Una duda impregna el sector inmobiliario y, principalmente, el mercado de compraventa: ¿cuánto ha caído el precio de la vivienda? La profusión de informes y de variopintos datos desde el pinchazo de la burbuja, a finales de 2007, dificultan la reactivación de las transacciones, ya que el interesado en adquirir la vivienda se muestra temeroso a la hora de cerrar la compra y prefiere esperar por si los precios continúan bajando.
Los expertos creen que el ajustado margen (un 4,3% en 2009 y un 5,4% el año anterior, en el caso de la vivienda nueva; un 9,54% desde su máximo histórico en el caso de todos los inmuebles) que apuntan los organismos oficiales se deben a la propia fórmula de obtención de los datos.
Por ejemplo, el Ministerio de Vivienda tiene en cuenta las viviendas escrituradas mientras que los promotores consideran aquellas operaciones cerradas sobre plano. “En el caso del Instituto Nacional de Estadística (INE), la información procede de las compraventas de viviendas escrituradas en 2009, es decir, aquéllas que se vendieron hace dos, tres o cuatro años y que ahora se entregan”, señalan desde Reyal Urbis.
Desde las empresas, promotoras e inmobilarias, se muestran muy cautos a la hora de fijar una cifra –depende del tipo de vivienda, su ubicación y el stock existente en la zona–, aunque la mayoría ha puesto en marcha campañas con descuentos mayores, como es el caso de Metrovacesa, con su promoción Adiós pisos, con rebajas de hasta el 40%; o Afirma, con su Housing Revolution, que ofrece descuentos de hasta un 35% si se reserva una vivienda y se escritura antes de 60 días. “Nuestros precios ya están ajustados lo máximo posible”, apuntan, por su parte, en Iberdrola Inmobiliaria.
Ajuste
La mayoría de las inmobiliarias cree que algo ha cambiado en el mercado; tras un parón casi absoluto en la compraventa de viviendas, existe ya un cálculo que permite lograr el acuerdo y cerrar la transacción: un ajuste de en torno al 25% sobre el precio del ciclo alcista. “Comprador y vendedor se dan por satisfechos con una rebaja del 20% al 30% sobre el precio al que se vendió en el pico más alto”, asegura Luis Pérez, director de Don Piso.
Entre los que aseguran que el ajuste se ha producido, destaca el presidente de Realia, Ignacio Bayón, que el pasado martes aseguró que las inmobiliarias que pretenden mantenerse en el mercado ya han reducido los precios un 25%.
Esta caída del precio de la vivienda nueva permite hoy día cerrar operaciones y reducir el stock, por lo que no es previsible que las inmobiliarias apuesten por ampliar este margen. “Teniendo en cuenta la evolución positiva de las ventas en los últimos meses, creemos que estamos ante una progresiva estabilización del sector”, señalan desde Reyal Urbis. “En estos momentos, hay mucho donde elegir y a los mejores precios, pero según vaya disminuyendo el stock, habrá menos oportunidades de elección y los precios ya no van a disminuir más”, subrayan desde Afirma.
Por su parte, las entidades financieras, cuyo margen de descuento es mayor gracias las provisiones realizadas hasta ahora, tampoco ajustarán de forma notable, exceptuando aquella oferta residual. “En los pisos bien ubicados, la reducción de precios es similar a la efectuada por las empresas promotoras y normalmente muestran una escasa disposición a realizar bajadas adicionales”, señalan desde Grup Qualitat.
La previsible estabilización de los precios (aquéllos que desde el inicio de la crisis se hayan ajustado entre un 20% o un 30%) no supondrá una recuperación de los precios a los registrados a principios del siglo XXI. “La salida de la crisis no supone necesariamente la llegada de una nueva etapa de expansión”, añaden en su informe Grup Qualitat.
La segunda mano, la más rápida en aplicar los ajustes
“El descuento ha dependido, por un lado, en su mayor parte del tipo del producto en cuestión y, por otro, de la política de cada propiedad a la hora de fijar los precios”. Así se expresa Jesús Gil Marín, consejero delegado de la firma inmobiliaria Gilmar. Desde su perspectiva de comercializadora de vivienda nueva y de segunda mano, el responsable de Gilmar asegura que el mercado de vivienda usada ha sido “más rápido y más ágil” a la hora de adaptar los precios a la nueva realidad del mercado inmobiliario.
Igual que ocurre con la vivienda de obra nueva, aquella oferta que ya se haya ajustado en los ejercicios de 2008 y 2009 no tendrá que soportar nuevas rebajas; aunque no todo el stock disponible ha actualizado su precio. “Hay pisos que ya no se pueden mover más a la baja. Los propietarios conocedores de la situación ya se posicionaron en el lugar adecuado para realizar la transacción, pero, indudablemente, quedan otros que necesitan ajustarse a la realidad del mercado”, subraya Gil Marín.
Fuente: http://www.expansion.com/
Los expertos creen que el ajustado margen (un 4,3% en 2009 y un 5,4% el año anterior, en el caso de la vivienda nueva; un 9,54% desde su máximo histórico en el caso de todos los inmuebles) que apuntan los organismos oficiales se deben a la propia fórmula de obtención de los datos.
Por ejemplo, el Ministerio de Vivienda tiene en cuenta las viviendas escrituradas mientras que los promotores consideran aquellas operaciones cerradas sobre plano. “En el caso del Instituto Nacional de Estadística (INE), la información procede de las compraventas de viviendas escrituradas en 2009, es decir, aquéllas que se vendieron hace dos, tres o cuatro años y que ahora se entregan”, señalan desde Reyal Urbis.
Desde las empresas, promotoras e inmobilarias, se muestran muy cautos a la hora de fijar una cifra –depende del tipo de vivienda, su ubicación y el stock existente en la zona–, aunque la mayoría ha puesto en marcha campañas con descuentos mayores, como es el caso de Metrovacesa, con su promoción Adiós pisos, con rebajas de hasta el 40%; o Afirma, con su Housing Revolution, que ofrece descuentos de hasta un 35% si se reserva una vivienda y se escritura antes de 60 días. “Nuestros precios ya están ajustados lo máximo posible”, apuntan, por su parte, en Iberdrola Inmobiliaria.
Ajuste
La mayoría de las inmobiliarias cree que algo ha cambiado en el mercado; tras un parón casi absoluto en la compraventa de viviendas, existe ya un cálculo que permite lograr el acuerdo y cerrar la transacción: un ajuste de en torno al 25% sobre el precio del ciclo alcista. “Comprador y vendedor se dan por satisfechos con una rebaja del 20% al 30% sobre el precio al que se vendió en el pico más alto”, asegura Luis Pérez, director de Don Piso.
Entre los que aseguran que el ajuste se ha producido, destaca el presidente de Realia, Ignacio Bayón, que el pasado martes aseguró que las inmobiliarias que pretenden mantenerse en el mercado ya han reducido los precios un 25%.
Esta caída del precio de la vivienda nueva permite hoy día cerrar operaciones y reducir el stock, por lo que no es previsible que las inmobiliarias apuesten por ampliar este margen. “Teniendo en cuenta la evolución positiva de las ventas en los últimos meses, creemos que estamos ante una progresiva estabilización del sector”, señalan desde Reyal Urbis. “En estos momentos, hay mucho donde elegir y a los mejores precios, pero según vaya disminuyendo el stock, habrá menos oportunidades de elección y los precios ya no van a disminuir más”, subrayan desde Afirma.
Por su parte, las entidades financieras, cuyo margen de descuento es mayor gracias las provisiones realizadas hasta ahora, tampoco ajustarán de forma notable, exceptuando aquella oferta residual. “En los pisos bien ubicados, la reducción de precios es similar a la efectuada por las empresas promotoras y normalmente muestran una escasa disposición a realizar bajadas adicionales”, señalan desde Grup Qualitat.
La previsible estabilización de los precios (aquéllos que desde el inicio de la crisis se hayan ajustado entre un 20% o un 30%) no supondrá una recuperación de los precios a los registrados a principios del siglo XXI. “La salida de la crisis no supone necesariamente la llegada de una nueva etapa de expansión”, añaden en su informe Grup Qualitat.
La segunda mano, la más rápida en aplicar los ajustes
“El descuento ha dependido, por un lado, en su mayor parte del tipo del producto en cuestión y, por otro, de la política de cada propiedad a la hora de fijar los precios”. Así se expresa Jesús Gil Marín, consejero delegado de la firma inmobiliaria Gilmar. Desde su perspectiva de comercializadora de vivienda nueva y de segunda mano, el responsable de Gilmar asegura que el mercado de vivienda usada ha sido “más rápido y más ágil” a la hora de adaptar los precios a la nueva realidad del mercado inmobiliario.
Igual que ocurre con la vivienda de obra nueva, aquella oferta que ya se haya ajustado en los ejercicios de 2008 y 2009 no tendrá que soportar nuevas rebajas; aunque no todo el stock disponible ha actualizado su precio. “Hay pisos que ya no se pueden mover más a la baja. Los propietarios conocedores de la situación ya se posicionaron en el lugar adecuado para realizar la transacción, pero, indudablemente, quedan otros que necesitan ajustarse a la realidad del mercado”, subraya Gil Marín.
Fuente: http://www.expansion.com/