Los inquilinos de las viviendas de protección autonómica recién entregadas por la Xunta en el barrio de Eirís se encontraron ayer, justo después de recibir las llaves, con un panorama que ni de lejos se imaginaban.A los pequeños desperfectos en puertas, armarios y paredes hay que sumar que los ascensores no funcionan, el portal del garaje hay que empujarlo para abrirlo y todavía no disponen de luz, agua y gas. El Gobierno gallego responde que trasladará todas las quejas al constructor cuando se le comuniquen
Con peor pie no podían haber entrado los inquilinos de las 187 viviendas protegidas de Eirís y Novo Mesoiro a sus nuevos hogares. Y eso que el cúmulo de imprevistos y decepciones ya lo tenían bien cubierto desde que comenzó el proceso de adjudicación de los inmuebles de protección autonómica. Cual fue su sorpresa al dirigirse a sus casas después de soportar los últimos trámites antes de poder ocupar los inmuebles comprobaron que el suministro de agua, luz y gas no funcionaba correctamente. La Xunta respondió que son los inquilinos los responsables de dar de alta estos servicios.
Ni luz ni agua ni gas, pero tampoco ascensor y con un buen número de pequeños desperfectos que no han hecho más que levantar las protestas de todos aquellos que el jueves firmaron sus contratos de alquiler con la Xunta y acudieron a una ceremonia organizada por el Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS) en Expocoruña para entregar las llaves. La mayor parte de estas incidencias se concentran en el barrio de Eirís y parecen tener menos efecto sobre las viviendas de Novo Mesoiro.
Berta Serrano es una de esas personas que acudieron al acto preparado por el Gobierno autonómico y posteriormente se dirigió a su nuevo hogar en Eirís. Por lo que se encontró, lo mejor es ni siquiera pensar todavía en comenzar la mudanza. La tiene contratada y tan solo tendría que avisar a la empresa para empezar a trasladar muebles y enseres, pero el no disponer de ascensores recomienda retrasar la operación. A pesar de todo, aún le queda paciencia: "Cuento con que si el ascensor funciona empiece a llevar los muebles que he comprado a partir de la semana que viene".
Algunos han preferido no esperar y en el mismo bloque en el que residirá Berta y su familia hay otros adjudicatarios que han comenzado a instalarse. Estos últimos no tienen, por ejemplo, el inconveniente de tener que subir muebles y cajas hasta los pisos más altos, pero sí comparten con el resto de los que serán sus vecinos las manchas en las paredes o los armarios incompletos. Y no hay que olvidarse de que la puerta del garaje, para abrirla hay que empujarla, no es automática. "Por lo visto, la Xunta le dijo al promotor que eso era un lujo", desliza Berta Serrano.
La respuesta de la Xunta ante las quejas de sus inquilinos no se ha hecho esperar. Las explicaciones oficiales son que la Administración ejerce únicamente como el casero de todas estas personas, a las que cobra alquileres reducidos según el nivel de renta y que en ningún caso superan los 200 euros. En el momento en el que los adjudicatarios identifiquen algún problema en los inmuebles han de comunicárselo al IGVS para que éste se lo traslade al constructor.
Lo que no esperaban los adjudicatarios, después de haber esperado en algunos casos hasta seis años desde que les confirmaron la entrega de una de estas viviendas de protección autonómica. "Contaba con que me lo dieran con todo en funcionamiento", lamenta Berta Serrano, quien tampoco está del todo conforme con el comportamiento seguido por la Xunta durante los últimos días. "Historia", "politiqueo" o "acto para la foto" son algunas de las palabras que usan los vecinos para definir la ceremonia de entrega de llaves celebrada el jueves en uno de los salones del recinto ferial Expocoruña y que estuvo presidido por el delegado provincial, Diego Calvo, y el director xeral del IGVS, Antonio Boné. A la espera para recoger el sobre con las llaves y los documentos se le sumó antes la firma oficial de los documentos de alquiler. En total, varias horas que ni siquiera encuentran el consuelo de poder estrenar las nuevas viviendas.
Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/
Con peor pie no podían haber entrado los inquilinos de las 187 viviendas protegidas de Eirís y Novo Mesoiro a sus nuevos hogares. Y eso que el cúmulo de imprevistos y decepciones ya lo tenían bien cubierto desde que comenzó el proceso de adjudicación de los inmuebles de protección autonómica. Cual fue su sorpresa al dirigirse a sus casas después de soportar los últimos trámites antes de poder ocupar los inmuebles comprobaron que el suministro de agua, luz y gas no funcionaba correctamente. La Xunta respondió que son los inquilinos los responsables de dar de alta estos servicios.
Ni luz ni agua ni gas, pero tampoco ascensor y con un buen número de pequeños desperfectos que no han hecho más que levantar las protestas de todos aquellos que el jueves firmaron sus contratos de alquiler con la Xunta y acudieron a una ceremonia organizada por el Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS) en Expocoruña para entregar las llaves. La mayor parte de estas incidencias se concentran en el barrio de Eirís y parecen tener menos efecto sobre las viviendas de Novo Mesoiro.
Berta Serrano es una de esas personas que acudieron al acto preparado por el Gobierno autonómico y posteriormente se dirigió a su nuevo hogar en Eirís. Por lo que se encontró, lo mejor es ni siquiera pensar todavía en comenzar la mudanza. La tiene contratada y tan solo tendría que avisar a la empresa para empezar a trasladar muebles y enseres, pero el no disponer de ascensores recomienda retrasar la operación. A pesar de todo, aún le queda paciencia: "Cuento con que si el ascensor funciona empiece a llevar los muebles que he comprado a partir de la semana que viene".
Algunos han preferido no esperar y en el mismo bloque en el que residirá Berta y su familia hay otros adjudicatarios que han comenzado a instalarse. Estos últimos no tienen, por ejemplo, el inconveniente de tener que subir muebles y cajas hasta los pisos más altos, pero sí comparten con el resto de los que serán sus vecinos las manchas en las paredes o los armarios incompletos. Y no hay que olvidarse de que la puerta del garaje, para abrirla hay que empujarla, no es automática. "Por lo visto, la Xunta le dijo al promotor que eso era un lujo", desliza Berta Serrano.
La respuesta de la Xunta ante las quejas de sus inquilinos no se ha hecho esperar. Las explicaciones oficiales son que la Administración ejerce únicamente como el casero de todas estas personas, a las que cobra alquileres reducidos según el nivel de renta y que en ningún caso superan los 200 euros. En el momento en el que los adjudicatarios identifiquen algún problema en los inmuebles han de comunicárselo al IGVS para que éste se lo traslade al constructor.
Lo que no esperaban los adjudicatarios, después de haber esperado en algunos casos hasta seis años desde que les confirmaron la entrega de una de estas viviendas de protección autonómica. "Contaba con que me lo dieran con todo en funcionamiento", lamenta Berta Serrano, quien tampoco está del todo conforme con el comportamiento seguido por la Xunta durante los últimos días. "Historia", "politiqueo" o "acto para la foto" son algunas de las palabras que usan los vecinos para definir la ceremonia de entrega de llaves celebrada el jueves en uno de los salones del recinto ferial Expocoruña y que estuvo presidido por el delegado provincial, Diego Calvo, y el director xeral del IGVS, Antonio Boné. A la espera para recoger el sobre con las llaves y los documentos se le sumó antes la firma oficial de los documentos de alquiler. En total, varias horas que ni siquiera encuentran el consuelo de poder estrenar las nuevas viviendas.
Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/
