye a España, que empeora el dato. Todas estas demoras se traducen, claro, en un lastre para las empresas que las sufren.
Las pérdidas por impagados se incrementaron del 2,4% de la facturación de las empresas en 2009 al 2,6% en 2010. “A primera vista, el incremento puede parecer pequeño, pero las pérdidas por impagados se traducen en tener que incrementar las ventas significativamente”, apunta el informe de Intrum Justitia, elaborado con una encuesta a más de 6.000 empresas de la UE.
Sectores con más pérdidas
Los sectores más afectados en la Europa comunitaria son el de los servicios profesionales que prestan las profesiones liberales, fundamentalmente autónomos, y el de las inmobiliarias, con un porcentaje de pérdidas por impagados en 2010 del 4%. Les siguen la educación (3,5%) y los servicios financieros (3%).
Sectores aparte, el gran afectado tiene un nombre: pyme. “El problema es que las pequeñas y medianas empresas reciben poca o nada de ayuda por parte de la legislación nacional o europea para hacer frente a los problemas de impago, que son un problema y un gasto que no tendrían porque costear las empresas, organizaciones, ni la sociedad en general”, agrega el informe
La noticia positiva, es que los días de retraso han disminuido con respecto a 2009... un día. Algo es algo.
Fuente: http://www.expansion.com/