EL 60% DE LAS INMOBILIARIAS DE LA BANCA ENTRA EN PÉRDIDAS POR LA CRISIS


Los principales bancos y cajas de ahorros están presentes en el capital de 465 promotoras. Casi 300 de estas compañías están en números rojos por la parálisis de su actividad.

El sector financiero rema contra el doble impacto de la crisis inmobiliaria en su actividad. Por un lado, la banca sufre desde hace más de dos años un alza sostenida de los créditos morosos, ya que el frenazo del mercado de la vivienda y su contagio al resto de la economía han dañado la solvencia de particulares y empresas. Por otro, las entidades se están resintiendo por su presencia directa en el negocio promotor. Las veinte principales firmas financieras (los seis bancos del Ibex y las 14 mayores cajas por activos) están presentes en el capital de 465 promotoras en España (algunas entidades también tienen cierta presencia en mercados extranjeros). El 58% de estas compañías (270) está en números rojos, según los informes anuales.


No todas las entidades, afrontan, sin embargo, el mismo escenario. En algunos casos, el grupo está ganando entre 200 millones y 300 millones al año con una aportación negativa de las filiales inmobiliarias de entre 30 millones y 100 millones. En otros, el resultado es inferior a los 200 millones y los números rojos de las promotoras, superiores a 175 millones. También existe un buen número de bancos y cajas en los que el negocio inmobiliario tiene un peso muy limitado en el conjunto del grupo.

Cartera variopinta

El perfil de estas sociedades es variopinto. La banca está presente en el capital de grandes inmobiliarias (Metrovacesa, Colonial, Afirma...), aunque el grueso son participaciones en pequeñas promotoras no cotizadas. Estas compañías, filiales al cien por cien, o en las que se tiene un paquete accionarial de control o minoritario, tocan todo el negocio inmobiliario.

Las entidades son propietarias de firmas dedicadas a la adquisición, urbanización y venta de suelo. También controlan empresas para el desarrollo de redes de balnearios y campos de golf; y promotoras especializadas en vivienda, centros comerciales, plazas de garaje o naves industriales. La banca tiene operadoras de alquiler de vivienda libre y de protección oficial; y compañías de conservación de edificios. Hay filiales que se dedican al asesoramiento y financiación de proyectos urbanísticos, desarrollados, en ocasiones, por otras participadas. Existen igualmente sociedades inmobiliarias instrumentales, contenedores de las viviendas y terrenos que la banca está adquiriendo como consecuencia de los impagos y los canjes de deuda (ver gráfico).

Estas firmas se están reforzando con personal y capital, por el fuerte aumento de la cartera de inmuebles.

Ante la caída de los resultados y del valor de los activos de estas compañías, está por ver qué estrategia va a adoptar el sector financiero. Las sociedades que aglutinan los inmuebles adjudicados "se van a gestionar con un horizonte de tres a siete años vista", dicen en un banco. Se trabaja para subcontratar determinados proyectos con terceras empresas o administraciones públicas, con el objetivo de compartir riesgos.

En cuando a las promotoras propiamente dichas, algunas firmas reconocen que no está definido qué se va a hacer con estas compañías. Otras entidades, sin embargo, no perciben estas participadas "como un problema que haya que resolver", dicen en una caja. "Las posiciones en promotoras cotizadas están sometidas a los mismos criterios que todas las participaciones bursátiles, entre ellos, la materialización de plusvalías", apuntan en el sector. "El resto son compañías ligadas a proyectos concretos. Cuando concluyan, se verá si se enlaza con otro proyecto o si acaba la trayectoria de la empresa", indican en una entidad.

Concurso de filiales

En los últimos meses, de hecho, la banca ya ha recurrido a la liquidación de sociedades, aunque la estrategia predominante no ha sido ésta. Ernesto Tarazona, director de Corporate Recovery de Knight Frank España, subraya que, con frecuencia, las entidades se han hecho con el cien por cien del capital de sociedades vehículo de proyectos inmobiliarios, participadas por alguna de sus filiales y terceros promotores. Ante la caída del negocio, la banca ha comprado al promotor sus acciones, para evitar el concurso de acreedores de una sociedad ligada a una filial. Esta práctica se ha aplicado en las promotoras de suelo, ya que en las inmobiliarias patrimonialistas (con activos más líquidos) ha sido más sencilla la venta de las propiedades de la empresa y su posterior disolución.

Tarazona también destaca que la cartera inmobiliaria de la banca registrará en los próximos meses un significativo aumento de los activos adjudicados: inmuebles de segunda mano procedentes de embargos. Frente a los activos comprados a promotores (obra nueva), las perspectivas de venta de estas viviendas son más inciertas.

Fuente: expansion.com





 
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