Es frecuente que las mejores ofertas se encuentren en el mercado de segunda mano y en inmuebles de más de 20 años de antiguedad. Pero el precio no es la única ventaja que tiene un piso usado.
Mucha gente parece empeñada en adquirir una vivienda de nueva construcción, pero lo cierto es que el hecho de que sea nueva no garantiza en absoluto que sea mejor y además suelen salir más caras.
Es cierto hay excepciones. Si la vivienda nueva es VPO puede ser más barata, y hay ciudades y barrios en los que el metro cuadrado es muy cotizado y las viviendas de segunda mano son inalcanzables para la mayoría de los bolsillo.
Pero por regla general en muchos barrios y ciudades un piso de veinte años o más puede estar a mitad de precio que su equivalente en nueva construcción.
Por eso no conviene aferrarse a ideas preconcebidas o hacer lo que hacen los demás. Hay que dedicar tiempo a buscar y enterarse del precio del metro
cuadrado de vivienda usada en las zonas que nos pueden interesar.
Y no es imposible encontrar chollos en los que ese precio medio es muy inferior: pisos que tienen que venderse con urgencia por ser objeto de una herencia, un divorcio, un inminente embargo...
Es cierto que en la mayoría de pisos de segunda mano el precio final se encarecerá por que habrá que afrontar una reforma más o menos grande. Pero eso es algo que también puede verse como una oportunidad de dejar la vivienda completamente a tu gusto. Además, en tiempos de crisis es más sencillo encontrar empresas dispuestas a llevar a cabo la reforma por un precio razonable.
Si hay que reformar muévete y pide varios presupuestos. Te sorprenderás de lo mucho que puede variar el precio de un presupuesto a otro.
Una vivienda de segunda mano también tiene mayores garantías que una compra sobre plano: lo que ves es lo que hay. No te llevarás sorpresas en forma de un salón más oscuro y estrecho de lo esperado o un baño muy mal ventilado.
Y también lo que ves es lo que hay en la comunidad de vecinos. Dedicando un par de días a observar el bloque y preguntar a los vecinos te harás a la idea de si entras en un nido de víboras o en una comunidad tranquila.
Es raro que haya que esperar mucho para poder habitarlo, al contrario de lo que sucede en mucha obra nueva, que se compra sobre plano o a medio construir.
Otra ventaja de un piso de segunda mano asentado en un barrio que lleva años habitado es que es más fácil que tengas al alcance todo tipo de comercios y servicios. Muchos pisos de obra nueva están en barrios de reciente creación en los que encontrar un pediatra o una pastelería puede ser misión imposible.
Probablemente el principal inconveniente es que resulta dificil encontrar pisos que incluyan modernidades como piscina comunitaria, más de un ascensor o videoportero. Pero también eso hace que la cuota de comunidad que se paga sea inferior.
Además, un edificio con años ya estará asentado y será difícil que se produzcan fallos estructurales. Uno de los motivos de queja más frecuentes de los consumidores en los pisos nuevos.
Pero no conviene comprar pisos muy antiguos (más de 50 años), a menos que nos aseguremos de que están muy bien conservados.
Fuente: http://www.20minutos.es/