El Comité de Supervisores Bancarios Europeos, un organismo impulsado por los encargados de tutelar el negocio y los bancos centrales del viejo continente, publicará el 23 julio los resultados de las ya conocidas pruebas de estrés.En las radiografías de solvencia y liquidez de 91 firmas financieras para intentar calmar los agitados ánimos de los mercados y devolver la confianza a la economía está la fusión gallega. Las condiciones a las que ha sido sometido el negocio de futuro son durísimas, con un escenario de hasta un 25% de paro y de morosidad entre los créditos a la vivienda.
Son dos de las grandes preocupaciones porque de la evolución del empleo dependerá también la trayectoria que siga la devolución de los préstamos, que a principios del segundo trimestre sufrió un nuevo repunte. Los supervisores europeos quieren tener garantías de que cajas y bancos y los procesos de reestructuración en el que están inmersos son realmente factibles ante situaciones que, según fuentes del sector, son "extremas".
¿Qué otros números rojos se han barajado para revisar la caja única gallega y el resto de fusiones y alianzas en marcha? Los test de estrés sitúan el negocio ante la encrucijada de una morosidad general, con todo tipo de créditos, de entre un 15% y un 20%, un 15% en el segmento en concreto de las pequeñas y medianas empresas y un 12% en las familias. Y todo, a cinco años vista, en línea con el plazo que la integración de Caixa Galicia y Caixanova prevé para pagar los 1.162 millones de euros solicitados, y aprobados, en el FROB.
Con todos esos parámetros, los responsables del Comité de Supervisores Bancarios Europeos han calculado la merma en los ingresos de la futura entidad de ahorros gallega. Evidentemente, un dato que se mantiene en la más absoluta discreción. A partir de ahí, la gran pregunta, ¿qué van a hacer las cajas para blindarse ante el envite? La respuesta abarca la previsión del comportamiento de los márgenes del negocio y los resultados, la política de provisiones y la venta de activos y la situación de la cartera industrial. Del examen final sale el veredicto de si es o no viable.
El resultado se conocerá el próximo día 23, aunque fuentes cercanas a los encargados de la negociación de la fusión no esperan ninguna sorpresa. Principalmente por dos cuestiones: el primero, que los 1.162 millones de euros en ayudas públicas son una fuerte inyección de músculo financiero, pese a la otra cara del préstamo, que hay que devolverlo -240 millones de euros por ejercicio- y eso también lastrará los beneficios; y el segundo, porque la estimación en desinversiones es muy alta, por encima de los 13.000 millones, a los que se suma la cesión de 3.800 millones más con la venta de la red exterior de oficinas. Tan importante es el FROB que, según varios analistas, sin aportación, habría entidades que no superarían el test.
Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/
Son dos de las grandes preocupaciones porque de la evolución del empleo dependerá también la trayectoria que siga la devolución de los préstamos, que a principios del segundo trimestre sufrió un nuevo repunte. Los supervisores europeos quieren tener garantías de que cajas y bancos y los procesos de reestructuración en el que están inmersos son realmente factibles ante situaciones que, según fuentes del sector, son "extremas".
¿Qué otros números rojos se han barajado para revisar la caja única gallega y el resto de fusiones y alianzas en marcha? Los test de estrés sitúan el negocio ante la encrucijada de una morosidad general, con todo tipo de créditos, de entre un 15% y un 20%, un 15% en el segmento en concreto de las pequeñas y medianas empresas y un 12% en las familias. Y todo, a cinco años vista, en línea con el plazo que la integración de Caixa Galicia y Caixanova prevé para pagar los 1.162 millones de euros solicitados, y aprobados, en el FROB.
Con todos esos parámetros, los responsables del Comité de Supervisores Bancarios Europeos han calculado la merma en los ingresos de la futura entidad de ahorros gallega. Evidentemente, un dato que se mantiene en la más absoluta discreción. A partir de ahí, la gran pregunta, ¿qué van a hacer las cajas para blindarse ante el envite? La respuesta abarca la previsión del comportamiento de los márgenes del negocio y los resultados, la política de provisiones y la venta de activos y la situación de la cartera industrial. Del examen final sale el veredicto de si es o no viable.
El resultado se conocerá el próximo día 23, aunque fuentes cercanas a los encargados de la negociación de la fusión no esperan ninguna sorpresa. Principalmente por dos cuestiones: el primero, que los 1.162 millones de euros en ayudas públicas son una fuerte inyección de músculo financiero, pese a la otra cara del préstamo, que hay que devolverlo -240 millones de euros por ejercicio- y eso también lastrará los beneficios; y el segundo, porque la estimación en desinversiones es muy alta, por encima de los 13.000 millones, a los que se suma la cesión de 3.800 millones más con la venta de la red exterior de oficinas. Tan importante es el FROB que, según varios analistas, sin aportación, habría entidades que no superarían el test.
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