Las ecociudades representan la salvación del sector de la construcción, segundo motor económico de España. Así quedó confirmado esta semana en el congreso internacional de rehabilitación y sostenibilidad celebrado Barcelona.
La construcción ha estado los últimos dos años ante un callejón sin salida. Una muestra de ello se refleja en las casi 700.000 viviendas nuevas que permanecen frías en el mercado por falta de compradores, pese al ajuste de precios de la vivienda, que cayeron en 2008 un 18% y otro 7% en 2009, pero que según el informe emitido por la Comisión Europea de esta semana, continúan sobrevalorados.
No obstante, más allá de la crisis, que afronta casi 5 millones de desempleados y un endurecimiento de las condiciones financieras, si se observan las proyecciones de la población española en el horizonte del 2050, es fácil reconocer que habrá poca demanda de viviendas nuevas, pues, para entonces más del 30% de la población tendrá 65 años de edad o más, lo que se traduce en jubilados con menor movilidad y poco poder adquisitivo.
Por otro lado, con una tasa de natalidad de las más bajas del mundo (1,4 hijos por mujer), salta a la vista que el sector tiene que aterrizar y aceptar que no se vislumbra otro «boom» que demande en España la construcción de nuevas viviendas como el ocurrido en el período 2001-2006. Lo que sí cabe esperar, según los expertos que han participado en el congreso, es la posibilidad de reorientar las actividades de construcción hacia la rehabilitación del parque residencial existente, para que favorezca la movilidad, la integración social, y que a su vez respete al medio ambiente.
Menos emisiones
En palabras del doctor Albert Cuchí de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y coautor del informe «El cambio global España 2020-2050», «reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) o, lo que es lo mismo, asegurar la competitividad de nuestra economía en un futuro neutral en carbono, implica invertir en reducir emisiones en el uso de energía en los edificios». Disminuir manteniendo las condiciones de habitabilidad —clima, iluminación, confort—, tanto en construcciones y rehabilitaciones, como en el uso comercial y doméstico. Los participantes coincidieron en señalar que las ciudades ecológicas son una alternativa saludable y, al mismo tiempo, beneficiosa económicamente. Ello supone también informar y educar a la población, que sigue dormida respecto a la valoración de sus viviendas, en relación a lo confortables y ecológicos que deberían y podrían ser sus hogares, si se exigen para su construcción e interiorismo las tecnologías «verdes» existentes, y si se comienza a usar más eficientemente los electrodomésticos que favorecen el ahorro energético, o el uso de las fuentes renovables.
De seguir este modelo de ecociudades, además del sector de la construcción se verían beneficiados otros sectores adyacentes impulsados por las nuevas demandas de una población más consciente, con hábitos de consumo más respetuosos con el medio ambiente. Además, para España sería menos costoso si consigue disminuir las emisiones GEI y el país se ajusta a las permitidas por el Protocolo de Kioto, suscrito en el marco de la Unión Europea.
Subvenciones del Govern
Un ejemplo de las iniciativas en favor de ciudades ecológicas, es el impulsado por el Instituto Catalán de Energía (ICAEN) dependiente de la Generalitat, que esta semana informó que dará en los próximos 45 días 30,7 millones de euros para las actuaciones que conlleven la reducción del consumo de energías contaminantes.
Estas subvenciones se orientan a medidas de ahorro y eficiencia energética, y están ya a disposición de los ciudadanos, empresas, y administraciones locales que desen renovar su equipamiento y quieran cambiar sus hábitos de consumo. Quienes se sientan contagiados, por el deseo de mejorar sus calidad de vida, pueden darse cita en el próximo congreso sobre medio ambiente, CONAMA10 —www.conama10.es—, que tendrá lugar en Madrid del 22 al 26 de noviembre. También pueden asistir en Barcelona al Salón Meeting Point, que se celebrará del 20 al 24 de octubre mientras hacen boca para Construmat 2011.
Fuente: http://www.abc.es/
La construcción ha estado los últimos dos años ante un callejón sin salida. Una muestra de ello se refleja en las casi 700.000 viviendas nuevas que permanecen frías en el mercado por falta de compradores, pese al ajuste de precios de la vivienda, que cayeron en 2008 un 18% y otro 7% en 2009, pero que según el informe emitido por la Comisión Europea de esta semana, continúan sobrevalorados.
No obstante, más allá de la crisis, que afronta casi 5 millones de desempleados y un endurecimiento de las condiciones financieras, si se observan las proyecciones de la población española en el horizonte del 2050, es fácil reconocer que habrá poca demanda de viviendas nuevas, pues, para entonces más del 30% de la población tendrá 65 años de edad o más, lo que se traduce en jubilados con menor movilidad y poco poder adquisitivo.
Por otro lado, con una tasa de natalidad de las más bajas del mundo (1,4 hijos por mujer), salta a la vista que el sector tiene que aterrizar y aceptar que no se vislumbra otro «boom» que demande en España la construcción de nuevas viviendas como el ocurrido en el período 2001-2006. Lo que sí cabe esperar, según los expertos que han participado en el congreso, es la posibilidad de reorientar las actividades de construcción hacia la rehabilitación del parque residencial existente, para que favorezca la movilidad, la integración social, y que a su vez respete al medio ambiente.
Menos emisiones
En palabras del doctor Albert Cuchí de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y coautor del informe «El cambio global España 2020-2050», «reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) o, lo que es lo mismo, asegurar la competitividad de nuestra economía en un futuro neutral en carbono, implica invertir en reducir emisiones en el uso de energía en los edificios». Disminuir manteniendo las condiciones de habitabilidad —clima, iluminación, confort—, tanto en construcciones y rehabilitaciones, como en el uso comercial y doméstico. Los participantes coincidieron en señalar que las ciudades ecológicas son una alternativa saludable y, al mismo tiempo, beneficiosa económicamente. Ello supone también informar y educar a la población, que sigue dormida respecto a la valoración de sus viviendas, en relación a lo confortables y ecológicos que deberían y podrían ser sus hogares, si se exigen para su construcción e interiorismo las tecnologías «verdes» existentes, y si se comienza a usar más eficientemente los electrodomésticos que favorecen el ahorro energético, o el uso de las fuentes renovables.
De seguir este modelo de ecociudades, además del sector de la construcción se verían beneficiados otros sectores adyacentes impulsados por las nuevas demandas de una población más consciente, con hábitos de consumo más respetuosos con el medio ambiente. Además, para España sería menos costoso si consigue disminuir las emisiones GEI y el país se ajusta a las permitidas por el Protocolo de Kioto, suscrito en el marco de la Unión Europea.
Subvenciones del Govern
Un ejemplo de las iniciativas en favor de ciudades ecológicas, es el impulsado por el Instituto Catalán de Energía (ICAEN) dependiente de la Generalitat, que esta semana informó que dará en los próximos 45 días 30,7 millones de euros para las actuaciones que conlleven la reducción del consumo de energías contaminantes.
Estas subvenciones se orientan a medidas de ahorro y eficiencia energética, y están ya a disposición de los ciudadanos, empresas, y administraciones locales que desen renovar su equipamiento y quieran cambiar sus hábitos de consumo. Quienes se sientan contagiados, por el deseo de mejorar sus calidad de vida, pueden darse cita en el próximo congreso sobre medio ambiente, CONAMA10 —www.conama10.es—, que tendrá lugar en Madrid del 22 al 26 de noviembre. También pueden asistir en Barcelona al Salón Meeting Point, que se celebrará del 20 al 24 de octubre mientras hacen boca para Construmat 2011.
Fuente: http://www.abc.es/

