Los edificios ecológicos suponen un ahorro de hasta el 40% en las facturas


La orientación de las viviendas y la integración de energías limpias son los puntos principales de este nuevo modelo.

Rebajar el gasto de los hogares españoles en los recibos de luz y agua es un buen reclamo en tiempos de crisis. Hacerlo, y a la vez ayudar al medio ambiente con energías limpias y medidas respetuosas con el entorno, es el objetivo de la construcción sostenible, un modelo que la Deputación de A Coruña y el Colexio de Arquitectos de Galicia intentan fomentar a través del proyecto Ecoinnova del Fondo Social Europeo.

A pesar de que el desarrollo tecnológico es básico para reducir el consumo, lo cierto es que, según indica José María Paniagua, responsable de este proyecto, “la sostenibilidad es un concepto difícil de evaluar que supone la suma de pequeños sistemas”. Así, elementos de la arquitectura tradicional como las galerías son instrumentos muy útiles a la hora de rebajar el consumo energético de una vivienda, puesto que “son un elemento de captación solar que produce efecto invernadero”, explica Paniagua. De esta manera, “calienta el muro que tiene detrás”, y la piedra se encarga de repartir ese calor de una forma regular a lo largo del día. En verano, además, ayuda a ventilar la vivienda si se combina con una “ventilación cruzada”.

De este u otro modo, la captación de luz es básica para lograr que una vivienda pueda reducir el gasto en calefacción. Para ello, lo principal es la orientación del edificio, que debe estar hacia el sur, con grandes ventanas en esta fachada y protección solar, que evite un excesivo calor en el verano.

En la parte norte, deben situarse los huecos mas pequeños, que requieran radiadores de menor tamaño y por lo tanto, un mayor ahorro en calefacción.

A todo ello, hay que sumar otros factores. La factura de la luz disminuirá si la casa es soleada. Los electrodomésticos también influyen. Sin embargo, si se siguen estas medidas, Paniagua señala que el ahorro de la vivienda puede elevarse hasta el 40%. “Con una vivienda bien pensada, no necesitas aire acondicionado y se requiere menos calefacción”, señala.

“Hoy en día las viviendas ya tienen una calificación energética, como las lavadoras”, informa el responsable de este proyecto. De esta manera, por un coste “algo más elevado” puedes comprar una casa de mejor calidad. La diferencia es “difícil de calcular”, matiza Paniagua que señala que el coste final dependerá de diferentes factores.

Los edificios actuales también cuentan con el uso de energías limpias, como la solar. Una norma del Ministerio de Vivienda obliga a que las nuevas construcciones, sean ecológicas o no, obtengan el 30% del agua caliente que consumen a través de fuentes renovables.

Esta medida, sin embargo, no es suficiente para mejorar la sostenibilidad. Para ello, hay que cambiar distintos aspectos que afectan a todo el sector de la construcción: desde los materiales o la inclinación de los tejados, hasta la planificación urbanística del municipio.

Este último punto es “clave” en el proceso, según sentencia Paniagua. Hasta el momento, “se disponían las calles y se edificaba en el resto del terreno”. No obstante, esto está cambiando y cada vez se tienen más en cuenta el criterio de la sostenibilidad.

“Se trata de un proceso muy lento” puesto que la aprobación de un plan de urbanismo requiere de un proceso muy largo. Sin embargo, la orientación que tendrán las viviendas o que no se construya una casa de un solo piso al lado de un gigante de ocho plantas, son factores que ya se tienen en cuenta.

Todo un año de conferencias, cursos y hasta un premio de arquitectura para fomentar un nuevo tipo de construcción que pretende imponerse por la lógica, el respeto al medio y, sobre todo, el ahorro.

Fuente: http://www.xornal.com/
 
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