El ingeniero retirado Huang Rixin ha vuelto a construir a las afueras de Pekín los famosos «microapartamentos», espacios de unos dos metros cuadrados, que florecieron en la ciudad durante este año y que fueron prohibidos después por el Gobierno, informa hoy el periódico «Nuevo Pekín».
Huang, de 78 años, se enteró de la existencia de los también llamados «hoteles cápsula» en Japón y decidió importar la idea a China, donde pese a la elevada población, las viviendas suelen ser mayores que en el densamente poblado archipiélago nipón.
Este tipo de vivienda se popularizó rápidamente en la capital china debido a la especulación inmobiliaria y al incremento del precio de los alquileres.
Pero el pasado mes de mayo, Pekín promulgó una normativa para acabar con los «microapartamentos» y marcó una superficie mínima de 7,5 metros cuadrados por habitante.
Huang, que se vio obligado a cerrar los apartamentos que construyó en el barrio pequinés de Haidian, ha vuelto ahora a la carga al edificar otras ocho viviendas de este tipo en el distrito de Shijingshan, a las afueras de la capital.
«En total los ocho apartamentos suman 53 metros cuadrados y ya he pagado el alquiler de medio año por un importe de 1.000 yuanes (114 euros, 146 dólares) al mes», explica a la prensa local Huang.
El propietario alquila después las «microviviendas» por unos 350 a 450 yuanes al mes (40 a 45 euros, 51 a 58 dólares), dependiendo de si éstas son individuales o dobles. Ninguna de ellas sobrepasa los cuatro metros cuadrados.
El jubilado cuenta que su familia no está de acuerdo con su proyecto, pero para él se trata de una buena acción ya que lo que pretende es solucionar el problema de alojamiento de los inmigrantes.
El precio de la vivienda china es 27 veces superior al de los ingresos medios de los ciudadanos del país, y cinco veces superior a la media mundial, ya que la renta per cápita en China es de unos 1.500 dólares en las zonas urbanas, mientras que el metro cuadrado en Pekín supera 3.000 dólares.
Fuente: http://www.lavozdegaliciaa.es/
Huang, de 78 años, se enteró de la existencia de los también llamados «hoteles cápsula» en Japón y decidió importar la idea a China, donde pese a la elevada población, las viviendas suelen ser mayores que en el densamente poblado archipiélago nipón.
Este tipo de vivienda se popularizó rápidamente en la capital china debido a la especulación inmobiliaria y al incremento del precio de los alquileres.
Pero el pasado mes de mayo, Pekín promulgó una normativa para acabar con los «microapartamentos» y marcó una superficie mínima de 7,5 metros cuadrados por habitante.
Huang, que se vio obligado a cerrar los apartamentos que construyó en el barrio pequinés de Haidian, ha vuelto ahora a la carga al edificar otras ocho viviendas de este tipo en el distrito de Shijingshan, a las afueras de la capital.
«En total los ocho apartamentos suman 53 metros cuadrados y ya he pagado el alquiler de medio año por un importe de 1.000 yuanes (114 euros, 146 dólares) al mes», explica a la prensa local Huang.
El propietario alquila después las «microviviendas» por unos 350 a 450 yuanes al mes (40 a 45 euros, 51 a 58 dólares), dependiendo de si éstas son individuales o dobles. Ninguna de ellas sobrepasa los cuatro metros cuadrados.
El jubilado cuenta que su familia no está de acuerdo con su proyecto, pero para él se trata de una buena acción ya que lo que pretende es solucionar el problema de alojamiento de los inmigrantes.
El precio de la vivienda china es 27 veces superior al de los ingresos medios de los ciudadanos del país, y cinco veces superior a la media mundial, ya que la renta per cápita en China es de unos 1.500 dólares en las zonas urbanas, mientras que el metro cuadrado en Pekín supera 3.000 dólares.
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