El "chip" de la rehabilitación "ha cambiado". El edil de Vivienda cree que en la cabeza de los coruñeses se ha producido una transformación. El número de viviendas que han solicitado y obtenido una ayuda para reformar en un casco histórico que, literalmente, se caía a cachos, casi se triplicó en un año.Los vecinos constatan el aumento de reformas pero también defienden que no todos, en especial la gente mayor, pueden afrontar el coste económico y personal de una obra a pesar de las aportaciones públicas.
El plan Busquets daba un tirón de orejas a la política urbanística municipal de las últimas dos décadas y advertía de la "baja incidencia" de la rehabilitación en la ciudad. "El fomento del reciclaje urbano y la rehabilitación residencial suponen ejes que buscan el crecimiento desde dentro, promoviendo el reciclaje del suelo urbano ocupado por actividades obsoletas", señalaba el arquitecto catalán en su revisión del Plan General de Ordenación Municipal.
En 2008, el número de viviendas de Ciudad Vieja y Pescadería que solicitaron una de las ayudas a la rehabilitación que otorgan conjuntamente la Administración central, autonómica y estatal, "a través de convenios trilaterales", fueron 235. La Concejalía de Vivienda, que centraliza esta línea de subvenciones, contabilizó hasta 723 un año después. Según asegura el edil responsable, Mario López Rico, estos niveles se están manteniendo en los primeros meses del 2010.
"Creo que empieza a instaurarse una cultura de la rehabilitación, la gente se da cuenta de que conservar el patrimonio es una inversión interesante", señala el concejal nacionalista, quien añade que la crisis del ladrillo ha movido a las empresas hacia esta actividad más que a la obra nueva. Para López Rico, Pescadería no se ha quedado atrás de la Ciudad Vieja y también ha dado "un salto muy importante".
Antes de finales de año, la Concejalía de Rehabilitación tendrá que tener en sus manos y presentar la revisión del Plan Espacial de Protección y Reforma Interior (Pepri), aunque López Rico tiene intención de hacer público un avance del diagnóstico de los técnicos a lo largo del próximo mes.
El Gobierno municipal tiene la intención también de ofrecer máxima protección a los ensanches en torno a la plaza de Lugo y de Riazor y garantizar la pertinente conservación de las joyas arquitectónicas del urbanismo que existe en en estas zonas.
Para los vecinos del casco medieval, la visión optimista de la rehabilitación tiene algunos matices. Desde la asociación vecinal presidida por Rosa Quiroga se manifiesta que, aunque la línea de ayudas está bien, la población mayor del casco histórico coruñés tiene poco poder adquisitivo como para poder abordar una reforma aún con subvención de por medio. "En la Ciudad Vieja existe una fábula de que es el barrio de ricos; pero hay cuatro y los demás vivimos de una pensión", entiende la portavoz del colectivo de residentes.
El colectivo cree que el Ayuntamiento coruñés debe poner más medios para conocer la sociología del barrio medieval, a través, por ejemplo, de un centro cívico o social. También entienden que el Ayuntamiento debería realizar un control mayor sobre las diferentes actuaciones para que la intensa actividad de unas obras no afecte a los inmuebles colindantes. Asegura Mario López Rico que, aunque los técnicos municipales están vigilantes, siempre hay quien intenta saltarse la ley. "En toda actividad regulada por el Ayuntamiento siempre hay infracciones y sanciones, siempre hubo y siempre habrá, pero creo que cada vez se trata el patrimonio con más rigor y respeto", opina al respecto el concejal de Vivienda y Rehabilitación.
A pesar de la rehabilitación de viviendas particulares y públicas -en estos momentos la Colegiata se encuentra en obras para ser limpiada y remozar su cubierta-, el gran cambio que no llega es el del desalojo de los centenares de automóviles que sitian todos los días la Ciudad Vieja, territorio comanche para el tráfico rodado y el aparcamiento.
No acaba de materializarse es la tan reclamada peatonalización, que vecinos y comerciantes quieren que sea racional, permitiendo entrada a la carga y descarga y a los residentes con garaje dentro del casco histórico. El concejal de Vivienda deja que sea el departamento de Tráfico quien coordine y se manifieste al respecto, aunque critica que el "agujero de O Parrote" esté estancado cuando debería servir para "aliviar un poco" los problemas de tráfico y estacionamiento.
Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/
El plan Busquets daba un tirón de orejas a la política urbanística municipal de las últimas dos décadas y advertía de la "baja incidencia" de la rehabilitación en la ciudad. "El fomento del reciclaje urbano y la rehabilitación residencial suponen ejes que buscan el crecimiento desde dentro, promoviendo el reciclaje del suelo urbano ocupado por actividades obsoletas", señalaba el arquitecto catalán en su revisión del Plan General de Ordenación Municipal.
En 2008, el número de viviendas de Ciudad Vieja y Pescadería que solicitaron una de las ayudas a la rehabilitación que otorgan conjuntamente la Administración central, autonómica y estatal, "a través de convenios trilaterales", fueron 235. La Concejalía de Vivienda, que centraliza esta línea de subvenciones, contabilizó hasta 723 un año después. Según asegura el edil responsable, Mario López Rico, estos niveles se están manteniendo en los primeros meses del 2010.
"Creo que empieza a instaurarse una cultura de la rehabilitación, la gente se da cuenta de que conservar el patrimonio es una inversión interesante", señala el concejal nacionalista, quien añade que la crisis del ladrillo ha movido a las empresas hacia esta actividad más que a la obra nueva. Para López Rico, Pescadería no se ha quedado atrás de la Ciudad Vieja y también ha dado "un salto muy importante".
Antes de finales de año, la Concejalía de Rehabilitación tendrá que tener en sus manos y presentar la revisión del Plan Espacial de Protección y Reforma Interior (Pepri), aunque López Rico tiene intención de hacer público un avance del diagnóstico de los técnicos a lo largo del próximo mes.
El Gobierno municipal tiene la intención también de ofrecer máxima protección a los ensanches en torno a la plaza de Lugo y de Riazor y garantizar la pertinente conservación de las joyas arquitectónicas del urbanismo que existe en en estas zonas.
Para los vecinos del casco medieval, la visión optimista de la rehabilitación tiene algunos matices. Desde la asociación vecinal presidida por Rosa Quiroga se manifiesta que, aunque la línea de ayudas está bien, la población mayor del casco histórico coruñés tiene poco poder adquisitivo como para poder abordar una reforma aún con subvención de por medio. "En la Ciudad Vieja existe una fábula de que es el barrio de ricos; pero hay cuatro y los demás vivimos de una pensión", entiende la portavoz del colectivo de residentes.
El colectivo cree que el Ayuntamiento coruñés debe poner más medios para conocer la sociología del barrio medieval, a través, por ejemplo, de un centro cívico o social. También entienden que el Ayuntamiento debería realizar un control mayor sobre las diferentes actuaciones para que la intensa actividad de unas obras no afecte a los inmuebles colindantes. Asegura Mario López Rico que, aunque los técnicos municipales están vigilantes, siempre hay quien intenta saltarse la ley. "En toda actividad regulada por el Ayuntamiento siempre hay infracciones y sanciones, siempre hubo y siempre habrá, pero creo que cada vez se trata el patrimonio con más rigor y respeto", opina al respecto el concejal de Vivienda y Rehabilitación.
A pesar de la rehabilitación de viviendas particulares y públicas -en estos momentos la Colegiata se encuentra en obras para ser limpiada y remozar su cubierta-, el gran cambio que no llega es el del desalojo de los centenares de automóviles que sitian todos los días la Ciudad Vieja, territorio comanche para el tráfico rodado y el aparcamiento.
No acaba de materializarse es la tan reclamada peatonalización, que vecinos y comerciantes quieren que sea racional, permitiendo entrada a la carga y descarga y a los residentes con garaje dentro del casco histórico. El concejal de Vivienda deja que sea el departamento de Tráfico quien coordine y se manifieste al respecto, aunque critica que el "agujero de O Parrote" esté estancado cuando debería servir para "aliviar un poco" los problemas de tráfico y estacionamiento.
Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/
