A un lado: Altamira Real Estate (vehículo inmobiliario de banco Santander), Procam (la herramienta inmobiliaria de Caixa Cataluña) y Caja Madrid. Al otro: Priconsa, Reyal Urbis y Quabit Inmobiliaria.
Como si de un ring de boxeo se tratara, la duodécima edición del Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (Sima) será escenario de la contienda que mantienen los promotores inmobiliarios y firmas de intermediación con las entidades financieras para vender viviendas. El codiciado trofeo consiste en acabar con el abultado stock de viviendas, cifrado en alrededor del millón de unidades.
En cartera
El encuentro sectorial que tendrá lugar los próximos 20 al 23 de mayo será el reflejo de la situación actual del sector inmobiliario. Tras el aumento del número de impagos de hipotecas y los problemas financieros de las empresas inmobiliarias, bancos y cajas han acumulado desde finales de 2008 una importante cantidad de inmuebles, de primera y segunda mano, y terrenos sin construir.
Una importante losa que eleva las provisiones que deben realizar las entidades financieras y que ha acelerado la salida de este producto de los almacenes financieros.
El anuncio de la decisión de bancos y cajas fue acogido con optimismo en el sector, que creía que la entrada de las entidades financieras en un negocio que no era el suyo les llevaría a aliarse con los profesionales del mercado. «La venta de activos por parte de los bancos es algo que se ha hecho siempre, lo que ocurra ahora es que tienen más y una mayor necesidad de obtener liquidez. Esto es bueno para las inmobiliarias porque los bancos necesitan cauces de venta», subrayó hace meses Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria.
Sin embargo, tiempo después, las restricciones de acceso al crédito para el negocio promotor y las facilidades hipotecarias para aquéllos que adquieran una vivienda propiedad de la entidad financiera desataron los primeros roces entre los hasta entonces compañeros de viaje, que no dudaron en calificar de «competencia desleal» esta práctica. «No es su negocio –en referencia a la venta de viviendas–. Su negocio es dar crédito y lo lógico es que funcionen en igualdad de condiciones», señala José Manuel Galindo, presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE).
Descuentos
Otro de los puntos de controversia entre promotores y entidades financieras fue el precio de venta de estos inmuebles. La urgencia y su escaso interés por mantener su presencia en el sector inmobiliario llevaron a bancos y cajas a recurrir a importantes descuentos para dar salida a su stock.
Así, fueron los primeros en ofrecer grandes rebajas, del 30%, 40% y hasta el 50%, sobre su valor inicial. Unos descuentos que aún mantienen las entidades financieras y a los que se han sumado los grupos inmobiliarios capaces de asumir el reajuste. Por ejemplo, Caja Madrid acudirá al salón inmobiliario con una oferta de inmuebles adjudicados con un 40% de descuento.
Comercialización
Cómo comercializar estos inmuebles ha sido una de las grandes decisiones que han debido afrontar las entidades financieras. Al principio, bancos y cajas apostaron por dar salida a su cartera de inmuebles a través de la venta de los inmuebles adjudicados en las mismas sucursales. Caixa Cataluña fue una de las primeras en adherirse a esta fórmula e inició 2009 con la comercialización de 3.000 viviendas en sus oficinas.
Sin embargo, el volumen de activos obligó a apostar por vehículos de gestión inmobiliaria específicos. De ahí surgieron nuevas filiales o, simplemente, se reforzó los ya existentes con fichajes de expertos del sector inmobilario. Fue a través de estas sociedades que las entidades comenzaron a reducir el stock acumulado, a ritmos muy por encima del sector.
Grandes descuentos y facilidades de acceso de financiación animan, sobre todo, a aquellos compradores que durante meses han creado una bolsa de clientes a la espera de una oportunidad inmobiliaria.
Poco a poco, las entidades comenzaron a acudir también a los eventos sectoriales, que, en época de crisis, inundaron el calendario. Sólo en septiembre se celebraron más de tres encuentros inmobiliarios, entre ellos, la edición Especial Otoño de Sima.
En el próximo encuentro, que tendrá llegar entre el 20 al 23 de mayo, Aliseda, de BBVA; Bancaja Habitat, Altamira Real Estate, de Santander; Caja Madrid; y Procam, de Caixa Cataluña volverán a ser un duro competidor de las grandes y pequeñas inmobiliarias tradicionales, en busca de una solución que aligere sus abultadas carteras.
Fuente: http://www.expansion.com/
Como si de un ring de boxeo se tratara, la duodécima edición del Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (Sima) será escenario de la contienda que mantienen los promotores inmobiliarios y firmas de intermediación con las entidades financieras para vender viviendas. El codiciado trofeo consiste en acabar con el abultado stock de viviendas, cifrado en alrededor del millón de unidades.
En cartera
El encuentro sectorial que tendrá lugar los próximos 20 al 23 de mayo será el reflejo de la situación actual del sector inmobiliario. Tras el aumento del número de impagos de hipotecas y los problemas financieros de las empresas inmobiliarias, bancos y cajas han acumulado desde finales de 2008 una importante cantidad de inmuebles, de primera y segunda mano, y terrenos sin construir.
Una importante losa que eleva las provisiones que deben realizar las entidades financieras y que ha acelerado la salida de este producto de los almacenes financieros.
El anuncio de la decisión de bancos y cajas fue acogido con optimismo en el sector, que creía que la entrada de las entidades financieras en un negocio que no era el suyo les llevaría a aliarse con los profesionales del mercado. «La venta de activos por parte de los bancos es algo que se ha hecho siempre, lo que ocurra ahora es que tienen más y una mayor necesidad de obtener liquidez. Esto es bueno para las inmobiliarias porque los bancos necesitan cauces de venta», subrayó hace meses Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria.
Sin embargo, tiempo después, las restricciones de acceso al crédito para el negocio promotor y las facilidades hipotecarias para aquéllos que adquieran una vivienda propiedad de la entidad financiera desataron los primeros roces entre los hasta entonces compañeros de viaje, que no dudaron en calificar de «competencia desleal» esta práctica. «No es su negocio –en referencia a la venta de viviendas–. Su negocio es dar crédito y lo lógico es que funcionen en igualdad de condiciones», señala José Manuel Galindo, presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE).
Descuentos
Otro de los puntos de controversia entre promotores y entidades financieras fue el precio de venta de estos inmuebles. La urgencia y su escaso interés por mantener su presencia en el sector inmobiliario llevaron a bancos y cajas a recurrir a importantes descuentos para dar salida a su stock.
Así, fueron los primeros en ofrecer grandes rebajas, del 30%, 40% y hasta el 50%, sobre su valor inicial. Unos descuentos que aún mantienen las entidades financieras y a los que se han sumado los grupos inmobiliarios capaces de asumir el reajuste. Por ejemplo, Caja Madrid acudirá al salón inmobiliario con una oferta de inmuebles adjudicados con un 40% de descuento.
Comercialización
Cómo comercializar estos inmuebles ha sido una de las grandes decisiones que han debido afrontar las entidades financieras. Al principio, bancos y cajas apostaron por dar salida a su cartera de inmuebles a través de la venta de los inmuebles adjudicados en las mismas sucursales. Caixa Cataluña fue una de las primeras en adherirse a esta fórmula e inició 2009 con la comercialización de 3.000 viviendas en sus oficinas.
Sin embargo, el volumen de activos obligó a apostar por vehículos de gestión inmobiliaria específicos. De ahí surgieron nuevas filiales o, simplemente, se reforzó los ya existentes con fichajes de expertos del sector inmobilario. Fue a través de estas sociedades que las entidades comenzaron a reducir el stock acumulado, a ritmos muy por encima del sector.
Grandes descuentos y facilidades de acceso de financiación animan, sobre todo, a aquellos compradores que durante meses han creado una bolsa de clientes a la espera de una oportunidad inmobiliaria.
Poco a poco, las entidades comenzaron a acudir también a los eventos sectoriales, que, en época de crisis, inundaron el calendario. Sólo en septiembre se celebraron más de tres encuentros inmobiliarios, entre ellos, la edición Especial Otoño de Sima.
En el próximo encuentro, que tendrá llegar entre el 20 al 23 de mayo, Aliseda, de BBVA; Bancaja Habitat, Altamira Real Estate, de Santander; Caja Madrid; y Procam, de Caixa Cataluña volverán a ser un duro competidor de las grandes y pequeñas inmobiliarias tradicionales, en busca de una solución que aligere sus abultadas carteras.
Fuente: http://www.expansion.com/