En los últimos años los vaivenes de la economía se han cebado con el mercado de la vivienda, perjudicando a particulares, que han perdido sus inmuebles por no poder afrontar las hipotecas; a jóvenes y no tan jóvenes, que no han podido acceder a la compra de un piso; y también a profesionales, que han tenido que cerrar sus inmobiliarias por no tener suficiente volumen de negocio. Lo que durante un tiempo pareció ser un túnel sin salida está desembocando hoy en día en una realidad mucho más optimista que avanza sin prisa pero sin pausa.
José Antonio Blanco es un ejemplo de este nuevo panorama. A sus 28 años acaba de firmar una hipoteca en Barcelona para comprarse un piso junto a su pareja. Los dos disponen de un contrato indefinido en sus respectivos trabajos.
Para él la principal dificultad de este proceso ha sido conseguir financiación, ya que “cuando quieres comprar un piso de un particular, los bancos ponen muchas trabas para darte la hipoteca, o lo que es peor, directamente ni te la dan. El banco te dice que te financia el 80% y te obliga a contratar muchos productos que no te interesan o que son abusivos para poder conseguir un diferencial ‘decente’. Sólo te ofrecen buenas ofertas si el piso es de ellos”, explica.
Hipotecarse durante un largo período en tiempos de inestabilidad no es una situación fácil, bien lo sabe José Antonio, pero esta circunstancia concreta también ofrecen sus ventajas: “los bancos tienen una cartera interesante de pisos de obra nueva que han ido absorbiendo de constructoras que han tenido problemas, y, con tal de venderlos, ofrecen hipotecas ventajosas que no consigues de otro modo”.
En el proceso de compra José Antonio ha aprendido cosas de vital importancia, como asegurarse “un diferencial competitivo, que la hipoteca no tenga suelo y que tampoco te penalice por amortizar, para mi eran las tres claves”. También destaca otras consideraciones como “revisar cosas del piso que te pueden generar gastos con los que no cuentas: posibles derramas, si hay que dar los suministros de alta o cuanto se paga de comunidad”.
Vender un piso en 14 meses
El caso de Magda Muros ofrece el punto de vista del vendedor. Tras una separación y con la intención de verse libre de hipotecas se dispuso a vender su piso, que tuvo durante 14 meses anunciando en portales inmobiliarios y en alguna agencia de la zona.
El proceso de venta fue sencillo, según explica, pues tuvo “cientos” de visitas, “algunas de ellas muy surrealistas, como por ejemplo atender a gente que no se mira las características del piso en el anuncio y te dice que está interesada en un ático mientras tu vivienda está en una segunda planta o gente que insiste varias veces al teléfono pidiendo una rebaja de 150.000 euros…”.
En el período de más de un año que le llevó la venta de su inmueble Magda aprendió a tener paciencia y a no desesperarse. “El secreto está en poder asumir la hipoteca mientras esperas que la suerte llame a tu puerta. Compradores hay, lo puedo asegurar”.
Fuente: http://www.fotocasa.es/
José Antonio Blanco es un ejemplo de este nuevo panorama. A sus 28 años acaba de firmar una hipoteca en Barcelona para comprarse un piso junto a su pareja. Los dos disponen de un contrato indefinido en sus respectivos trabajos.
Para él la principal dificultad de este proceso ha sido conseguir financiación, ya que “cuando quieres comprar un piso de un particular, los bancos ponen muchas trabas para darte la hipoteca, o lo que es peor, directamente ni te la dan. El banco te dice que te financia el 80% y te obliga a contratar muchos productos que no te interesan o que son abusivos para poder conseguir un diferencial ‘decente’. Sólo te ofrecen buenas ofertas si el piso es de ellos”, explica.
Hipotecarse durante un largo período en tiempos de inestabilidad no es una situación fácil, bien lo sabe José Antonio, pero esta circunstancia concreta también ofrecen sus ventajas: “los bancos tienen una cartera interesante de pisos de obra nueva que han ido absorbiendo de constructoras que han tenido problemas, y, con tal de venderlos, ofrecen hipotecas ventajosas que no consigues de otro modo”.
En el proceso de compra José Antonio ha aprendido cosas de vital importancia, como asegurarse “un diferencial competitivo, que la hipoteca no tenga suelo y que tampoco te penalice por amortizar, para mi eran las tres claves”. También destaca otras consideraciones como “revisar cosas del piso que te pueden generar gastos con los que no cuentas: posibles derramas, si hay que dar los suministros de alta o cuanto se paga de comunidad”.
Vender un piso en 14 meses
El caso de Magda Muros ofrece el punto de vista del vendedor. Tras una separación y con la intención de verse libre de hipotecas se dispuso a vender su piso, que tuvo durante 14 meses anunciando en portales inmobiliarios y en alguna agencia de la zona.
El proceso de venta fue sencillo, según explica, pues tuvo “cientos” de visitas, “algunas de ellas muy surrealistas, como por ejemplo atender a gente que no se mira las características del piso en el anuncio y te dice que está interesada en un ático mientras tu vivienda está en una segunda planta o gente que insiste varias veces al teléfono pidiendo una rebaja de 150.000 euros…”.
En el período de más de un año que le llevó la venta de su inmueble Magda aprendió a tener paciencia y a no desesperarse. “El secreto está en poder asumir la hipoteca mientras esperas que la suerte llame a tu puerta. Compradores hay, lo puedo asegurar”.
Fuente: http://www.fotocasa.es/

