Recaída de las compraventas en las viviendas más infladas en el 'boom'


La caída de precios vuelve a acelerarse y la concesión de hipotecas y las compraventas sufren un resbalón. Atención a los próximos meses: el invierno puede ser helador.

Llevábamos varios meses de desaceleración del ritmo de caída de los precios inmobiliarios. La vivienda continuaba abaratándose, pero cada vez a un menor ritmo. De hecho, según la última estadística del Ministerio de la Vivienda, correspondiente al segundo trimestre de 2010, el precio medio del metro cuadrado de la vivienda libre cayó un 3,7 por ciento en tasa interanual, frente a la caída del 4,7 por ciento registrada en los tres meses anteriores. El servicio de estudios de BBVA reconoce que 2010 estaba siendo mejor que 2009 en el mercado inmobiliario español. Pero argumenta que ello se debe al fin de los incentivos fiscales, lo que implica que, en 2011, empeorarán las cosas.

Y no ha habido que esperar al próximo año para ver un deterioro de los síntomas de reactivación. De hecho, en julio, parecía que la tendencia marcada por los precios cambió: el índice mensual que elabora la tasadora Tinsa mostraba una aceleración en el descenso de los precios. En julio, la vivienda libre bajó un 4,3 por ciento en tasa interanual, frente al retroceso del cuatro por ciento registrado el mes anterior. Y este mayor abaratamiento de los pisos ha sido especialmente intenso en el caso de las viviendas de las capitales y grandes ciudades, que en julio encabezaron los descensos interanuales, con una caída del cinco por ciento, frente al retroceso del 3,7 por ciento del mes anterior.

«Se rompe, de momento, el periodo de moderación en los descensos que venía produciéndose de manera ininterrumpida desde junio del año pasado», describen desde Tinsa. El servicio de estudios de esta tasadora añade que ello puede deberse a la subida de los impuestos indirectos. En julio subía el IVA del seis al siete por ciento, un incremento que grava las transacciones de viviendas nuevas. Y eso que el otro elemento «distorsionador» del mercado que aún sigue funcionando, todavía ayuda a adelantar adquisiciones, dado que el fin de la deducción por compra de la primera vivienda para rentas por encima de los 24.000 euros no desaparecerá hasta enero de 2011.

Por tanto, está descontado que cuando se eliminen todas las ayudas fiscales a la compra de vivienda, la caída de la actividad del sector se profundizará. Puede suceder como en Estados Unidos: a partir del fin de los estímulos para la compra de vivienda, la demanda se ha vuelto a hundir. O como en el Reino Unido, donde ha ocurrido lo mismo: a partir del anuncio de los recortes presupuestarios por parte del nuevo Gobierno. En España, las dudas sobre la solvencia y los recortes presupuestarios han incrementado la incertidumbre de la población. Los analistas de BBVA han hecho suyo el peor de los escenarios planteados por las pruebas de solvencia a las que se sometió la banca a mediados de julio y afirman que, hasta finales de 2011, a los precios les queda un ajuste del 24 por ciento.

Con todo, además de la evolución de los precios, otro indicador, el de transacciones, está empezando a debilitarse desde junio. Según la estadística de transacciones inmobiliarias del INE, en junio se vendieron 37.297 pisos, un 7 por ciento más que en junio de 2009, una desaceleración con respecto a abril o mayo, en que los incrementos fueron de un 17,6 y de un 11,9 por ciento, respectivamente. De hecho, el número de transacciones realizadas en junio fue un 1,3 por ciento inferior al de mayo.

Incluso con los beneficios fiscales, sumadas todas las compras del primer semestre, éstas ascienden a 226.267, ni la mitad de las que se registraron en el mismo periodo antes del estallido de la burbuja.

La estadística de hipotecas lleva a la misma conclusión. En junio se concedieron 87.070 créditos hipotecarios, lo que supone un descenso del 1,1 con respecto al mes anterior y un 10,8 por ciento por debajo de hace un año. En mayo caían a un ritmo interanual del 2,9 por ciento. Pero un mes no hace tendencia. Tendremos que vigilar los datos de los próximos meses.

Uno de los principales síntomas de que el número de transacciones continuará muy deprimido reside en la actividad constructora. Hasta mayo, sólo se habían iniciado 40.019 viviendas. De seguir este ritmo, en todo 2010 se habrán comenzado frente a los 100.000 inmuebles, menos de los 110.000 del año 2009. La cifra supone una octava parte de las 865.561 viviendas que se iniciaron en el pico del ciclo, en el año 2006.

Fuente: http://www.finanzas.es/
 
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