Desahuciados de casa tras 67 años


Una familia lucha por no tener que abandonar la casa unifamiliar que habita desde 1943 y que está situada en pleno paseo marítimo, frente a la Casa de los Peces.
Hace sesenta y siete años que Carmen Méndez contempla el mar de Riazor desde la ventana de su salón. Creció, se casó, tuvo hijos y envejeció en la pequeña casa unifamiliar que ahora se yergue como un extraño islote entre los edificios que bordean el paseo marítimo. La historia de su hogar comenzó cuando su padre llegó a un acuerdo con sus jefes de la antigua cetárea Manuel Pose -ubicada en el lugar que ahora ocupa la Casa de los Peces-, que en pago a sus servicios como empleado del negocio le permitieron construir en 1943 su hogar en un terreno que la empresa tenía enfrente.

Sesenta y siete años después de ese acuerdo, Carmen, su hijo Francisco Aguilar y sus tres nietos han recibido una orden desahucio que se llevará a cabo la próxima semana. La junta de compensación urbanística de la zona completará así la transformación del lugar, que tiene en la casa de los Aguilar la última muestra de las construcciones unifamiliares del pasado.

Francisco Aguilar ha optado por ocultar a su madre la situación: «No se lo he dicho porque está muy enferma -Carmen sufre graves complicaciones procedentes de la diabetes y del desgaste de su columna vertebral- y tengo miedo de las consecuencias que pueda tener el disgusto en su salud.

Esperaba tener un piso preparado para habitar antes del desahucio, pero me ha sido imposible encontrarlo con los ingresos que tenemos». Y es que a la desgracia de perder su hogar, Francisco suma la del paro. «Soy escayolista y el parón de la construcción me dejó sin trabajo», se lamenta.

El resultado es que los cinco miembros de la familia viven con los 420 euros del paro de Francisco y los 560 euros de la pensión de su madre. «No consigo piso porque me piden un aval muy alto y nuestros ingresos no alcanzan. Pedí en el Ayuntamiento uno de protección oficial pero sin resultado», explica.

El abogado de la familia, Pablo Arangüena, confía en ganar el juicio que reconozca sus derechos sobre la casa. Pero la causa es en verano. Mucho después del desahucio.


Fuente: www.lavozdegalicia.com

 
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