Las filiales inmobiliarias de Caixa Galicia pierden más de 100 millones

Las sociedades que controlan las grandes participaciones inmobiliarias de Caixa Galicia acusaron con especial dureza la crisis en 2009. De acuerdo con el informe de cuentas y auditoría remitido por la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en su conjunto, los beneficios de la Corporación Caixa Galicia, el brazo industrial que aglutina la gran mayoría de participadas, cayeron el año pasado un 75,5%, desde los 259,7 millones de 2008 hasta 63,4 millones. Al mismo tiempo, en ese período las reservas de la gran sociedad de cartera de Caixa Galicia se incrementaron desde 175,6 millones hasta los 354,3 millones de euros, fruto de una política de prudencia ante eventuales quebrantos. Caixa Galicia controla un 94,4% de su corporación. El resto está en manos del empresario Manuel Edelmiro Añón.

Considerado como tal, las pérdidas del grupo inmobiliario de la corporación presidida por José Luis Méndez pasaron de 45 a 47 millones en un año, una evolución negativa pero apenas significativa si se atiende a la trayectoria de otras sociedades creadas para tal fin que también consolidan en las cuentas de Caixa Galicia. Es el caso de Adapa Conducto, una empresa constituida en 2008 pero que no tuvo actividad hasta el año pasado. En su primer ejercicio de vida, esta filial al 100% de Caixa Galicia dedicada a la gestión inmobiliaria presenta unos números rojos de 55,4 millones de euros. En su conjunto, ambas filiales de gestión inmobiliaria (CXG Grupo Inmobiliario Corporación Caixa Galicia y Adapa Conducto) presentaron unas pérdidas superiores a los 102 millones.

En muchos casos, los impagos de promotores obligan a cajas y bancos a asumir la propiedad de determinados activos inmobiliarios, para proceder luego a su gestión y venta directa, y ello explica en parte estos resultados. Durante 2009, la dirección de la corporación procedió a realizar varias ampliaciones de capital de la nueva filial inmobiliaria. Así, según consta en las cuentas presentadas por la caja en la CNMV, los fondos propios (capital y reservas) de Adapa Conducto prácticamente se duplicaron en un año, al pasar de 308 a 557 millones de euros. El nacimiento de esta firma es fruto de una reordenación de participaciones inmobiliarias de la caja.

El caso de Caixanova, 13 de las 22 empresas que posee dedicadas al negocio inmobiliario declararon pérdidas. Las más importantes se concentraron en Proinova, una sociedad pensada para promover y comercializar inmuebles que ha multiplicado por diez sus números rojos en un año, pasando de declarar unas pérdidas de 0,52 millones a cinco. Ahora mismo tiene 287 ofertas en toda España de pisos y locales comerciales. En la caja de Vigo, la suma de los resultados de sus filiales en el negocio promotor alcanza los -7,4 millones de euros. Eso al margen de las cuentas que presentan empresas de construcción asociadas a la caja, como Residencial Marina Atlántica, que diseña el nuevo puerto deportivo de Cangas y cuyos números negativos rozan el millón, o Cora Integral, una constructora de Guadalajara de la que posee el 25% y que perdió 1,6 millones. Otras, como el holding Gest 21 Inmobiliaria, controlada al 50% por la caja, recibieron préstamos de ésta de 42 millones de euros.

Las dos cajas gallegas contabilizan sus participaciones de forma distinta. Caixa Galicia, en los anexos de su informe anual, establece tres rangos: las sociedades dependientes, en las que tiene un peso superior al 50% en el capital (Tasagalicia, CXG Viajes, Gescaixa Galicia); las asociadas, con paquetes que oscilan entre el 20% y el 50% (Banco Etcheverría, CXG Willis, Norvento y Pescanova), y las multigrupo, con la mitad de la participación y con gestión compartida, conformadas prácticamente en su totalidad por promotoras, con domicilios sociales tan dispares como A Coruña, Córdoba, Navarra y Sevilla.

Caixanova establece en gran medida el método de integración global para gran parte de sus sociedades dependientes (Banco Gallego, Sogevinus, la operadora de cable R, entre otras) e incorpora a su balance todos los bienes, derechos y obligaciones que componen el patrimonio de esas sociedades, y a la cuenta de pérdidas y ganancias, todos los ingresos y gastos que concurren en la determinación de sus resultados, ya sean beneficios o pérdidas.

En ambas cajas, las auditorías de cuentas no presentan salvedades. Sus informes permiten ver la evolución de negocios como el de las participaciones preferentes, un activo de moda para captar recursos con alta rentabilidad para el cliente. La filial de Caixa Galicia dedicada a estos productos disparó su beneficio hasta los 23,6 millones en 2009. Gallegos Preferentes, de Caixanova, no obtuvo ganancias.

Fuente: http://www.elpais.com/
 
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