Las hipotecas españolas dañan a la banca alemana


El día 23 de este mes se conocerán los resultados de los test de estrés realizados a la banca europea. A diferencia de las pruebas de esfuerzo realizadas en EEUU el año pasado, de momento no conocemos las premisas sobre las que se han realizado dichos análisis.Las premisas podrían establecerse de forma general para todos los países de la zona euro o de forma independiente país por país, aunque, dadas las interrelaciones entre países, las condiciones internas de un país pueden tener un fuerte efecto en las entidades de otro Estado.

Para sorpresas de algunos, la evolución del mercado inmobiliario e hipotecario español puede tener tanta o más influencia en los balances de los bancos alemanes que en los balances de algunas de las entidades financieras españolas más internacionalizadas.

En los últimos diez años, el sistema financiero español ha crecido en préstamos (principalmente hipotecarios) muy por encima de su nivel de depósitos de clientes. Para compensar esa brecha, la principal vía de financiación de las entidades financieras españolas ha consistido en “titulizar” las hipotecas concedidas y venderlas como un producto financiero a inversores extranjeros. Unos de los principales compradores de dichos activos con subyacente hipotecario han sido los bancos alemanes, entidades con mayor volumen de depósitos que de préstamos concedidos.

La emisión de “titulizaciones hipotecarias” de las entidades financieras españolas están respaldadas por carteras de préstamos hipotecarios del emisor. A diferencia de las propias hipotecas las titulizaciones son activos financieros que cotizan en mercados secundarios, y por tanto tienen valoración diaria.

Pese a contar en gran número de ocasiones con una calificación crediticia (rating) máximo, el empeoramiento de la percepción sobre el sector inmobiliario español se ha traducido en una caída de la valoración de los activos financieros con subyacente hipotecario.

Se produce una curiosa paradoja. Por las propias normas contables, las entidades españolas no tienen que valorar a precio de mercado las hipotecas que mantienen en su balance. Mientras su cliente haga frente a las cuotas periódicas de la hipoteca el valor de dicho préstamo no sufrirá ninguna oscilación en el balance de la entidad. No es necesario valorar cuánto valdría dicha hipoteca si se deseara vender a un tercero. Por el contrario, la valoración de las titulizaciones hipotecarias oscila en el mercado en función de multitud de variables, aunque el 100% de los préstamos que respaldan una titulización están al corriente de sus cuotas. Es posible encontrar en el mercado de renta fija titulizaciones hipotecarias españolas con una calificación crediticia inicial máxima y con una valoración en mercado de apenas el 75% de su nominal.

La valoración de dichos activos de subyacente inmobiliario se ve afectada entre otras variables por el aumento de la percepción del riesgo país, tal y como ha sucedido en los últimos meses. Adicionalmente, al ser emisiones poco líquidas en el mercado secundario, la necesidad de venta de un volumen significativo por parte de cualquier inversor provoca una caída en el precio de dicho activo que debe ser reflejada en los balances y cuentas de resultados de todos los tenedores del mismo activo.

En conclusión, aunque parezca paradójico, un empeoramiento de la percepción del riesgo país de España y un deterioro del mercado inmobiliario en nuestro mercado, puede acabar teniendo un mayor impacto en los balances y las cuentas de resultados de algunos bancos alemanes que en los de las propias entidades financieras españolas. El 23 saldremos de dudas sobre si este tipo de efectos están considerados en los test de estrés realizados a las entidades financieras europeas.

Fuente: http://www.cotizalia.com/
 
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