La mayoría de las empresas que incurre en pérdidas y no puede hacer frente a sus pagos se declara en concurso de acreedores. Una familia puede hacer lo mismo en el caso de que no pueda pagar todos sus préstamos al banco incluido el de la hipoteca. De hecho, esta solución cada vez está más en alza, pues un 15% de las familias que no pueden hacer frente a sus préstamos negocia quiebra familiar, según un informe de la compañía española experta en la negociación de todos los problemas bancarios,
El Negociador Bancario. Por otra parte, se afirma que la dación en pago alcanza al 5% de los casos y que se prevé un aumento en la aplicación de esta fórmula en los futuros casos.
“A través de la quiebra familiar de persona física, mediante un procedimiento judicial, el deudor interpone una demanda ante el Juzgado para solicitar auxilio judicial o un tiempo de tregua”, explica Armando González, director comercial de El Negociador Bancario. Una vez declarado la quiebra en el juzgado, el abogado de la familia solicita que se estipule por el juzgado que de los ingresos familiares una cantidad fija mensual para atender a las necesidades básicas como el alquiler o pago de hipoteca, comida, gastos escolares, ropa, luz, viajes, etc. mientras que el resto queda retenido para llegar a un acuerdo con sus acreedores. “Hay que tener en cuenta que este procedimiento es viable cuando –con sus ingresos- la familia puede pagar la hipoteca o el alquiler de la vivienda, pero no llega a pagar los demás préstamos personales o tarjetas de crédito”, explica González.
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