Portales inmobiliarios como Fotocasa ofrecen una selección con este tipo de viviendas, todas por menos de 200.000 euros. Es importante asegurarse de si tienen cargos pendientes o "bicho dentro" y contar con la mediación de un profesional.
En Granada, Murcia, Valencia, Cataluña, Madrid... como consecuencia de la crisis en toda España hay noticias sobre el embargo de inmuebles. Algo por desgracia para muchas familiar cada vez más frecuente.
Tanto que incluso en portales inmobiliarios como Fotocasa ofrecen una selección con este tipo de viviendas, todas por menos de 200.000 euros.
Y es que esa es su principal ventaja: el precio de estos inmuebles, cuya compra en teoría no requiere ningún procedimiento diferente. Aunque eso no significa que no haya que adoptar ciertas precauciones.
En los anuncios se les suele identificar por el acrónimo IPE que significa Inmueble Pendiente de Embargo.
Pero, aunque cada vez es más frecuente encontrar pisos a la venta en los que abiertamente se reconoce esta situación, también abundan los que no reconocen tener pendiente un embargo.
Resumiéndolo mucho, la cosa funciona más o menos así: el propietario no puede pagar su hipoteca, el banco le concede ciertas facilidades para que pueda hacerlo (periodos de carencia, alargamiento del plazo, un aplazamiento parcial...). En muchos casos, así el propietario puede salir del bache, pero en otros tantos esto supone más un empeoramiento del problema que una solución, que que el propietario sigue aumentando su deuda.
Si esas alternativas no son suficientes o la cosa no mejora, en unos seis meses de media el banco suele comenzar a ejecutar la hipoteca. Un proceso que puede durar fácilmente otro medio año, incluso algo más. Tiempo durante el que la deuda sigue aumentando.
A lo largo de esos meses en los que se está en proceso de embargo los propietarios procuran vender el inmueble para finalizar así todo el lío. Si lo venden por más dinero de la deuda pendiente no pasaría nada. Si se vende por menos el ex-propietario puede ver su sueldo, pensión o avales comprometidos.
Al término del proceso de embargo la venta es también la solución, pero en ese caso la que vendería sería directamente la entidad financiera que concedió el crédito.
Por eso los propietarios en proceso de embargo suelen tener mucha necesidad por vender cuanto antes. Por eso los precios de esos pisos son a veces tan ventajosos.
Pero en la compra de uno de estos pisos hay que extremar las precauciones. Es aocnsejable contar con el asesoramiento de un intermediario inmobiliario capaz y de confianza, es especialmente importante informarse de las posibles cargas que tenga la vivienda (cuotas pendientes de la comunidad, impustos impagados...) y asegurarse de que no se compra la casa con inquilino dentro, lo que en el argot inmobiliario se conoce como "casa con bicho".
A veces los ex-propietarios en bancarrota se niegan a abandonar su vivienda, se les conoce con el término legal de precaristas y el proceso judicial para desalojarlos nunca es plato de gusto.
En esta página web hay un listado de portales y webs de bancos que venden pisos embargados.
Por otra parte existe la posibilidad de adquirir uno de estos inmuebles a golpe de maza. Hablamos de las subastas públicas y privadas.
Desde que en 2001 la Ley de Enjuiciamiento Civil las abriera al público, las subastas judiciales se han convertido en un medio muy solicitado para comprar casa. En ellas se venden inmuebles en proceso de ejecución judicial, procedentes de impagos. Suelen ofrecer mayores beneficios que las privadas, pero también es necesario contar con la liquidez suficiente para pagar la fianza, equivalente al 30% del precio de salida.
Las subastas privadas también atraen a un gran número de compradores, gracias a sus bajos precios. «Pueden llegar a ser hasta un 50% inferiores a los del mercado», afirma María Irazusta, portavoz de Gesinar.En los últimos años, muchas inmobiliarias se han especializado en este sistema de adjudicación y venta de propiedades.
Por su parte, los vendedores ven en las subastas una manera cómoda, y sobre todo rápida, de vender su inmueble, aunque para ello tengan que sacrificar algo de dinero. Otras ventajas de las subastas privadas es que se pueden visitar las viviendas a través de los centros inmobiliarios y que para la puja no es necesario el pago de fianza.
Más información sobre este sistema de acceder a una vivienda en las páginas web de Gesinar o Publicasubasta.com.
Fuente: www.20minutos.es